
TEXAS: LA TORMENTA INVERNAL URI DEJA EL CAPITALISMO AL DESNUDO
La cifra de muertes que ha provocado la negligencia del gobierno texano nunca la conoceremos
La semana pasada, gran parte de Estados Unidos se vio afectado por una tormenta de aire gélido que, incluso en los más templados Estados del Sur hizo caer la temperatura por debajo de cero. Ha sido Texas, sin embargo, donde la tormenta dejó un escenario catastrófico debido a cortes prolongados de suministro de electricidad y agua potable que han provocado víctimas mortales y cuantiosos daños materiales. Las autoridades republicanas del Estado, en lugar de asumir responsabilidad, culpan del desastre a los propios ciudadanos y a las energías verdes, mientras algunos, como el senador Ted Cruz, se iban a Cancún a dorarse al sol.
Por EVA LAGUNERO PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Lo que hizo que la tormenta Uri fuese especialmente fatídica en Texas no fue la llegada de un fenómeno natural, del que los servicios meteorológicos dieron aviso con suficiente tiempo, sino unas infraestructuras estatales subdesarrolladas, desreguladas y carentes de planes de previsión.
La entidad que controla la red energética de casi todo el Estado -Electric Reliability Council of Texas (ERCOT)-, anunció cortes de energía de unos 40 minutos para evitar que, ante el pico de demanda debido al intenso frío, el sistema colapsara. Pero esos 40 minutos se convirtieron en horas y días, durante los cuales más de la mitad de la población del Estado tuvo que arreglárselas como pudo para calentarse, alimentarse y beber, dado que, tras el apagón, también dejó de fluir el agua corriente. ERCOT no estaba preparado para encarar una crisis de estas características ¿Por qué sucedió esto en uno de los Estados más ricos del mundo?.
Como es sabido, Texas es uno de los estados gobernados desde hace tiempo por el Partido Republicano, cuyos políticos siguen al dedillo las recetas ultraliberales, que allá se llaman “libertanianas”. Su principal máxima es “el gobierno estatal es el enemigo del libre mercado”. De ahí que Texas se jacte de ser el Estado de la Unión donde menos impuestos se pagan y donde hay menos regulaciones.
Fue precisamente en el ámbito de la energía, como bien resumía el twitero Shine McShine, donde el gobierno de Texas puso mayor énfasis, iniciando una campaña en 2002 que desregulaba completamente el sector, dejando que el libre mercado actuara. Incluso, para evitar regulaciones federales, Texas se desconectó del sistema eléctrico nacional. No fue sorpresa que los texanos acabaran pagando más en su factura que sus vecinos.
Como parte de las políticas desreguladoras, el gobierno también canceló cualquier incentivo a las empresas energéticas para construir reservas de energía (especialmente gas natural) y, de este modo, poder hacer frente a los picos de demanda. Sin estos incentivos, nadie las construyó.
Y he aquí que llega la tormenta Uri, la más fría de la historia de Texas, y pone al descubierto unas tuberías de gas natural obsoletas, mal mantenidas, que dejaban a millones de familias sin luz ni calefacción, con unas temperaturas que alcanzaron el récord de menos veinte grados centígrados. Las carreteras se convirtieron en pistas de patinaje, la comida en los supermercados se malogró y, encima, las tuberías del agua corriente reventaron por el hielo, privando de agua potable a casi 12 millones de personas.
