
LA RESPONSABILIDAD CRIMINAL DE QUIÉNES NOS DESARMARON PSICOLÓGICAMENTE FRENTE AL CORONAVIRUS
Primero dijeron que era una "simple gripe", ahora se apresuran a "desconfinar" instados por el gran capital
Sin contar con la más mínima autoridad científica, - escribe nuestro colaborador Máximo Relti - políticos, todólogos, supuestos especialistas y tertulianos se atrevieron durante los primeros meses del presente año, a enviar un irresponsable mensaje de "desarme psicológico"a la sociedad española. Una "troupé" de ignorantes, pero con amplia cobertura en los medios, nos convencieron de que lo que se avecinaba era una simple "gripilla" sin mayores consecuencias. Hoy, de nuevo, esos mismos personajes están tratando de atenuar os efectos que tendrá para la sociedad española las nuevas medidas implementadas , que sacarán a miles de niños a las calles. Escuchemos, aunque sea por una vez, cuál es la opinión de la ciencia y de los científicos al respecto.
POR MÁXIMO RELTI PARA CANARIAS SEMANAL
Hace ya tres meses, políticos, "todólogos" y "tertulianos" de todo pelaje indujeron a una buena parte de la población española a "desarmarse psicológicamente" frente a la pandemia del coronavirus que, con paso veloz, se estaba avecinando.
Muy doctorales ellos, sin contar con el más mínimo conocimiento científico al respecto y sin prestar la más ínfima atención a lo que estaba sucediendo en China, se atrevieron a enviar un mensaje irresponsable a millones de españoles a través de los medios de comunicación: que lo que sucedía en Extremo Oriente era una simple "gripe", poco más que un catarro común, y que la epidemia tenía incidencia en ese país asiático porque allí no se disponía de unas estructuras sanitarias como las españolas, que "eran las mejores del mundo". Fue aquel un vetusto reflejo imperial celtibérico y eurocéntrico que, a estas alturas, continuaba ignorando que China es la primera potencia económica mundial en muchos rubros, y la segunda en otros.
¿CÓMO DESARMARON PSICOLÓGICAMENTE A LA POBLACIÓN FRENTE A LA AGRESIVIDAD DEL CORONAVIRUS?
Puede entenderse que en el Estado español el ciudadano común, sin más fuentes de información, creyera que el SARS-Cov 2 era, en efecto, un virus sin importancia, similar al que provoca la gripe común. Y también que no prestara atención a los efectos de lo que estaba sucediendo en China. Al fin y al cabo, para la óptima dominante se trata de un país lejano, de cultura "extraña" y supuestamente "exótica". Pero que presuntos "periodistas especializados" se atrevieran a lanzar "urbi et orbi" aseveraciones de la envergadura de las referidas tiene muchísimo delito. Y es que lo que entonces era solo una epidemia se estaba produciendo, en realidad, en un país con extraordinarios avances científicos, técnicos y sanitarios, inimaginables en la periferia europea donde habitamos.
Tras el drama que hemos podido contemplar a lo largo de las últimas semanas, nuestros "todólogos" y los medios bajo los que se amparan, sorprendidos en su estulticia, han recurrido a hacer de su capa un sayo y a decir Diego donde antes habían dicho digo. La responsabilidad criminal contraída por su ignorancia ha quedado impune, diluida en la nada, porque en el gremio periodístico español, que conserva los mismos moldes y tics que los ahormaban durante la pasada dictadura, lo que sigue perviviendo en ellos es una miserable fidelidad al poder todopoderoso de la empresa.
Pero más grave aún, si cabe, es que en los casi tres meses transcurridos desde el primer caso de coronavirus registrado en el Estado español nadie parece haber aprendido nada, tal y como nos temíamos.
Una larga y macabra estela de miles de muertos y contagiados han jalonado estos últimos 90 días. De acuerdo con la opinión de los expertos - y cuando hablamos de "expertos" nos referimos a hombres y mujeres de ciencia cuya opiniones no estén lastradas por otros intereses -, la pandemia está todavía lejos de acabar. Sin embargo, los mismos "todólogos" (¿solo ignorantes?) que antes insistían en que "no había nada que temer", perseveran ahora para convencernos de que la afilada y negra guadaña del coronavirus está dando ya sus últimos estertores.
En el Archipiélago Canario, por ejemplo, patrones hoteleros, destacados personajes del Gobierno de la coalición "progresista" canaria y su comité político de "asesores científicos" ya están proyectando la apertura de hoteles para las próximas semanas. Algunos de ellos incluso se aventuran a sugerir la ejecución de alambicados "experimentos socio-turísticos" en las Islas que permitan la rápida recuperación del turismo desertor.
