¿EL SOCIALISMO SE CONSTRUYE FABRICANDO MILLONES DE AUTOMÓVILES DE LUJO?
"Un modelo económico insostenible y depredador no deja de serlo solo porque se "pinte de rojo""
Desde que se inició el proceso de apertura económica de China en 1978, el gigante asiático se ha posicionado como la economía de mayor crecimiento del mundo. Sin embargo, muchas son las preguntas que quedan por responder. ¿Realmente es posible hablar de proyecto socialista? ¿Hasta dónde ha sido el avance del capitalismo la economía china en la últimas décadas? ¿Estamos frente a un nuevo paradigma económico, intermedio como sugieren algunos?
Por CARLOS RAFAEL RODRÍGUEZ PARA CANARIAS SEMANAL. ORG.-
"Mientras la gente siga pensando que tener un automóvil es fundamental, esa gente es incapaz de construir una sociedad comunista, una sociedad no opresora, una sociedad pacífica y una sociedad no destructora de la naturaleza. ¿Por qué? Porque se trata de bienes esencialmente no comunistas. Imagínense ustedes 1.000 millones de chinos, cada familia, con su coche; a 4.000 millones de habitantes de la tierra, cada familia, con su coche. Eso es insostenible. La Tierra solo puede soportar eso, si muchos no tienen coche"
Manuel Sacristán, Conferencia “Tradición marxista y nuevos problemas” (1983)
Con el desarrollo cada vez más impetuoso de las relaciones económicas capitalistas en China, el gigante asiático está desarrollando también muchos de los problemas propios de este sistema económico.
Entre ellos, cabe destacar los provocados por la contradicción irresoluble entre el crecimiento continuo y exponencial, inherente al capitalismo, y un ecosistema con recursos finitos y que ya ha sobrepasado a nivel global su capacidad de regeneración. Una contradicción que, de no superarse mediante la sustitución de ese modo de producción depredador por otro capaz de armonizar la satisfacción de las necesidades materiales básicas de la población mundial con la preservación del medioambiente del que ésta depende, terminará generando de manera inevitable un grado de miseria, muerte y barbarie social desconocidos hasta la fecha.
No nos referimos, pues, al crecimiento económico necesario para mejorar las condiciones de vida de los 1.700 millones de ciudadanos de China. Hablamos, concretamente, del insostenible desarrollismo primermundista que hoy impulsa tanto la dirección política del país como una emergente clase burguesa que, significativamente, ya ha empezado a engrosar las filas del Partido "Comunista", y que se manifiesta en "nuevas y crecientes necesidades" consumistas creadas para la expansión del propio capital.
![[Img #64155]](https://canarias-semanal.org/upload/images/10_2020/5135_comunistas.jpg)
El fundador del gigante del comercio electrónico Alibaba, Jack Ma (izquierda) es el hombre más rico de China, con una fortuna de 38.000 millones de dólares. También es miembro del Partido Comunista. No es el único multimillonario con carné. No es el único multimillonario con carné. El segundo hombre más rico de China y presidente del grupo inmobiliario Evergrande, Xu Jianyin, también milita en el Partido Comunista Chino (PCCh). Y en la crecinte lista de multimillonarios "camaradas" hay también empresarios conocidos en España como el presidente del grupo Wanda, Wang Jianlin, que invirtió y bautizó el campo del Atlético de Madrid.
Un significativo síntoma de ello es el hecho de que China se haya convertido en “la gran esperanza" del mercado automovilístico de lujo a nivel internacional, en plena era del coronavirus.
Según han anunciado los voceros de esta industria, el Salón Internacional del Automóvil de Pekín 2020 “se ha convertido en la única oportunidad” para que muchos fabricantes de todo el orbe muestren sus novedades este año, tras la cancelación de las muestras de Ginebra (Suiza), Detroit (EEUU), Los Ángeles (EEUU) y Sao Paulo (Brasil), por la pandemia de la Covid-19.
No hay nada fortuito en este ascenso. El mercado chino es -hoy por hoy- el líder indiscutible en lo que a los automóviles de lujo se refiere, lo que ha convertido a ese país en una de las principales plataformas para la implementación y prueba de nuevas tendencias y soluciones de la industria automotriz.
Así lo ha corroborado, en declaraciones a la web rusa, Sputnik News, el director de análisis de categorías de productos de la firma, Mintel, Wang Huirong, al considerar que pesar de la crisis causada por la pandemia y la disminución general del consumo en China, los fabricantes Porsche y BMW esperan que las ventas de sus productos aumenten en el país asiático,
Para que nos hagamos una idea, China como mercado automovilístico más grande del mundo -independientemente del sector del lujo, vendió el año pasado en su territorio 21 millones de vehículos, muy por encima del segundo mercado más grande del mundo, Estados Unidos, donde se despacharon solo 16 millones de automóviles nuevos.
Tal es la supremacía alcanzada por el mercado del automóvil de China y sus perspectivas de crecimiento que, según Sergei Ivanov, experto ruso en automóviles, "en los próximos años China se convertirá en el principal impulsor del crecimiento de la industria automotriz mundial".
Los propios fabricantes chinos, por su parte, ya no se reconocen como fabricantes de "copias baratas", sino como competidores a la altura de las principales empresas automotrices mundiales.
Que el país asiático haya sustituido a los Estados Unidos como líder en el desarrollo de la industria del automóvil privado -paradigma de la destrucción capitalista del medioambiente-, en lugar de promover un modelo alternativo de movilidad colectivo y sostenible, debería ser suficiente para desatar todas las alarmas de los defensores del supuesto "socialismo con características chinas".
