
EX PRESIDENTES Y EX SINDICALISTAS EN DEFENSA DE MARTÍN VILLA, "UNO DE LOS NUESTROS".
Desde los cuatros expresidentes a los sindicalistas de UGT y CCOO, todos, en avalancha , han acudido a salvar de las garras de la Justicia al presunto victimario de la masacre de Vitoria
A tropel salieron de los bajos de las polvorientas alfombras de los dos últimos regímenes políticos españoles, los siniestros personajes que hicieron posible que los deseos del dictador Francisco Franco -"esto queda atado y bien atado"-, se cumplieran a pié juntillas. Esta semana se ha producido, como si de una instantánea fotográfica se tratara, un vívido retrato histórico de lo que realmente ha estado sucediendo en este desgraciado país nuestro durante las últimas cuatro décadas (...).
Por ADAY QUESADA PARA CANARIAS SEMANAL
El próximo jueves, 3 de septiembre, un destacado ex máximo jerarca del Régimen franquista se verá obligado a comparecer ante la jueza argentina María Servini, para responder por los presuntos crímenes cometidos durante la Dictadura, a la que sirvió con total lealtad mientras ésta duró.
Se trata, nada menos, que de Rodolfo Martín Villa, el primer ministro del Ministerio del Interior del primer Gobierno que, presidido por Arias Navarro - "el carnicerito de Málaga" -, siguió a la muerte de Francisco Franco.
Pero la carrera de Martín Villa no comenzó, ni mucho menos, desempeñando esa responsabilidad ministerial. Desde sus más tiernos años mozos comenzó a distinguirse precozmente en las filas de la Organización fascista en el poder, la "Falange Tradicionalista y de las JONS". A principios de la década de los 60 fue nombrado Jefe Nacional del SEU (Sindicato Español Universitario). La organización politica entre cuyas funciones se encontraba el ejercicio del control y vigilancia de los díscolos jovenes universitarios que por entonces empezaba a llenar -y también a agitar- las aulas de las Universidades españolas.
ADOLFO SUÁREZ Y RODOLFO MARTÍN VILLA, DOS TREPAS DE ARMAS TOMAR
El intenso "entrenamiento" logrado por el joven Rodolfo en los ámbitos universitarios fascistas le sirvió al joven falangista para ser promocionado como procurador -"diputado"- de las dóciles Cortes franquistas. Durante su periplo "parlamentario", Martín Villa no se caracterizó precisamente por sus posiciones políticamente "liberales", sino justamente por todo lo contrario. Fue un defensor acérrimo de la ortodoxia doctrinal joseantoniana, que compartiría, por cierto, con su "camarada" Adolfo Suárez González, el futuro presidente del segundo gobierno de la Monarquía, y hábil urdidor de las maniobras encaminadas a la consolidación del Sistema político impuesto por el "caudillo".
Ambos personajes, sin embargo, contaban con un origen social muy similar. El padre de Martín Villa era un modesto empleado de los ferrocarriles españoles, y el de Adolfo Suárez un humilde Secretario de Juzgado de tercer orden, con simpatías, por cierto, discretamente republicanas. Se trataba, pues, de un origen social nada frecuente en la alta dirigencia del fascismo autóctono, que solía nutrir sus filas de personajes de sonoros apellidos, muchos de ellos vinculados en mayor o menor medida, a la propiedad de la tierra, a la Banca o la aristocracia venida a menos. El que ambos trepas dispusieran de un conocimiento más auténtico de lo que se estaba moviendo en la sociedad española les permitió a estos dos pícaros chuleteros hacerse con el control político del aparato de un Estado que en aquellos momentos hacia aguas por todas partes.
Después de haber desempeñado los cargos de Delegado Provincial del Sindicato vertical franquista en la ciudad de Barcelona, de Secretario General del conjunto de la Organizacion Sindical de la dictadura y de miembro del Consejo del Reino, el sagaz Martín Villa consiguió ser finalmente nombrado Gobernador Civil de Barcelona en 1974, justo un año antes de la muerte del "Caudillo". Un año que en Barcelona se caracterizó por la especial dureza represiva contra el conjunto de la oposición antifranquista y sindical en la capital de Cataluña. Martín Villa, como Gobernador Civil , una suerte de virrey regional, estuvo a la cabeza de la misma. La bibliografía existente sobre aquel tenebroso periodo acredita la dureza ejercida por el omnipotente Rodolfo.