En medio de la catástrofe, la población más afectada pedía una ayuda al gobierno que no llegaba. En su lugar, el alcalde de Colorado, Tim Boyd, publicaba un post que es fiel reflejo de la ideología de estos “libertarianos” adeptos del darwinismo social, por lo que merece la pena reproducirlo:
“Déjenme que hiera algunos sentimientos mientras tengo un minuto. Nadie os debe nada a vosotros o vuestras familias; ni es la responsabilidad del gobierno apoyaros durante tiempos difíciles como estos. Hundíos o nadad, es vuestra elección. La ciudad y el condado, junto con los suministros de energía o cualquier otro servicio os debe NADA. Estoy harto de la gente que busca una maldita prestación. Si no tenéis electricidad, os levantáis y salís con un plan para mantener a vuestra familia caliente y a salvo. Si no tenéis agua, os las arregláis y pensáis un método para sobrevivir y dar agua a vuestra familia. Si estáis en vuestra casa sentados y con frío porque no tenéis energía y estáis esperando que venga alguien a rescataros porque sois perezosos, es resultado directo de vuestra crianza. Sólo los fuertes sobrevivirán y los débiles perecerán. Paisanos, Dios nos ha dado los medios para mantenernos en tiempos como estos. Esto es tristemente el producto de un gobierno socialista (sic) donde hacen que la gente crea que los POCOS trabajarán y otros dependerán de prestaciones ¿Lamento que hayáis estado sin agua y electricidad? Sí. Pero estaría yo bueno si fuese a dar a nadie lo que es capaz de hacer por sí mismo (…) dejad de llorar y pedir prestación. Levantad el culo y cuidad de vuestras familias. NO SEAS PARTE DEL PROBLEMA, SINO PARTE DE LA SOLUCIÓN”.
El alcalde llamaba con toda claridad a las víctimas de la tormenta “vagos que solo quieren paguita" y les decía que se buscaran la vida, que Dios proveerá pero el gobierno no. Tuvo que dimitir ante la justa indignación popular. Mientras tanto, el senador Texas Ted Cruz hacía las maletas y se iba con su familia Cancún, aunque al poco -tras las críticas recibidas-, y “pensándolo mejor”, compró un billete de retorno para él solo.
El 20 de febrero se informaba ya de 46 muertes provocadas por el frío y más 500 personas sufrían envenenamiento por monóxido de carbono al tratar de calentarse con lo que buenamente podían. Simultáneamente, el precio de la energía se disparaba en un 10.000%. Algunos hogares han recibido facturas de decenas de miles de dólares, mientras los ejecutivos de estas compañías daban saltos de alegría y se frotaban las manos pensando en el dinero que repartirían entre los accionistas.
Esta catástrofe humanitaria, en uno de los Estados más ricos del mundo, es resultado de su aislamiento energético. Los otros 48 Estados meridionales usan dos redes eléctricas: las llamadas Interconexiones Occidental y Oriental. En Texas, por el contrario, el 90 por ciento de los residentes dependen únicamente de ERCOT.
![[Img #65975]](https://canarias-semanal.org/upload/images/02_2021/5006_texas.jpg)
No obstante, lejos de reconocer los fallos de la desregulación y consecuente falta de previsión, los gobernantes texanos y los medios que les apoyan -como Fox News- han utilizado la crisis como oportunidad para atacar a las energías renovables, a pesar de que el mismo ERCOT declaraba al Daily Poster que los apagones se debieron a “una escasez de gas natural debido a una caída de la presión y el congelamiento de los instrumentos en las instalaciones petroleras y nucleares”.
Los incentivos al mercado de la electricidad están estructurados de tal manera que las empresas energéticas de Texas reciben más dinero si no adaptan sus plantas a las condiciones atmosféricas y cierran algunas durante los meses fríos. Es de destacar que las partes de Texas que están conectadas a las dos redes nacionales referidas no han sido afectadas por los cortes de energía.
Pero, para los políticos republicanos de Texas es más fácil apuntarse a la posverdad y echarle la culpa a las energías eólica y solar -que representan menos de un 10% del suministro texano-. Como explicaba el Nobel de economía, Paul Krugman, en el New York Times, niegan la realidad no sólo para eludir la responsabilidad, sino también para satanizar a los oponentes. Es un indicador más del colapso moral e intelectual del conservadurismo estadounidense.
Toda la plana del gobierno, desde el gobernador Greg Abbott para abajo, respaldados por los medios conservadores, han preferido echar la culpa a la energía verde, especialmente a la eólica ¿Por qué? Porque es una forma de que tanto los cargos electos como los ideólogos de libre mercado no tengan que reconocer la chapuza de la desregulación. Es también una forma de complacer los intereses de las petroleras, que donan vastas sumas a los republicanos, y encajar, además, en el discurso negacionista del cambio climático.
