Viernes, 19 de Septiembre de 2025

Actualizada

Viernes, 19 de Septiembre de 2025 a las 12:14:20 horas

1
Sábado, 18 de Septiembre de 2021 Tiempo de lectura:

CARTA ABIERTA A LOS ACTUALES Y A LOS FUTUROS PENSIONISTAS

¿Por qué a diferencia de lo que sucede con las pensiones, las prestaciones sociales o la sanidad, cuando se trata de inversiones militares millonarios subsidios para las empresas, jamás se producen "inconvenientes contables"?

Para nuestro colaborador Aday Quesada el tema de las pensiones no es una cuestión meramente "técnica" que deba ser resuelta recurriendo a cuadros estadísticos elaborados ad hoc. En opinión de Quesada, las pensiones poseen una inocultable "naturaleza existencial", que afecta al futuro de cada uno de los millones de individuos que forman parte de la actual sociedad española. Históricamente la conquista de las primeras pensiones fueron el resultado de una intensa batalla social . Y no nos llamemos a engaño. Hoy, 132 años después, lo continúa siendo. Ese es nuestro reto.

 
 

POR  ADAY QUESADA PARA CANARIAS SEMANAL

 

    El "debate" sobre las pensiones resulta cansinamente recurrente. Se reitera cada pocos años. Eso sí, con la misma trama argumental, aunque esta se presente ahora  enmascarada con nuevos y  deslumbrantes envoltorios.

  

    En mi opinión, la tragedia que entraña este "debate" consiste en que invariablemente se reduce a una discusión meramente "técnica" entre supuestos "técnicos". Podría decirse, incluso, que ni siquiera es propiamente un "debate", ya que son siempre los especialistas, académicos y políticos que se  suben pomposamente al escenario de los medios de comunicación los que se encargan de  interpelar a un público mudo. Y, dado el  carácter presuntamente técnico  del "debate",  la inmensa mayoría de los escuchantes  no llega a enterarse del trasfondo  que determina el sesgo  político-social que, sin duda, tiene tal "discusión" .

 

  Y  este es el aspecto realmente  trágico de este tema. Porque las pensiones  no son, en absoluto, una cuestión "técnica".  Por el contrario tiene una incuestionable "naturaleza existencial".

 

    Cuando utilizo el término "existencial" estoy queriendo decir que el asunto afecta a tu vida y a la mía, al futuro de cada uno de los millones de individuos que forman parte de la actual sociedad española, de una manera muy directa e intensa.

 

    Determina, por ejemplo, qué vida podremos vivir o no. Para millones de personas la duración de su carrera y la cuantía de su pensión marcan nada menos que la diferencia entre la salud y la enfermedad, el bienestar y el  sufrimiento psicológico, sobrevivir o sucumbir frente a la amenaza de la pobreza. Precisamente porque  las pensiones  versan sobre un asunto tan esencial, toda propuesta que se formule al respecto  tiene un carácter decididamente político y, por tanto, no puede  ser reducido a un mero "desacuerdo contable".

 

    Una constante en este "debate" unilateral sobre las pensiones  es que la conversación sobre el tema se reduce invariablemente a una embrollada discusión sobre su "asequibilidad".  Por esa misma razón, cuando en boca del enemigo -y digo bien, "el enemigo"- surge la palabra "asequibilidad", resulta muy útil y esclarecedor poner al descubierto quién es el que habla. 

 

   Tampoco deja de llamar la atención que cuando en los referidos "debates" surge la cuestión de la "asequibilidad", tal inconveniente se produce siempre en casos similares muy específicos. Cuando se trata de atención médica, de prestaciones, de educación o de pensiones, de manera tan sospechosa como invariable, surge el problema  sobre si tales gastos podrán ser  o no asequibles para las arcas públicas.

 

     Sin embargo, si las inversiones de dinero público se refieren  a las que demandan las intervenciones militares en el  extranjero,  o  aquellas otras que requieren los aparatos de Seguridad del Estado, o a los generosos subsidios para las empresas, justo en ese  mágico instante, el dinero deja de ser automáticamente una dificultad, un problema o un escollo insalvable, convirtiéndose en una imprescindible   "necesidad perentoria".

 

    Tampoco surgen las dudas y "problemas" que suscitan las pensiones o las prestaciones sociales cuando se analiza lo que la sociedad pierde anualmente a través de la ingeniería fiscal que permite a las clases sociales poderosas enviar - legal o ilegalmente - miles de millones de euros a los llamados paraísos fiscales. 