En diciembre de 1975, treinta días despues de la muerte del dictador, Martín Villa fue nombrado Ministro de Relaciones Sindicales, en una época en la que el único Sindicato existente era el vertical que imponia la dictadura. Luego, en cadena, vendría el Ministerio del Interior, Consejos de administracion de grandes empresas, periódicos, etc. etc
La jueza argentina María Servini, que el próximo jueves someterá a interrogatorio telemático al ex jerarca franquista, estima estar en posesión de elementos que demuestran que Martín Villa fue responsable de la sangrienta represión que tuvo lugar en marzo de 1976, en ciudad Vitoria. Mientras 4.000 trabajadores en huelga permanecían reunidos en una multitudinaria Asamblea en el recinto de una iglesia de la citada localidad, las fuerzas de la Policía Armada española - la famosa "gristapo"- penetraron en la Iglesia procediendo a desalojar con insólita brutalidad a los allí concentrados. En lo que fue una salvaje encerrona, a la salida de la Iglesia un enorme contingente de Fuerzas de la Policía Armada dispararon a discreción contra aquellos que trataban de desalojar el recinto, a la vez que les arrojaban gases lacrimógenos. A resultas de aquella brutal represión se produjo una auténtica masacre en la que resultaron heridos más de 150 trabajadores y cinco jóvenes muertos.
Durante años y años, Martín Villa ha logrado sortear la demanda de interrogatorios por parte de la jueza María Servini, que ahora le acusa de "homicidio agravado" por ser el máximo responsable de aquellos acontecimientos y a cuyas órdenes se encontraban las fuerzas represivas actuantes.
¡SALVAR A UNO DE LOS NUESTROS!
Con ser llamativa la culminación de este acto judicial -muy posiblemente sin ninguna consecuencia punitiva contra el ex ministro de la dictadura - lo que sí llama poderosamente la atención - o quizás no tanto- son las personalidades que han suscrito su apoyo a Martín Villa. Como sucediera también con otra reciente manifestación de adhesión a Juan Carlos I de Borbón, todos los ex presidentes de la Monarquía juancarlista, -Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy- han expresado públicamente su solidaridad con el ex ministro que en los próximos días será sometido a interrogatorio.
Pero si esta rúbrica solidaria de los ex Presidentes de la Monarquía juancarlista no deja de ser sino una relevante instantánea "fotográfica" de cuáles han sido las características reales del Régimen político corrupto que ha dominado la vida política española durante las últimas cuatro décadas, no deja de ser aún más ilustrativo que los ex Secretarios Generales de los Sindicatos oficiales del actual Régimen -UGT y CCOO- Nicolás Redondo, Cándido Méndez, Antonio Gutiérrez y José María Fidalgo hayan salido también en vigorosa defensa de quien hoy es reo de la acusación de haber sido el presunto responsable de la muerte de cinco trabajadores y de de 150 asalariados más. (¿Un enternecedor gesto de solidaridad burocrática entre miembros del antiguo aparato sindical del franquismo, y del "renovado" sindicalismo de la Monarquía juancarlista?).
A las filas de esta vergonzosa "vanguardia rúbricante" se agregó, además de una extensa lista de apellidos de políticos pertenecientes históricamente al franquismo ramplón, el nombre Josep Borrell, el actual Alto Representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y ex ministro del Gobierno "progresista" que hoy encabezan Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Todo un símbolo. ¿O no?
Por ADAY QUESADA PARA CANARIAS SEMANAL
El próximo jueves, 3 de septiembre, un destacado ex máximo jerarca del Régimen franquista se verá obligado a comparecer ante la jueza argentina María Servini, para responder por los presuntos crímenes cometidos durante la Dictadura, a la que sirvió con total lealtad mientras ésta duró.
Se trata, nada menos, que de Rodolfo Martín Villa, el primer ministro del Ministerio del Interior del primer Gobierno que, presidido por Arias Navarro - "el carnicerito de Málaga" -, siguió a la muerte de Francisco Franco.
Pero la carrera de Martín Villa no comenzó, ni mucho menos, desempeñando esa responsabilidad ministerial. Desde sus más tiernos años mozos comenzó a distinguirse precozmente en las filas de la Organización fascista en el poder, la "Falange Tradicionalista y de las JONS". A principios de la década de los 60 fue nombrado Jefe Nacional del SEU (Sindicato Español Universitario). La organización politica entre cuyas funciones se encontraba el ejercicio del control y vigilancia de los díscolos jovenes universitarios que por entonces empezaba a llenar -y también a agitar- las aulas de las Universidades españolas.
ADOLFO SUÁREZ Y RODOLFO MARTÍN VILLA, DOS TREPAS DE ARMAS TOMAR
El intenso "entrenamiento" logrado por el joven Rodolfo en los ámbitos universitarios fascistas le sirvió al joven falangista para ser promocionado como procurador -"diputado"- de las dóciles Cortes franquistas. Durante su periplo "parlamentario", Martín Villa no se caracterizó precisamente por sus posiciones políticamente "liberales", sino justamente por todo lo contrario. Fue un defensor acérrimo de la ortodoxia doctrinal joseantoniana, que compartiría, por cierto, con su "camarada" Adolfo Suárez González, el futuro presidente del segundo gobierno de la Monarquía, y hábil urdidor de las maniobras encaminadas a la consolidación del Sistema político impuesto por el "caudillo".