Pero ¿Cómo se pueden creer que colará esta patente falsedad? Muy fácil. Como sostiene Krugman, cuando dos tercios de los republicanos creen que los Antifa estuvieron implicados en el asalto al Capitolio del pasado 6 de enero, vender la narrativa de que el desastre de Texas fue provocado por la energía verde es prácticamente un juego de niños.
Por EVA LAGUNERO PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Lo que hizo que la tormenta Uri fuese especialmente fatídica en Texas no fue la llegada de un fenómeno natural, del que los servicios meteorológicos dieron aviso con suficiente tiempo, sino unas infraestructuras estatales subdesarrolladas, desreguladas y carentes de planes de previsión.
La entidad que controla la red energética de casi todo el Estado -Electric Reliability Council of Texas (ERCOT)-, anunció cortes de energía de unos 40 minutos para evitar que, ante el pico de demanda debido al intenso frío, el sistema colapsara. Pero esos 40 minutos se convirtieron en horas y días, durante los cuales más de la mitad de la población del Estado tuvo que arreglárselas como pudo para calentarse, alimentarse y beber, dado que, tras el apagón, también dejó de fluir el agua corriente. ERCOT no estaba preparado para encarar una crisis de estas características ¿Por qué sucedió esto en uno de los Estados más ricos del mundo?.
Como es sabido, Texas es uno de los estados gobernados desde hace tiempo por el Partido Republicano, cuyos políticos siguen al dedillo las recetas ultraliberales, que allá se llaman “libertanianas”. Su principal máxima es “el gobierno estatal es el enemigo del libre mercado”. De ahí que Texas se jacte de ser el Estado de la Unión donde menos impuestos se pagan y donde hay menos regulaciones.
Fue precisamente en el ámbito de la energía, como bien resumía el twitero Shine McShine, donde el gobierno de Texas puso mayor énfasis, iniciando una campaña en 2002 que desregulaba completamente el sector, dejando que el libre mercado actuara. Incluso, para evitar regulaciones federales, Texas se desconectó del sistema eléctrico nacional. No fue sorpresa que los texanos acabaran pagando más en su factura que sus vecinos.
Como parte de las políticas desreguladoras, el gobierno también canceló cualquier incentivo a las empresas energéticas para construir reservas de energía (especialmente gas natural) y, de este modo, poder hacer frente a los picos de demanda. Sin estos incentivos, nadie las construyó.
Y he aquí que llega la tormenta Uri, la más fría de la historia de Texas, y pone al descubierto unas tuberías de gas natural obsoletas, mal mantenidas, que dejaban a millones de familias sin luz ni calefacción, con unas temperaturas que alcanzaron el récord de menos veinte grados centígrados. Las carreteras se convirtieron en pistas de patinaje, la comida en los supermercados se malogró y, encima, las tuberías del agua corriente reventaron por el hielo, privando de agua potable a casi 12 millones de personas.
En medio de la catástrofe, la población más afectada pedía una ayuda al gobierno que no llegaba. En su lugar, el alcalde de Colorado, Tim Boyd, publicaba un post que es fiel reflejo de la ideología de estos “libertarianos” adeptos del darwinismo social, por lo que merece la pena reproducirlo:
“Déjenme que hiera algunos sentimientos mientras tengo un minuto. Nadie os debe nada a vosotros o vuestras familias; ni es la responsabilidad del gobierno apoyaros durante tiempos difíciles como estos. Hundíos o nadad, es vuestra elección. La ciudad y el condado, junto con los suministros de energía o cualquier otro servicio os debe NADA. Estoy harto de la gente que busca una maldita prestación. Si no tenéis electricidad, os levantáis y salís con un plan para mantener a vuestra familia caliente y a salvo. Si no tenéis agua, os las arregláis y pensáis un método para sobrevivir y dar agua a vuestra familia. Si estáis en vuestra casa sentados y con frío porque no tenéis energía y estáis esperando que venga alguien a rescataros porque sois perezosos, es resultado directo de vuestra crianza. Sólo los fuertes sobrevivirán y los débiles perecerán. Paisanos, Dios nos ha dado los medios para mantenernos en tiempos como estos. Esto es tristemente el producto de un gobierno socialista (sic) donde hacen que la gente crea que los POCOS trabajarán y otros dependerán de prestaciones ¿Lamento que hayáis estado sin agua y electricidad? Sí. Pero estaría yo bueno si fuese a dar a nadie lo que es capaz de hacer por sí mismo (…) dejad de llorar y pedir prestación. Levantad el culo y cuidad de vuestras familias. NO SEAS PARTE DEL PROBLEMA, SINO PARTE DE LA SOLUCIÓN”.
