
BILL GATES ENTRE LOS MAGNATES QUE ACAPARAN LAS TIERRAS FÉRTILES DE TODO EL MUNDO
Una auténtica contrarreforma agraria de enormes dimensiones
El acaparamiento de tierras en el mundo no es un fenómeno nuevo, solo que actualmente se desarrolla a un ritmo y extensión impresionantes. La acumulación de tierras en manos privadas se constituye en una de las causas que estarían en el centro de futuros conflictos socioeconómicos, ecológicos y políticos que podrían azotar a la humanidad.
Por CARLOS RAFAEL RODRÍGUEZ PARA CANARIAS SEMANAL. ORG.-
La noticia de que Bill Gates se ha convertido en el mayor propietario de tierras agrícolas en EEUU nos recuerda que -aun en medio de la pandemia- la “globalización corporativa” en el sector agrícola avanza en todo el mundo.
De acuerdo con la revista estadounidenseThe Land Report, Gates ha comprado 268,985 acres, en su mayoría de tierras de cultivo agrícola activas.
Según los datos del portal, además de 242.000 acres de tierras de cultivo, Gates también tiene 25.750 acres de transición y 1.234 acres de recreación, para un total de 268.985. Tiene tierras en 19 estados, siendo sus terrenos más grandes los que están en Luisiana (27.952 hectáreas), Arkansas (19.395), Arizona (10.420) y Nebraska (8.331). La mayoría de las haciendas están en manos del multimillonario a través de la empresa de inversiones Cascade Investments.
Sin embargo, Gates no es el principal propietario de tierras de Estados Unidos. Su lista de los 100 mayores terratenientes estadounidenses, The Land Report coloca en el primer lugar al presidente de Liberty Media, John Malone, que posee 890,308 hectáreas de ranchos y bosques, seguido por el fundador de CNN, Ted Turner, con 809,371 hectáreas de tierras de rancho en ocho estados y el director ejecutivo de Amazon, Jeff Bezos, quien está invirtiendo en tierras a gran escala, con sus 169,967 hectáreas, principalmente en el oeste de Texas, entre otros propietarios menos conocidos.
No obstante, los mayores compradores de tierras no son solo multimillonarios que invierten su capital en productos menos volátiles, sino poderosos estados como China, Arabia Saudí y Reino Unido. Todos ellos actúan en países emergentes o empobrecidos en connivencia con las instituciones financieras internacionales (Banco Mundial, FMI) y gobiernos o élites locales.
Como avanzábamos al inicio, se trata de un proceso de expoliación de tierras que posee proporciones planetarias, ya que tiene lugar en cuatro de los cinco continentes. Especialmente en África, Asia y América Latina y Europa, incluida, España. Pero, su raíz – más allá de la retórica asistencialista como la que despliega la Fundación Bill & Melinda Gates- es capitalista: la búsqueda de rendimientos económicos es lo que ha hecho que los capitalistas hayan puesto sus ojos en las mejores tierras campesinas.
Diferentes factores explican el aumento del acaparamiento de tierras en los últimos años. Entre otros, la creciente presión para producir agrocombustibles como alternativas a las energías fósiles, lo que está creando una demanda artificial sin precedente en los cultivos comerciales. Y por supuesto, la producción de alimentos y su especulación como el motor principal que incentiva el fenómeno global del acaparamiento de tierras.
En síntesis, lo que observamos en el vertiginoso incremento del acaparamiento de tierras es un fenómeno que, por su carácter global, da cuenta de las transformaciones significativas en los procesos de acumulación capitalista en general y en el sector del agro, en particular, ligadas a la centralidad que en ellos recobran la tierra y su renta.
Por CARLOS RAFAEL RODRÍGUEZ PARA CANARIAS SEMANAL. ORG.-
La noticia de que Bill Gates se ha convertido en el mayor propietario de tierras agrícolas en EEUU nos recuerda que -aun en medio de la pandemia- la “globalización corporativa” en el sector agrícola avanza en todo el mundo.
De acuerdo con la revista estadounidenseThe Land Report, Gates ha comprado 268,985 acres, en su mayoría de tierras de cultivo agrícola activas.
Según los datos del portal, además de 242.000 acres de tierras de cultivo, Gates también tiene 25.750 acres de transición y 1.234 acres de recreación, para un total de 268.985. Tiene tierras en 19 estados, siendo sus terrenos más grandes los que están en Luisiana (27.952 hectáreas), Arkansas (19.395), Arizona (10.420) y Nebraska (8.331). La mayoría de las haciendas están en manos del multimillonario a través de la empresa de inversiones Cascade Investments.
Sin embargo, Gates no es el principal propietario de tierras de Estados Unidos. Su lista de los 100 mayores terratenientes estadounidenses, The Land Report coloca en el primer lugar al presidente de Liberty Media, John Malone, que posee 890,308 hectáreas de ranchos y bosques, seguido por el fundador de CNN, Ted Turner, con 809,371 hectáreas de tierras de rancho en ocho estados y el director ejecutivo de Amazon, Jeff Bezos, quien está invirtiendo en tierras a gran escala, con sus 169,967 hectáreas, principalmente en el oeste de Texas, entre otros propietarios menos conocidos.
No obstante, los mayores compradores de tierras no son solo multimillonarios que invierten su capital en productos menos volátiles, sino poderosos estados como China, Arabia Saudí y Reino Unido. Todos ellos actúan en países emergentes o empobrecidos en connivencia con las instituciones financieras internacionales (Banco Mundial, FMI) y gobiernos o élites locales.
Como avanzábamos al inicio, se trata de un proceso de expoliación de tierras que posee proporciones planetarias, ya que tiene lugar en cuatro de los cinco continentes. Especialmente en África, Asia y América Latina y Europa, incluida, España. Pero, su raíz – más allá de la retórica asistencialista como la que despliega la Fundación Bill & Melinda Gates- es capitalista: la búsqueda de rendimientos económicos es lo que ha hecho que los capitalistas hayan puesto sus ojos en las mejores tierras campesinas.
Diferentes factores explican el aumento del acaparamiento de tierras en los últimos años. Entre otros, la creciente presión para producir agrocombustibles como alternativas a las energías fósiles, lo que está creando una demanda artificial sin precedente en los cultivos comerciales. Y por supuesto, la producción de alimentos y su especulación como el motor principal que incentiva el fenómeno global del acaparamiento de tierras.
En síntesis, lo que observamos en el vertiginoso incremento del acaparamiento de tierras es un fenómeno que, por su carácter global, da cuenta de las transformaciones significativas en los procesos de acumulación capitalista en general y en el sector del agro, en particular, ligadas a la centralidad que en ellos recobran la tierra y su renta.
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