Ambos personajes, sin embargo, contaban con un origen social muy similar. El padre de Martín Villa era un modesto empleado de los ferrocarriles españoles, y el de Adolfo Suárez un humilde Secretario de Juzgado de tercer orden, con simpatías, por cierto, discretamente republicanas. Se trataba, pues, de un origen social nada frecuente en la alta dirigencia del fascismo autóctono, que solía nutrir sus filas de personajes de sonoros apellidos, muchos de ellos vinculados en mayor o menor medida, a la propiedad de la tierra, a la Banca o la aristocracia venida a menos. El que ambos trepas dispusieran de un conocimiento más auténtico de lo que se estaba moviendo en la sociedad española les permitió a estos dos pícaros chuleteros hacerse con el control político del aparato de un Estado que en aquellos momentos hacia aguas por todas partes.
Después de haber desempeñado los cargos de Delegado Provincial del Sindicato vertical franquista en la ciudad de Barcelona, de Secretario General del conjunto de la Organizacion Sindical de la dictadura y de miembro del Consejo del Reino, el sagaz Martín Villa consiguió ser finalmente nombrado Gobernador Civil de Barcelona en 1974, justo un año antes de la muerte del "Caudillo". Un año que en Barcelona se caracterizó por la especial dureza represiva contra el conjunto de la oposición antifranquista y sindical en la capital de Cataluña. Martín Villa, como Gobernador Civil , una suerte de virrey regional, estuvo a la cabeza de la misma. La bibliografía existente sobre aquel tenebroso periodo acredita la dureza ejercida por el omnipotente Rodolfo.
En diciembre de 1975, treinta días despues de la muerte del dictador, Martín Villa fue nombrado Ministro de Relaciones Sindicales, en una época en la que el único Sindicato existente era el vertical que imponia la dictadura. Luego, en cadena, vendría el Ministerio del Interior, Consejos de administracion de grandes empresas, periódicos, etc. etc
La jueza argentina María Servini, que el próximo jueves someterá a interrogatorio telemático al ex jerarca franquista, estima estar en posesión de elementos que demuestran que Martín Villa fue responsable de la sangrienta represión que tuvo lugar en marzo de 1976, en ciudad Vitoria. Mientras 4.000 trabajadores en huelga permanecían reunidos en una multitudinaria Asamblea en el recinto de una iglesia de la citada localidad, las fuerzas de la Policía Armada española - la famosa "gristapo"- penetraron en la Iglesia procediendo a desalojar con insólita brutalidad a los allí concentrados. En lo que fue una salvaje encerrona, a la salida de la Iglesia un enorme contingente de Fuerzas de la Policía Armada dispararon a discreción contra aquellos que trataban de desalojar el recinto, a la vez que les arrojaban gases lacrimógenos. A resultas de aquella brutal represión se produjo una auténtica masacre en la que resultaron heridos más de 150 trabajadores y cinco jóvenes muertos.
Durante años y años, Martín Villa ha logrado sortear la demanda de interrogatorios por parte de la jueza María Servini, que ahora le acusa de "homicidio agravado" por ser el máximo responsable de aquellos acontecimientos y a cuyas órdenes se encontraban las fuerzas represivas actuantes.
¡SALVAR A UNO DE LOS NUESTROS!
Con ser llamativa la culminación de este acto judicial -muy posiblemente sin ninguna consecuencia punitiva contra el ex ministro de la dictadura - lo que sí llama poderosamente la atención - o quizás no tanto- son las personalidades que han suscrito su apoyo a Martín Villa. Como sucediera también con otra reciente manifestación de adhesión a Juan Carlos I de Borbón, todos los ex presidentes de la Monarquía juancarlista, -Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy- han expresado públicamente su solidaridad con el ex ministro que en los próximos días será sometido a interrogatorio.
Pero si esta rúbrica solidaria de los ex Presidentes de la Monarquía juancarlista no deja de ser sino una relevante instantánea "fotográfica" de cuáles han sido las características reales del Régimen político corrupto que ha dominado la vida política española durante las últimas cuatro décadas, no deja de ser aún más ilustrativo que los ex Secretarios Generales de los Sindicatos oficiales del actual Régimen -UGT y CCOO- Nicolás Redondo, Cándido Méndez, Antonio Gutiérrez y José María Fidalgo hayan salido también en vigorosa defensa de quien hoy es reo de la acusación de haber sido el presunto responsable de la muerte de cinco trabajadores y de de 150 asalariados más. (¿Un enternecedor gesto de solidaridad burocrática entre miembros del antiguo aparato sindical del franquismo, y del "renovado" sindicalismo de la Monarquía juancarlista?).
A las filas de esta vergonzosa "vanguardia rúbricante" se agregó, además de una extensa lista de apellidos de políticos pertenecientes históricamente al franquismo ramplón, el nombre Josep Borrell, el actual Alto Representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y ex ministro del Gobierno "progresista" que hoy encabezan Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Todo un símbolo. ¿O no?
maribel santana | Jueves, 03 de Septiembre de 2020 a las 00:23:08 horas
El que dice que España y Canarias no son países de fascistas están desubicado por completo. Que asco estos sindicatos y esta "izquierda"....Apoyando a criminales.
Accede para votar (0) (0) Accede para responder