
PACTO DE TOLEDO: EL SISTEMA PÚBLICO DE PENSIONES EN VENTA
" El gobierno “progresista” tiene miedo al movimiento en defensa de las pensiones y en especial a la COESPE"
El Congreso aprobó el 19 de noviembre por mayoría de 262 votos las propuestas de la comisión del Pacto de Toledo. En una maniobra que buscaba escamotear a los pensionistas actuales y venideros el debate sobre su futuro; se votaron las resoluciones del Pacto al mismo tiempo que se aprobaba la nueva Ley de Educación. Fue -escriben Eduardo Luque y Ramón Franquesa - la gritería en los escaños la que ocultó el silencio del debate (...).
Por EDUARDO LUQUE GUERRERO Y RAMÓN FRANQUESA ARTÉS PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
El Congreso aprobó el 19 de noviembre por mayoría de 262 votos las propuestas de la comisión del Pacto de Toledo. En una maniobra que buscaba escamotear a los pensionistas actuales y venideros el debate sobre su futuro; se votaron las resoluciones del Pacto al mismo tiempo que se aprobaba la nueva Ley de Educación. Fue la gritería en los escaños la que ocultó el silencio del debate. Con la nueva contrarreforma de las pensiones la izquierda en el gobierno coincidió plenamente con la derecha. Mientras el PP y Vox gritaban: “libertad” para hacer negocios con la educación privada-concertada, el partido de Casado coincidía con el PSOE y UP en poner sordina a los resultados de la Comisión del Pacto de Toledo. Los noticiarios pasaron por alto la reforma de las pensiones que afectará a generaciones de españoles.
El gobierno “progresista” tiene miedo al movimiento en defensa de las pensiones y en especial a la COESPE, es consciente de que está incumpliendo su programa de legislatura. La COESPE marca en este sentido una linea divisoria que pone al desnudo la distancia entre promesas y hechos. Solo algunas fuerzas progresistas en el parlamento (ERC, Bildu, CUP) han recogido las propuestas del movimiento pensionista para presentarlas como votos particulares.
Han pasado 25 años desde que en 1995 se establecieran las primeras 15 recomendaciones. Desde entonces se han actualizado en dos ocasiones en 2003 y 2011, esta será la tercera. Se pretende que estas propuestas sean vistas por la ciudadanía como una mera cuestión técnica. Se nos quiere hacer creer que es fruto de una reunión de “sabios” que velan por el bien público. Nada de eso, las recomendaciones son el resultado del posicionamiento político de cada partido y de la correlación de fuerzas existente. Son fruto de la ideología y de la lucha política. En esos debates están presentes todas las fuerzas parlamentarias que son en definitiva las que tienen potestad para convertir en leyes esas recomendaciones. La pandemia ha sido el momento perfecto para lanzar la propuesta. El confinamiento ha impedido una respuesta popular contundente.
El documento que ha elaborado la Comisión del Pacto de Toledo presume de lo que no tiene, un análisis fiable de la situación de las pensiones. Solo se contemplan una serie de variables que son muy cuestionadas, otras ni se mencionan o no interesan, se habla de demografía, de costos, de relación entre lo percibido y lo aportado y olvidan intencionadamente el beneficio producido, el enorme incremento de la productividad por trabajador, la riqueza generada a lo largo de muchas décadas (el PIB per cápita pasó de los 4.227€ en 1980 a 26.430€ en 2019[1]) No se habla de cómo los sucesivos gobiernos han utilizado, para conseguir la mayoría en la investidura, las cotizaciones sociales a discreción. No se analiza porqué los gobiernos inclumpieron sus propias normas (el caso más evidente es la gestión del Fondo de Reserva de la SS). Tampoco habla la Comisión de cómo se han otorgado préstamos a determinadas fuerzas políticas representadas en los gobiernos de las CCAA y cómo estas cantidades, tras varias décadas, aún no han sido reclamadas por los gobiernos centrales.
El debate sobre las pensiones está enormemente sesgado no solo en nuestro país. Los “sesudos estudios” sobre la crisis de las pensiones se han demostrado una y otra vez falsos. El BM y la OCDE han pronosticado la quiebra de las pensiones 10 veces en los últimos 14 años. Siempre se han equivocado, pero no hay en su análisis ningún reconocimiento de sus errores. Dando la espalda a la evidencia científica, ellos siguen obsesionados con el “desequilibrio financiero” basado en premisas que como hemos mencionado, son muy cuestionables.
Nos mienten también cuando hablan de las bondades de las pensiones privadas. La realidad se impone siempre. La tan “cacareada” solidez de los sistemas privados se vino abajo en 2009 con la crisis de las hipotecas basura. Los pensionistas, especialmente norteamericanos en aquel momento, perdieron su pensión o vieron su cuantía terriblemente reducida (en más de un 50% de media). Entre un 20 y un 30% de antiguos pensionistas forman parte hoy del ejercito de “homeless” (los sin hogar) que pueblan las ciudades norteamericanas. En nuestro país tenemos ya alguna experiencia. El último gobierno Aznar firmó con los sindicatos mayoritarios en 1996 que una parte de las subidas salariales de los funcionarios públicos fueran obligatoriamente hacia un fondo de pensiones. Fue un fiasco, en el momento de recuperar las cuantías estas eran inferiores a lo que habían aportado los trabajadores.
Los rendimientos financieros fueron mínimos o negativos y la presión fiscal los remató. ¿Aprendieron algo nuestros políticos o los europarlamentarios de esta crisis? ¡Nada! Siguieron entonando la misma cantinela, ¡¡los sistemas privados eran mejores y más seguros!!
