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Domingo, 21 de Febrero de 2021 Tiempo de lectura:

UN LLAMAMIENTO VIGENTE: POR LA VIDA Y EL TRABAJO, UNIFIQUEMOS LUCHAS

El Ejecutivo asume de manera cada vez menos acomplejada el papel que se espera de un Gobierno capitalista: el de ejercer de garante de los intereses del capital.

Es hora de que comprendamos que las luchas económicas individuales deben elevarse para tomar forma de reivindicación política colectiva. Si no nos damos cuenta de que el problema del médico residente es el mismo que el del falso autónomo que reparte comida en moto o que el del jubilado que recibirá una pensión no contributiva de miseria, nos será imposible alcanzar el nivel de organización y combatividad que la situación requiere en estos momentos.

 

 

   Por ESPACIO DE ENCUENTRO COMUNISTA (EEC) PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-

 

 

   A lo largo del 2020 el Espacio de Encuentro Comunista ha estado [Img #65974]denunciando la gestión sanitaria y económica de la pandemia de COVID-19, dejando claro que es imposible separar ambos aspectos. Desde el mismo 15 de marzo ya advertimos que las repercusiones en nuestra salud y sustento vienen marcados por la clase social a la que pertenecemos. Así, los trabajadores que pudieron mantener el empleo, con ERTE o sin él, no pudieron seguir más reglas que las que marcaba su patrón, ya fuera trabajar sin medios de protección, pagárselos ellos mismos, coger las vacaciones forzados, trabajar en casa asumiendo los gastos, infectarse en transportes públicos atestados, etc. La lista la puedes completar con tu propia experiencia.

 

 

   Si en aquel momento los ERTE ayudaron a salvar el puesto de trabajo de muchos asalariados, no es menos cierto que el interés estaba mucho más en sostener de esta forma a sus empresas, muchas de las cuales no han dudado en utilizar estas ayudas públicas de forma fraudulenta para mantener a la plantilla trabajando a pleno rendimiento a costa del Estado. Pero en un país de empleo temporal, estacional e informal, los ERTE no cubrieron más que a un porcentaje de la clase trabajadora. Para cientos de miles de asalariados, desempleados y falsos autónomos solo quedó la promesa del Ingreso Mínimo Vital, cuyo carácter de caridad laica -y no de prestación- ya denunciamos.

 

 

   Desde entonces, la evolución de los acontecimientos ha demostrado la gravedad de la situación que pronosticábamos en nuestro llamamiento. El Gobierno de Sánchez -incluidos sus socios de Podemos- ha asumido los contagios y la muertes diarias como algo normal, y rechaza la toma de medidas que puedan perjudicar una economía basada en la hostelería y la pequeña y mediana empresa, sectores que requieren la máxima explotación -incluido el desprecio por la salud- para mantener la rentabilidad.

 

 

   Si las 80.000 muertes extraordinarias de 2020 deberían parecer un escándalo, la irresponsabilidad de la tercera ola -fruto de la campaña comercial navideña- nos demuestra que no hay propósito de enmienda. El año que se ha ido ha hecho crecer el paro en 725.000 trabajadores, y las negociaciones para prorrogar los ERTE hasta mayo han dejado constancia de que la patronal tampoco garantiza a futuro el empleo de los 750.000 trabajadores adicionales que siguen en esta tierra de nadie. La alta proporción de empleos temporales e informales, los primeros en caer en todas las crisis, vuelve a dar lugar a que el desempleo se cebe otra vez con los jóvenes (nada menos que 20 puntos por encima de la media europea) y con las mujeres.

 

 

   Tras dos oleadas de contagios y muertes, siguen sin aumentar la inversión en sanidad. Y si al menos los sanitarios han recibido el reconocimiento del COVID como enfermedad profesional, la mezquindad de la Seguridad Social deja fuera al resto de trabajadores hospitalarios y otros trabajos esenciales. El Ingreso Mínimo Vital ha terminado el año llegando tan solo a la quinta parte de las personas que se prometía en el mes de mayo, mientras las organizaciones vecinales y de clase se veían desbordadas por las colas de trabajadores en busca de alimentos.

 

 

   Ahora el objetivo del ministro Escrivá es pegar el gran hachazo en las pensiones de jubilación.La ministra de economía, Nadia Calviño acaba de presentar ante la Unión Europea las líneas maestras de la reforma de las pensiones y de la futura reforma laboral para demostrar que somos merecedores de las ayudas europeas que deberían empezar a llegar con cuentagotas a partir de este año.

 

 

   Al quedar descartado el confinamiento estricto y la acción planificada en aras del beneficio económico, se nos condena a seguir conviviendo por largos meses con los contagios y las muertes, dando la posibilidad al virus de que mute en una variante más resistente a las vacunas. Para imponer este destructivo sistema, el capital cuenta con el cansancio progresivo de los trabajadores tras meses de encierro, normas cambiantes, sanidad desbordada, culpabilización de los individuos, inseguridad laboral o desempleo.

