Viernes, 10 de Octubre de 2025

Actualizada

Viernes, 10 de Octubre de 2025 a las 02:11:39 horas

| 780
Martes, 03 de Noviembre de 2020 Tiempo de lectura:

ILEGALIZAR A VOX

"Como el nacionalsocialismo, Vox se basa en una clandestina estructura de terror y destrucción"

Vox es - afirma Tomás F. Ruiz - una organización basada, como el nacional socialismo, en una clandestina estructura de terror y destrucción de todo tipo de convivencia democrática. Como Hitler hizo antes de tomar definitivamente el poder en 1933,Vox es el huevo de la serpiente (...).

Por TOMÁS F. RUIZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-

 

   Cuando en febrero de 1936 el Frente Popular tomó el poder en la segunda república española, a través de una vía parlamentaria y unas elecciones legítimamente democráticas, el país se encontraba, más en el terreno político que en el económico, en una situación caótica e ingobernable. Ante las masivas movilizaciones ciudadanas que se venían produciendo para modernizar España, desmontando el estado feudal de sumisión en que vivía la clase obrera, la derecha no dudó un momento en aplicar su táctica de sembrar el terror en las calles y poner en jaque a las instituciones democráticas.

 

  Para esto, la CEDA de Gil Robles (apoyada por el peligroso espectro de organizaciones filonazis que, desde la clandestinidad, se alimentaban de esta derecha parlamentaria) no dudaron en utilizar bandas criminales que amenazaban, acosaban e incluso asesinaban impunemente a líderes sindicales que luchaban por una vida mínimamente digna para la clase obrera. El loable objetivo del Frente Popular era desmontar a golpe de ley la situación de esclavitud manifiesta que, desde la lejana edad media, venía sufriendo la población española.

 

 

Desmontar bandas criminales de ultraderecha

 

   El primer paso que el Frente Popular dio en esa dirección fue ilegalizar las bandas criminales de ultraderecha que, alimentadas por la CEDA y financiadas por la Alemania nazi y la Italia fascista, operaban fuera de la ley asesinando líderes y ciudadanos destacados del movimiento obrero. Junto a las Juntas de Ofensiva nacional sindicalista y los Carlistas, la Falange española era, sin duda alguna, la principal protagonista de la política de terror que practicaban criminales bandas de “camisas pardas” como estas, con el beneplácito institucional de siniestros personajes políticos como Gil Robles y Calvo Sotelo.

 

    El camino que la ultraderecha española venía siguiendo para sembrar el pánico en las calles y aplastar las legítimas aspiraciones obreras, no era otro que el mismo que Hitler había comenzado ya a aplicar en Alemania nazi desde comienzos de los años treinta. Ni el káiser ni la justicia teutona hicieron nada por impedirlo. Cuando, acusados de quemar el Reichtag, socialistas y comunistas fueron ilegalizados, encarcelados y exterminados en prisiones nazis, el terror nazi alcanzó sus objetivos totalitarios de gobernar sin oposición en Alemania. Esta maniobra fue denunciada por Bertolt Brecht con aquella frase que ha pasado a la historia como advertencia, pero que sigue siendo olvidada en el mundo del siglo XXI: “Primero se llevaron a los judíos, pero como yo no era judío, no me importó. Después se llevaron a los comunistas, pero como yo no era comunista, tampoco me importó. Luego se llevaron a los obreros, pero como yo no era obrero tampoco me importó. Más tarde se llevaron a los intelectuales, pero como yo no era intelectual, tampoco me importó… Cuando finalmente vivieron por mí, ya estaba solo y no pude hacer nada”.

 

  Copiada por Falange española y sus organizaciones terroristas subsidiarias, la táctica falangista de los años treinta consistió en asesinar a todo aquel que se opusiera a sus dementes pretensiones políticas. Siguiendo el camino de sus promotores alemanes, los cachorros falangistas no dudaron en aplicar la misma táctica: atacar a sindicalistas, disparar contra manifestaciones obreras y asesinar a todos aquellos que pretendieran cualquier mínimo cambio social en la estructura feudal que seguía imponiéndose en España.