Está alentando este tipo de propuestas el hecho de que las tasas de contagio y mortalidad en Canarias han sido más bajas que en el resto del Estado.
No vale la pena detenerse aquí en describir en qué van a consistir esta suerte de "ensayos" político-empresariales. Pero, ante su eventual realización, conviene recordar las declaraciones formuladas esta misma semana por el Secretario General de la Organización Mundial de la Salud, en las que advertía seriamente sobre los peligros inherentes a los desconfinamientos precoces. La contundencia de Adhanom Ghebreyesus en relación con el resultado de la pandemia fue así de dura: "lo peor está aún por llegar".
LOS NIÑOS SON INOCENTES, PERO NO "PANDEMICAMENTE" INOFENSIVOS
A partir del próximo 27 de abril, los niños españoles podrán salir nuevamente a las calles. Los niños chinos no contaron en Wuhan con esa misma posibilidad. Posiblemente, gracias a ello muchos de sus abuelos permanecen todavía con vida. La autorización gubernamental española vino acompañada, además, de toda una suerte de contradicciones, órdenes y contraórdenes, que a estas horas de la hecatombe que vivimos resultan realmente inverosímiles. Se trata una medida que parece estar orientada a insuflarnos la sensación de que nos encontramos a punto entrar en la "normalidad". Pero no nos engañemos. Aquí, al igual que en los Estados Unidos de Donald Trump, en el Reino Unido de Boris Johnson o en la Alemania de Ángela Merkel, el objetivo fundamental de los desconfinamientos es atajar la hemorragia de pérdidas de la gran patronal, tanto la industrial como la financiera. El torniquete para hacerlo quieren que lo apliquen los asalariados con su incorporación al trabajo. Y si para ello fuera preciso permitir que el virus acabara con la vida de los viejos improductivos, no lo dudarían ni un solo instante.
¿CUÁL ES LA OPINIÓN DE LA CIENCIA?
En relación con las últimas medidas de forzada "naturalización"
de la vida social, conviene acudir a la desatendida opinión de los científicos. Este miércoles, 22 de abril, el Jefe de sección de Neumología Pediátrica del Hospital Vall d'Hebron, de Barcelona, afirmaba lo siguiente, en declaraciones al periódico "El País", sobre la circulación de los niños en las calles de nuestras ciudades:
"Lo lógico es que asumamos que los niños pueden ser unos grandes transmisores porque una de las cosas que más ha contribuido a que se extienda el virus es la capacidad de diseminarse desde personas que no tienen ningún síntoma. Y este podía ser el caso de los niños. Es muy importante tomar esa precaución [del confinamiento].
"Es evidente, y está muy bien estudiado, que en la gripe, los niños de dos a seis años son los que contagian a los adultos. Pero en coronavirus no se conoce tan bien porque las pruebas que teníamos hasta ahora se han destinado a estudiar a los adultos enfermos. En los próximos meses habrá que estudiar cuántos niños lo han pasado y comprobar hasta qué punto pueden ser grandes contagiadores. Hay algunas infecciones víricas donde esto ocurre así y con el coronavirus puede ser también".
Y al ser interrogado por el periodista de "El País" sobre para quién resultaba más peligroso desconfinar a los niños, ¿para ellos o para los adultos? el especialista en neumología pediátrica, contestó:
"Probablemente será más peligroso para los adultos, porque sobre los niños tendrá menos repercusión. El cuidado se tendrá que hacer en que ellos no sean una fuente de transmisión o que por los contactos sociales entre familias diferentes o en el colegio no se transmitan de unos a otros. Pero sí, seguro será más peligroso para los adultos que para los niños".
PROPUESTA FINAL
Salvo que se produzca un sorprendente giro copernicano en el comportamiento del coronavirus, no es difícil pronosticar, por pura lógica, que estos desconfinamientos realizados antes de que ésta se supera la pandemia pueden provocar una nueva multiplicación de los contagios.
Insistimos en que lo que aquí afirmamos no es el resultado de una originalidad de quien rubrica estas líneas. Lo ha dejado expresamente claro la máxima autoridad mundial de la salud , Adhanom Ghebreyesus.
Finalmente, propongo a los lectores su participación en un interesante ejercicio de periodismo de investigación interactivo. Traten de recoger en los próximos días las declaraciones de políticos, "paraperiodistas", "todólogos", etc. en las que estos se hayan pronunciado a favor del desconfinamiento o por los esperpénticos "experimentos" turístico- empresariales para la recuperación de clientes en cualquier lugar del Estado.