PINCHA AQUÍ PARA IR AL DOCUMENTO ÍNTEGRO
Por EDUARDO LUQUE GUERRERO Y RAMÓN FRANQUESA ARTÉS PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
El Congreso aprobó el 19 de noviembre por mayoría de 262 votos las propuestas de la comisión del Pacto de Toledo. En una maniobra que buscaba escamotear a los pensionistas actuales y venideros el debate sobre su futuro; se votaron las resoluciones del Pacto al mismo tiempo que se aprobaba la nueva Ley de Educación. Fue la gritería en los escaños la que ocultó el silencio del debate. Con la nueva contrarreforma de las pensiones la izquierda en el gobierno coincidió plenamente con la derecha. Mientras el PP y Vox gritaban: “libertad” para hacer negocios con la educación privada-concertada, el partido de Casado coincidía con el PSOE y UP en poner sordina a los resultados de la Comisión del Pacto de Toledo. Los noticiarios pasaron por alto la reforma de las pensiones que afectará a generaciones de españoles.
El gobierno “progresista” tiene miedo al movimiento en defensa de las pensiones y en especial a la COESPE, es consciente de que está incumpliendo su programa de legislatura. La COESPE marca en este sentido una linea divisoria que pone al desnudo la distancia entre promesas y hechos. Solo algunas fuerzas progresistas en el parlamento (ERC, Bildu, CUP) han recogido las propuestas del movimiento pensionista para presentarlas como votos particulares.
Han pasado 25 años desde que en 1995 se establecieran las primeras 15 recomendaciones. Desde entonces se han actualizado en dos ocasiones en 2003 y 2011, esta será la tercera. Se pretende que estas propuestas sean vistas por la ciudadanía como una mera cuestión técnica. Se nos quiere hacer creer que es fruto de una reunión de “sabios” que velan por el bien público. Nada de eso, las recomendaciones son el resultado del posicionamiento político de cada partido y de la correlación de fuerzas existente. Son fruto de la ideología y de la lucha política. En esos debates están presentes todas las fuerzas parlamentarias que son en definitiva las que tienen potestad para convertir en leyes esas recomendaciones. La pandemia ha sido el momento perfecto para lanzar la propuesta. El confinamiento ha impedido una respuesta popular contundente.
El documento que ha elaborado la Comisión del Pacto de Toledo presume de lo que no tiene, un análisis fiable de la situación de las pensiones. Solo se contemplan una serie de variables que son muy cuestionadas, otras ni se mencionan o no interesan, se habla de demografía, de costos, de relación entre lo percibido y lo aportado y olvidan intencionadamente el beneficio producido, el enorme incremento de la productividad por trabajador, la riqueza generada a lo largo de muchas décadas (el PIB per cápita pasó de los 4.227€ en 1980 a 26.430€ en 2019[1]) No se habla de cómo los sucesivos gobiernos han utilizado, para conseguir la mayoría en la investidura, las cotizaciones sociales a discreción. No se analiza porqué los gobiernos inclumpieron sus propias normas (el caso más evidente es la gestión del Fondo de Reserva de la SS). Tampoco habla la Comisión de cómo se han otorgado préstamos a determinadas fuerzas políticas representadas en los gobiernos de las CCAA y cómo estas cantidades, tras varias décadas, aún no han sido reclamadas por los gobiernos centrales.
El debate sobre las pensiones está enormemente sesgado no solo en nuestro país. Los “sesudos estudios” sobre la crisis de las pensiones se han demostrado una y otra vez falsos. El BM y la OCDE han pronosticado la quiebra de las pensiones 10 veces en los últimos 14 años. Siempre se han equivocado, pero no hay en su análisis ningún reconocimiento de sus errores. Dando la espalda a la evidencia científica, ellos siguen obsesionados con el “desequilibrio financiero” basado en premisas que como hemos mencionado, son muy cuestionables.
Nos mienten también cuando hablan de las bondades de las pensiones privadas. La realidad se impone siempre. La tan “cacareada” solidez de los sistemas privados se vino abajo en 2009 con la crisis de las hipotecas basura. Los pensionistas, especialmente norteamericanos en aquel momento, perdieron su pensión o vieron su cuantía terriblemente reducida (en más de un 50% de media). Entre un 20 y un 30% de antiguos pensionistas forman parte hoy del ejercito de “homeless” (los sin hogar) que pueblan las ciudades norteamericanas. En nuestro país tenemos ya alguna experiencia. El último gobierno Aznar firmó con los sindicatos mayoritarios en 1996 que una parte de las subidas salariales de los funcionarios públicos fueran obligatoriamente hacia un fondo de pensiones. Fue un fiasco, en el momento de recuperar las cuantías estas eran inferiores a lo que habían aportado los trabajadores.
Los rendimientos financieros fueron mínimos o negativos y la presión fiscal los remató. ¿Aprendieron algo nuestros políticos o los europarlamentarios de esta crisis? ¡Nada! Siguieron entonando la misma cantinela, ¡¡los sistemas privados eran mejores y más seguros!!
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Tamarant | Martes, 08 de Diciembre de 2020 a las 20:09:33 horas
Ke se jodan los trabajadores para que espabilen…
Los Srs. capúullos del P$o€ y unidas Podemos han abandonado y traicionado a sus votantes y militantes, se han bajado las bragas y se han puesto al servicio de la mafia una y otra vez, como siempre… Se han destacado por hacerle el trabajo sucio a la derecha criminal.
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