 

 

La vía criminal del terrorismo de ultraderecha

 

   Ahora, a casi un siglo de aquella aberrante situación que se dio en la Alemania nazi y en la España republicana, vemos como la historia se repite. El nuevo partido nazi, el que representa a la Falange terrorista de los años treinta, el que sigue alabando la criminal vía de toma del poder que promoviera José Antonio Primo de Rivera, se llama ahora Vox.

 

   Con insidias, amenazas y sembrando el pánico en las calles, Vox sigue copiando las tácticas de terror que se dieron en la Alemania nacional socialista. En este caso, además, los cachorros de Vox cuentan con la complicidad de policías y jueces, especialmente en ciudades como Valencia.

 

    Plegándose al sistema democrático e intentando desbancar al gobierno de coalición que gobierna en España, el líder de Vox Santiago Abascal ha pretendido dar un golpe de Estado institucional. Su pretenciosa “moción de censura” no ha tenido éxito porque sus propios cómplices en el parlamento (el pp), les han dado la espalda. Enfurecido porque las cosas no le han salido como a Adolf Hitler en la Alemania del káiser, Santiago Abascal ha dejado bien claro que ha llegado el momento de imponer en las calles la dialéctica joseantoniana de los puños y las pistolas.

 

   Como ensayo de esa forma terrorista de toma del poder (la misma que provocó la cruenta guerra civil) y tomando como excusa las medidas de contención del Covid19, el fhürer de Vox ha enviado a sus cachorros a tomar las calles y provocar el pánico entre la población española. Aunque los nazis que han tomado las calles apenas si han llegado a medio millar de alborotadores, el efecto ha sido el deseado: la población ha visto como estos desalmados destrozan todo lo que encuentran a su paso, atacan los edificios de las instituciones democráticas y demonizan la independencia catalana. La policía -lo hemos podido ver en los numerosos videos que hay al respecto-, no se ensañó con ellos como lo hizo el primero de octubre de 2017 con los pacíficos manifestantes catalanes pro independencia que fueron a votar en las urnas. Para cubrir las apariencias, han tenido que apalear a algunos de estos nazis y llevárselos detenidos. Como apoyo logístico a sus agentes, la clase política ha asociado a estos terroristas de ultraderecha con grupos antisistema. A río revuelto, ganancia de pescadores.

 

La dialéctica del terror

 

    Los disturbios y el pánico que provocan estas bestias neonazis han sido la respuesta al varapalo que el parlamento dio a su ridícula pretensión de desmontar un gobierno de coalición. Santiago Abascal, en su nueva dialéctica de terror en las calles, ha dejado bien claro cuál será a partir de ahora su respuesta ante los frenos que las instituciones democráticas intenten imponer a sus pretensiones fascistas. En su parco entendimiento, simple imitación de las tácticas nazis, debe creer que si a Hitler le salió bien en la Alemania de los años treinta, también pueden aplicarse con éxito a la España del siglo XXI.

 

   Cualquier otro sistema político mínimamente democrático, no dudaría un momento en desmantelar inmediatamente las organizaciones terroristas neonazis que constituyen las fuerzas clandestinas de choque de Vox. No tan clandestinas, todo hay que decirlo, pues tanto policías como jueces las conocen perfectamente y las dejan actuar por simpatía ideológica.

 

   Vox es una organización basada, como el nacional socialismo, en una clandestina estructura de terror y destrucción de todo tipo de convivencia democrática. Como Hitler hizo antes de tomar definitivamente el poder en 1933, sembrando el terror en las calles y exterminando disidentes, Vox es el huevo de la serpiente que acabará eclosionando y poniendo en jaque a las tímidas instituciones en que se basa la pseudo democracia española.

 

   El ilegítimo rey de España, Felipe VI, tal y como hacía el Kaiser alemán en los años treinta, consiente a Santiago Abascal todos sus desmanes por la evidente afinidad ideológica que los une: a fin de cuentas, ambos vienen del mismo sistema de terror franquista que se impuso en España tras la guerra civil.

 

   Si Vox no es inmediatamente ilegalizado, así como desmanteladas todas sus fuerzas de choque, cuando ese huevo de la serpiente eclosione todos nos veremos en un grave aprieto… E pur si muove.

Comentarios Comentar esta noticia
Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.3

Todavía no hay comentarios

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.