 

    Cuando hace unos renglones decíamos que habría que poner al descubierto quiénes eran y a qué se dedicaban aquellos que veían sistemáticamente "complicado" el tema del mantenimiento de las pensiones, no lo hacíamos por casualidad.  De manera inexorable, en cualquier "debate" sobre las pensiones aquellos que reclaman la necesidad de aplicar restricciones a las pensiones o cargar con años la vida laboral de los asalariados,  disponen  de un salario sólido, de una pensión generosísima y en no pocos casos, de una acaudalada fortuna. Desde esa cómoda atalaya resulta, pues,  muy fácil contemplar las propuestas de reforma de las pensiones como un estricto "debate técnico" y especializado, que debe resolverse con el exclusivo recurso a los cuadros estadísticos confeccionados ad hoc.
 

 

     Para aquellos que conozcan el ya largo historial de la existencia de las pensiones saben que su conquista no fue [Img #68749]nunca la resultante de floridos debates técnicos. Todo lo contrario. Obedeció siempre a una fortísima confrontación social entre quienes reivindicaban unos años de sosiego entre el fin de su vida laboral y el término de su existencia biológica, y aquellos otros que concebían que el ciclo vital  de quienes generaban las plusvalías que les permitían convertirse en millonarios, debía coincidir milimétricamente con el fin de su "vida productiva".

 

    Fue el canciller alemán Otto von Bismarck el que estableció el primer fondo de pensiones estatal obligatorio en el año 1889. Para los conocedores de la biografía del llamado "canciller de hierro"  queda muy claro que tal concesión no fue una deliciosa expresión de la magnánima "generosidad" de aquel militar prusiano. Bismarck, que era un hombre duro hasta la crueldad, y representaba los genuinos intereses de los terratenientes germanos. Pero era también un hombre inteligente que se apercibió de que el marxismo estaba ganando la calle en su país, y que tal avance era preciso contenerlo para salvaguardar a la clase social cuyos intereses  él representaba. Por esa razón, a la vez que proscribia la existencia legal de los socialistas alemanes, intentó recuperar algunas de sus reivindicaciones sociales, apuntándoselas en su haber.

 

   ¿Qué quiero expresar con el recurso a esta anécdota histórica? Muy fácil. La conquista de las primeras pensiones se obtuvieron, en un contexto de una intensa lucha social en la que los asalariados se batieron con ferocidad contra los representantes de las clases sociales que detentaban el poder político y económico.

  

    Las pensiones son inseparables del tipo de vida que deseemos para nuestro futuro postlaboral. De ahí la importante batalla social que en contra de nuestros propios deseos, se nos presentará en el curso de los próximos meses. ¿Queremos que nuestros años postreros dependan de los cíclicos vaivenes a los que la selva de la competencia somete al mercado laboral? ¿O, por el contrario, deseamos que los años que sigan a nuestra azarosa biografía laboral no se vean sometidos a la crispación e inseguridad que inevitablemente provoca la miseria?

 

     La respuesta al dilema que plantean ambas interrogantes es sencilla: si contestamos afirmativamente a la primera pregunta, bastará con que nos pleguemos obedientemente a las propuestas del Ejecutivo "más progresista de la historia" y a los engañosos plazos y "caramelos" que las acompañan. Si por el contrario, optaramos por la segunda alternativa, la respuesta no tengo yo que reformulársela. Usted ya la habrá podido deducir de las reflexiones de este breve artículo. 

 

Comentarios (1) Comentar esta noticia
Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.7

  • jose antonio

    jose antonio | Jueves, 16 de Septiembre de 2021 a las 13:02:12 horas

    quien diga que las pensiones. o suponiendo que la ministra suba el salario minimo, con el consentimiento de su aliado. esque vive en otro planeta. si subiran, y tu comunidad tu alquiler, tus impuestos alos mil euristas, el agua. y encima el subidon de la luz mensual. es para hecharse a temblar, si la pension subio el 0,90, y el irpf. a razon de tu cuantia, te mete el el gobierno casi el 0,70. dia que pasa mes que pasa, tu poder adquisitivo, va en camino de nº rojos. creo que muchos, sabemos leer sumar y restar. poniendo dentro de la poblacion de clase baja mas de un 80 por ciento. si hoy los que son trabajadores o pensionistas. si no movemos el culo, igual a conciencia de clase. las plataformas progresistas, entre comillas. nunca moveran un dedo. y quien no lo quiera ver, esque vive en otro mundo, los unicos que adquieren calidad de vida, siempre que superes los 3 mil euros netos. siendo soltero, y si tienes familia de un hijo a tres hijos, debes superar los 5 mil euros netos al mes.

    Accede para responder

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.