 

   Sin embargo, por mucho que estos factores estén ahí y minen nuestra capacidad de plantar cara, no podemos dejarnos llevar por la aceptación de que nosotros y nuestras familias seamos simplemente pérdidas que minimizar solo en función de que sigamos produciendo plusvalía. Los asalariados no tenemos la posibilidad de priorizar la salud dejando de lado todo lo demás, pero a nivel colectivo no podemos abandonar la lucha por reclamar la mejor gestión sanitaria.

 

 

   Y es que el Ejecutivo asume de manera cada vez menos acomplejada el papel que se espera de un Gobierno capitalista: el de ejercer de garante de los intereses del capital.

 

 

   Si dijeron de subir el salario mínimo, ahora no solo no es el momento, sino que los salarios en general bajan inevitablemente durante la pandemia. Si hablaron de controlar los precios de la energía, la energía dispara su precio cuando peor está la situación económica y cuando más necesario es su consumo. Si dijeron de hacer una banca pública, privatizan la banca rescatada en la anterior crisis, mandan a miles de empleados al paro y permiten las comisiones por tener una simple cuenta. Si se comprometieron a revocar “los artículos más lesivos de la anterior reforma laboral” (no la de ZP), ahora van a realizar su propia reforma laboral; veremos cómo de lesiva es.

 

 

   La lógica que la derecha puede aplicar con naturalidad se convierte bajo la gestión de los reformistas en una contradicción permanente entre las expectativas (ni siquiera las promesas) y los hechos. Pero este fracaso no puede repetirse una y otra vez sin pasar factura, y menos cuando llevamos acumulados trece años de crisis y estancamiento. Para una clase trabajadora sin organización propia, que confunde a la “izquierda” parlamentaria con sus representantes, las traiciones inexplicables se acumulan en cada legislatura. Hay que transformar la crisis de credibilidad en los “representantes” en una crisis de credibilidad en el modo de producción capitalista.

 

 

   Pero que nadie se confunda. El que la solución no pueda provenir del Parlamento no quiere decir que los trabajadores no debamos elevar el planteamiento de nuestras reivindicaciones del nivel económico al nivel político. Todo lo contrario. Es hora de que comprendamos que las luchas económicas individuales deben elevarse para tomar forma de reivindicación política colectiva. Si no nos damos cuenta de que el problema del médico residente es el mismo que el del falso autónomo que reparte comida en moto o que el del jubilado que recibirá una pensión no contributiva de miseria, nos será imposible alcanzar el nivel de organización y combatividad que la situación requiere en estos momentos.

 

 

   Solo desde una perspectiva inserta en lo que realmente nos afecta (salud, empleo, salario, desempleo, pensiones, servicios sociales,…) es posible elevar el nivel de conciencia hacia la comprensión de que su defensa y su conquista choca inevitablemente con la lógica del beneficio capitalista.

 

 

   El Espacio de Encuentro Comunista plantea las siguientes reivindicaciones:

 

   Trabajar por la confluencia de sectores y colectivos en una jornada de lucha común.

   La salud no se vende, se defiende.

   Incorporación de medios técnicos y humanos a la sanidad de titularidad y gestión pública a nivel nacional.

   Mantenimiento de los ERTEs el tiempo que sea necesario.

   Pensión mínima igual al salario mínimo

   Ninguna prestación por desempleo debe ser inferior al salario mínimo.

   No a la separación de las prestaciones contributivas y no contributivas en la Seguridad Social.

   No a la separación de sus fuentes de financiación según la doctrina del Pacto de Toledo.

   No a transferir la gestión del IMV a comunidades autónomas o ayuntamientos.

   Agilización y resolución inmediata de las solicitudes del IMV

   Ningún desempleado (regular o irregular) debe quedar sin prestaciones. Nativa o extranjera, somos la misma clase obrera.

   No a la derivación de ninguna gestión o asistencia social al tercer sector (ONG, etc).

   No a la legalización de la prostitución como “un trabajo más” y de los vientres de alquiler, que se dirigen especialmente a la explotación de los cuerpos y capacidad reproductiva de las mujeres de nuestra clase.

   Demandamos inversión en la modernización de unos centros educativos obsoletos y deteriorados, así como la creación de nuevos centros educativos públicos que den cobertura a toda la población en edad escolar. No a la educación concertada.

 

No os lamentéis, organizaos


 

Puede consultar el texto íntegro en:

https://encuentrocomunista.org/articles/un-llamamiento-vigente-por-la-vida-y-el-trabajo-unifiquemos-las-luchas/


 

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