La forma en la que la ideología dominante ha logrado atrofiar este básico "mecanismo de alarma" en muchos de quienes, honradamente, desearían dejar atrás el capitalismo, como la "prehistoria de la sociedad humana", refleja hasta qué punto los valores de este sistema han logrado constituir el "sentido común" incluso de aquellos que dicen querer impugnarlo.
Por CARLOS RAFAEL RODRÍGUEZ PARA CANARIAS SEMANAL. ORG.-
"Mientras la gente siga pensando que tener un automóvil es fundamental, esa gente es incapaz de construir una sociedad comunista, una sociedad no opresora, una sociedad pacífica y una sociedad no destructora de la naturaleza. ¿Por qué? Porque se trata de bienes esencialmente no comunistas. Imagínense ustedes 1.000 millones de chinos, cada familia, con su coche; a 4.000 millones de habitantes de la tierra, cada familia, con su coche. Eso es insostenible. La Tierra solo puede soportar eso, si muchos no tienen coche"
Manuel Sacristán, Conferencia “Tradición marxista y nuevos problemas” (1983)
Con el desarrollo cada vez más impetuoso de las relaciones económicas capitalistas en China, el gigante asiático está desarrollando también muchos de los problemas propios de este sistema económico.
Entre ellos, cabe destacar los provocados por la contradicción irresoluble entre el crecimiento continuo y exponencial, inherente al capitalismo, y un ecosistema con recursos finitos y que ya ha sobrepasado a nivel global su capacidad de regeneración. Una contradicción que, de no superarse mediante la sustitución de ese modo de producción depredador por otro capaz de armonizar la satisfacción de las necesidades materiales básicas de la población mundial con la preservación del medioambiente del que ésta depende, terminará generando de manera inevitable un grado de miseria, muerte y barbarie social desconocidos hasta la fecha.
No nos referimos, pues, al crecimiento económico necesario para mejorar las condiciones de vida de los 1.700 millones de ciudadanos de China. Hablamos, concretamente, del insostenible desarrollismo primermundista que hoy impulsa tanto la dirección política del país como una emergente clase burguesa que, significativamente, ya ha empezado a engrosar las filas del Partido "Comunista", y que se manifiesta en "nuevas y crecientes necesidades" consumistas creadas para la expansión del propio capital.
![[Img #64155]](https://canarias-semanal.org/upload/images/10_2020/5135_comunistas.jpg)
El fundador del gigante del comercio electrónico Alibaba, Jack Ma (izquierda) es el hombre más rico de China, con una fortuna de 38.000 millones de dólares. También es miembro del Partido Comunista. No es el único multimillonario con carné. No es el único multimillonario con carné. El segundo hombre más rico de China y presidente del grupo inmobiliario Evergrande, Xu Jianyin, también milita en el Partido Comunista Chino (PCCh). Y en la crecinte lista de multimillonarios "camaradas" hay también empresarios conocidos en España como el presidente del grupo Wanda, Wang Jianlin, que invirtió y bautizó el campo del Atlético de Madrid.
Un significativo síntoma de ello es el hecho de que China se haya convertido en “la gran esperanza" del mercado automovilístico de lujo a nivel internacional, en plena era del coronavirus.
Según han anunciado los voceros de esta industria, el Salón Internacional del Automóvil de Pekín 2020 “se ha convertido en la única oportunidad” para que muchos fabricantes de todo el orbe muestren sus novedades este año, tras la cancelación de las muestras de Ginebra (Suiza), Detroit (EEUU), Los Ángeles (EEUU) y Sao Paulo (Brasil), por la pandemia de la Covid-19.
No hay nada fortuito en este ascenso. El mercado chino es -hoy por hoy- el líder indiscutible en lo que a los automóviles de lujo se refiere, lo que ha convertido a ese país en una de las principales plataformas para la implementación y prueba de nuevas tendencias y soluciones de la industria automotriz.
Así lo ha corroborado, en declaraciones a la web rusa, Sputnik News, el director de análisis de categorías de productos de la firma, Mintel, Wang Huirong, al considerar que pesar de la crisis causada por la pandemia y la disminución general del consumo en China, los fabricantes Porsche y BMW esperan que las ventas de sus productos aumenten en el país asiático,
Para que nos hagamos una idea, China como mercado automovilístico más grande del mundo -independientemente del sector del lujo, vendió el año pasado en su territorio 21 millones de vehículos, muy por encima del segundo mercado más grande del mundo, Estados Unidos, donde se despacharon solo 16 millones de automóviles nuevos.
Tal es la supremacía alcanzada por el mercado del automóvil de China y sus perspectivas de crecimiento que, según Sergei Ivanov, experto ruso en automóviles, "en los próximos años China se convertirá en el principal impulsor del crecimiento de la industria automotriz mundial".
Los propios fabricantes chinos, por su parte, ya no se reconocen como fabricantes de "copias baratas", sino como competidores a la altura de las principales empresas automotrices mundiales.
Que el país asiático haya sustituido a los Estados Unidos como líder en el desarrollo de la industria del automóvil privado -paradigma de la destrucción capitalista del medioambiente-, en lugar de promover un modelo alternativo de movilidad colectivo y sostenible, debería ser suficiente para desatar todas las alarmas de los defensores del supuesto "socialismo con características chinas".
La forma en la que la ideología dominante ha logrado atrofiar este básico "mecanismo de alarma" en muchos de quienes, honradamente, desearían dejar atrás el capitalismo, como la "prehistoria de la sociedad humana", refleja hasta qué punto los valores de este sistema han logrado constituir el "sentido común" incluso de aquellos que dicen querer impugnarlo.































Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.188