PABLO IGLESIAS O LA INMORALIDAD POLÍTICA: EL VICEPRESIDENTE DESCUBRE AHORA QUE EL GOBIERNO NO ES EL PODER (VÍDEO)

POR MÁXIMO RELTI PARA CANARIAS SEMANAL

   Aunque apenas se conoce nada del contenido  del  programa "Salvados" que La Sexta  emitirá el próximo domingo,  esta cadena adelantó hace unos días una pequeña secuencia de la entrevista que le filmaron al vicepresidente Pablo Iglesias,  con el propósito de promocionar su difusión.

    Según puede desprenderse de esta secuencia promocional, Gonzo, su entrevistador, le pregunta al dirigente de Podemos sobre lo que en estos últimos meses ha logrado aprender en su permanencia en el Gobierno. Iglesias, como si de un recién llegado a la actividad política se tratara, respondió con fingida humildad lo que sigue:

   "Me he dado cuenta que estar en el gobierno no es estar en el poder". "Ningún rico y ningún poderoso está dispuesto a aceptar fácilmente una decisión, por muy democrática que sea, y que esa presión, incluso, pues nos habla de una democracia limitada"

(La  secuencia puede verse en el vídeo que insertamos en esta misma página).

    Quienes desconozcan la sinuosa trayectoria política recorrida por el dirigente de Podemos quizá puedan sacar la impresión, por el rostro compungido que el vicepresidente exhibe ante las cámaras, que  Iglesias recién acaba de descubrir en los mismísimos pasillos de La Moncloa, que el Ejecutivo en España no gobierna, sino que tan sólo desempeña el papel de eficaz Consejo de Administración de  los intereses de las grandes  empresas, de las multinacionales, de los Bancos, del IBEX 35, que,  al fin y al cabo, son sus auténticos accionistas.

     No obstante, aquellos que hemos tenido  la curiosidad y el interés de seguir con atención exquisita la biografía política de  esta suerte de hábil e inmoral tahur del Misisipi, cuya principal dedicacion parece consistir en vender humo a sus despistados clientes, sabemos que Iglesias, desde que dejó atrás su atribulada adolescencia, ya era puntual conocedor del auténtico papel que le tocaba desempeñar a los Gobiernos en las sociedades capitalistas. Y lo sabemos no porque dispongamos de una mágica ciencia infusa, sino porque él mismo se atrevía a soltarlo allí donde le dieran la oportunidad de hacerlo. Que ha sido así está al alcance de cualquiera. Basta con invertir un poco de tiempo y buscar en youtube para poder corroborarlo.

   Por esa misma razón, que todo un profesor universitario de Ciencia Política que, además, para grave desprestigio de los  comunistas de verdad se atrevía a confesarse como tal, alegue haber descubierto ahora lo que Carlos Marx ya había denunciado hace siglo y medio a bombo y platillo, no es aunque lo parezca, una muestra de supina ignorancia, sino tan solo de una mezquina tentativa de continuar timando políticamente a la gente.

     Y si, en efecto, las cosas son tal y como estamos manteniendo, ¿a qué viene ahora, pues, este teatral y tardio descubrimiento del Mediterráneo que está tratando de escenificar Pablo Iglesias?

   Pues las razones son fáciles de entender. Las circunstancias que han rodeado la llegada de esta "progresía"  de pacotilla a las instituciones monárquicas ha permitido que su desenmascaramiento social y político se haya producido mucho antes de lo que las expectativas que él y sus aliados habían calculado.

   Para que  una parte de la sociedad española pudiera atisbar a qué intereses  estaba respondiendo el  PSOE después de que ganara las elecciones del año 1982, se necesitó que transcurrieran entre 10 y 15 años. Pero ahora las cosas transcurren  a una velocidad de vértigo. Tan rápidamente que las circunstancias sobrevenidas, además, los han dejado  a ellos y a sus coaligados con el "culo al aire". Las contradicciones sociales y políticas están creciendo con la rapidez que lo hacen las setas. Y si uno no desea perder los apoyos de la clientela electoral que todavía queda, se hace preciso dar un nuevo golpe de timón , aunque este no llegue a pasar de ser un gesto meramente verbal .

    Y es que hay que  concederle a los pretendidos "progres" que los retos han sido muchos y caídos, como Filomena, en aluvión. Las pensiones, los desahucios, la reforma laboral, la ley Mordaza, la estrategia seguida con la pandemia, el salario mínimo, las exigencias de la UE para aflojar los "fondos de ayuda", la renovación de los acuerdos  de renovacion de las bases americanas en España, los compromisos con la Europa neoliberal y el FMI… La derecha clásica -la otra, desengañémonos, la constituyen los que ahora ocupan el Ejecutivo - , no desaprovecha la oportunidad para desevainar su artillería pesada contra sus enemigos, en un juego de "toma y daca" que han caracterizado  las cuatro décadas del Régimen del 78 entre aquellos partidos que se disputan la Administración de la máquina del Estado.

   La verdad es que la "operación progre"  no ha tratado, ni por asomo, aquello de "asaltar los cielos". Ha sido muchísimo más modesta.  Como mucho, apenas intentaba implementar algunas"reformillas" de andar por casa.  Pero, incluso, para ejecutar esos irrelevantes retoques que acabamos de citar, en un país como este,  era imprescindible disponer como mínimo de un cierto apoyo social. Pero a nuestros pusilánimes "reformistas" cuando ya, por fin,  vieron cumplidos sus sueños y  franquearon las puertas de La  Moncloa,  apenas les quedaba un difuso apoyo electoral que, por si fuera poco,  se disolvía progresivamente en un franco declive. Y es que para aquellos que sólo tenían como aspiración  contar con una plaza en los "juegos florales" del festival electoral, han sido demasiados los huevos para la raquítica tortilla que han terminado obteniendo.

    Repentinamente, todo aquel desvaído proyecto pretendidamente  "transformador" con el que pretendían justificar su voraz "asalto a las poltronas", ha quedado desguarnecido y a la  intemperie, sin apenas disponer de unos malhadados colgajos que pudieran servirles para apuntalarlo. Algo similar  le terminó sucediendo  al PSOE, sólo que con la friolera de tres lustros después de que Felipe González,  otra suerte de  tahur del Misisipi, llegara al gobierno.

    Preciso es reconocer, sin embargo,  que a Iglesias no le falta jeta.  Ahora, para intentar seguir manteniendo "prietas sus escuálidas filas",  vuelve a ensayar el paso de la yenka... Ya saben: izquierda, izquierda, derecha, derecha, delante, detrás... un, dos tres. Trata ahora colarnos de nuevo a través de la cadena televisiva que lo parió, que mientras "cabalgaba las contradicciones" sufrió, como San Pablo, una luminosa caída del caballo, que le ha permitido descubrir, como si de un deslumbrante fogonazo se tratara, las malvadas entrañas del Sistema... 

   Y ya sin entrar en más disquisiciones, a la vista del espectáculo a uno no le quedan fuerzas  sino para atreverse a exclamar:  ¡Menudo malandro nos en la tortuosa andadura de los dificiles dias que nos ha tocado vivir!

VÍDEO 1:

VIDEO 2

VIDEO 3