El alcalde llamaba con toda claridad a las víctimas de la tormenta “vagos que solo quieren paguita" y les decía que se buscaran la vida, que Dios proveerá pero el gobierno no. Tuvo que dimitir ante la justa indignación popular. Mientras tanto, el senador Texas Ted Cruz hacía las maletas y se iba con su familia Cancún, aunque al poco -tras las críticas recibidas-, y “pensándolo mejor”, compró un billete de retorno para él solo.
El 20 de febrero se informaba ya de 46 muertes provocadas por el frío y más 500 personas sufrían envenenamiento por monóxido de carbono al tratar de calentarse con lo que buenamente podían. Simultáneamente, el precio de la energía se disparaba en un 10.000%. Algunos hogares han recibido facturas de decenas de miles de dólares, mientras los ejecutivos de estas compañías daban saltos de alegría y se frotaban las manos pensando en el dinero que repartirían entre los accionistas.
Esta catástrofe humanitaria, en uno de los Estados más ricos del mundo, es resultado de su aislamiento energético. Los otros 48 Estados meridionales usan dos redes eléctricas: las llamadas Interconexiones Occidental y Oriental. En Texas, por el contrario, el 90 por ciento de los residentes dependen únicamente de ERCOT.
No obstante, lejos de reconocer los fallos de la desregulación y consecuente falta de previsión, los gobernantes texanos y los medios que les apoyan -como Fox News- han utilizado la crisis como oportunidad para atacar a las energías renovables, a pesar de que el mismo ERCOT declaraba al Daily Poster que los apagones se debieron a “una escasez de gas natural debido a una caída de la presión y el congelamiento de los instrumentos en las instalaciones petroleras y nucleares”.
Los incentivos al mercado de la electricidad están estructurados de tal manera que las empresas energéticas de Texas reciben más dinero si no adaptan sus plantas a las condiciones atmosféricas y cierran algunas durante los meses fríos. Es de destacar que las partes de Texas que están conectadas a las dos redes nacionales referidas no han sido afectadas por los cortes de energía.
Pero, para los políticos republicanos de Texas es más fácil apuntarse a la posverdad y echarle la culpa a las energías eólica y solar -que representan menos de un 10% del suministro texano-. Como explicaba el Nobel de economía, Paul Krugman, en el New York Times, niegan la realidad no sólo para eludir la responsabilidad, sino también para satanizar a los oponentes. Es un indicador más del colapso moral e intelectual del conservadurismo estadounidense.
Toda la plana del gobierno, desde el gobernador Greg Abbott para abajo, respaldados por los medios conservadores, han preferido echar la culpa a la energía verde, especialmente a la eólica ¿Por qué? Porque es una forma de que tanto los cargos electos como los ideólogos de libre mercado no tengan que reconocer la chapuza de la desregulación. Es también una forma de complacer los intereses de las petroleras, que donan vastas sumas a los republicanos, y encajar, además, en el discurso negacionista del cambio climático.
Pero ¿Cómo se pueden creer que colará esta patente falsedad? Muy fácil. Como sostiene Krugman, cuando dos tercios de los republicanos creen que los Antifa estuvieron implicados en el asalto al Capitolio del pasado 6 de enero, vender la narrativa de que el desastre de Texas fue provocado por la energía verde es prácticamente un juego de niños.
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