Procuren conservar los datos del medio donde se emitieron tales declaraciones, del nombre de quien las realizó, así como de la fecha en la que esas "propuestas" fueron hechas públicas. Cuando dispongamos de la posibilidad de contrastar cuáles han sido los efectos que tales proyectos han tenido en la evolución de la pandemia, publiquen en este mismo medio el resultado de su trabajo archivístico. Hacerlo así, servirá de escarnio público a aquellos irresponsables delincuentes que han colocado la codicia por encima de la vida.
POR MÁXIMO RELTI PARA CANARIAS SEMANAL
Hace ya tres meses, políticos, "todólogos" y "tertulianos" de todo pelaje indujeron a una buena parte de la población española a "desarmarse psicológicamente" frente a la pandemia del coronavirus que, con paso veloz, se estaba avecinando.
Muy doctorales ellos, sin contar con el más mínimo conocimiento científico al respecto y sin prestar la más ínfima atención a lo que estaba sucediendo en China, se atrevieron a enviar un mensaje irresponsable a millones de españoles a través de los medios de comunicación: que lo que sucedía en Extremo Oriente era una simple "gripe", poco más que un catarro común, y que la epidemia tenía incidencia en ese país asiático porque allí no se disponía de unas estructuras sanitarias como las españolas, que "eran las mejores del mundo". Fue aquel un vetusto reflejo imperial celtibérico y eurocéntrico que, a estas alturas, continuaba ignorando que China es la primera potencia económica mundial en muchos rubros, y la segunda en otros.
¿CÓMO DESARMARON PSICOLÓGICAMENTE A LA POBLACIÓN FRENTE A LA AGRESIVIDAD DEL CORONAVIRUS?
Puede entenderse que en el Estado español el ciudadano común, sin más fuentes de información, creyera que el SARS-Cov 2 era, en efecto, un virus sin importancia, similar al que provoca la gripe común. Y también que no prestara atención a los efectos de lo que estaba sucediendo en China. Al fin y al cabo, para la óptima dominante se trata de un país lejano, de cultura "extraña" y supuestamente "exótica". Pero que presuntos "periodistas especializados" se atrevieran a lanzar "urbi et orbi" aseveraciones de la envergadura de las referidas tiene muchísimo delito. Y es que lo que entonces era solo una epidemia se estaba produciendo, en realidad, en un país con extraordinarios avances científicos, técnicos y sanitarios, inimaginables en la periferia europea donde habitamos.
Tras el drama que hemos podido contemplar a lo largo de las últimas semanas, nuestros "todólogos" y los medios bajo los que se amparan, sorprendidos en su estulticia, han recurrido a hacer de su capa un sayo y a decir Diego donde antes habían dicho digo. La responsabilidad criminal contraída por su ignorancia ha quedado impune, diluida en la nada, porque en el gremio periodístico español, que conserva los mismos moldes y tics que los ahormaban durante la pasada dictadura, lo que sigue perviviendo en ellos es una miserable fidelidad al poder todopoderoso de la empresa.
Pero más grave aún, si cabe, es que en los casi tres meses transcurridos desde el primer caso de coronavirus registrado en el Estado español nadie parece haber aprendido nada, tal y como nos temíamos.
Una larga y macabra estela de miles de muertos y contagiados han jalonado estos últimos 90 días. De acuerdo con la opinión de los expertos - y cuando hablamos de "expertos" nos referimos a hombres y mujeres de ciencia cuya opiniones no estén lastradas por otros intereses -, la pandemia está todavía lejos de acabar. Sin embargo, los mismos "todólogos" (¿solo ignorantes?) que antes insistían en que "no había nada que temer", perseveran ahora para convencernos de que la afilada y negra guadaña del coronavirus está dando ya sus últimos estertores.
En el Archipiélago Canario, por ejemplo, patrones hoteleros, destacados personajes del Gobierno de la coalición "progresista" canaria y su comité político de "asesores científicos" ya están proyectando la apertura de hoteles para las próximas semanas. Algunos de ellos incluso se aventuran a sugerir la ejecución de alambicados "experimentos socio-turísticos" en las Islas que permitan la rápida recuperación del turismo desertor.
Está alentando este tipo de propuestas el hecho de que las tasas de contagio y mortalidad en Canarias han sido más bajas que en el resto del Estado.
No vale la pena detenerse aquí en describir en qué van a consistir esta suerte de "ensayos" político-empresariales. Pero, ante su eventual realización, conviene recordar las declaraciones formuladas esta misma semana por el Secretario General de la Organización Mundial de la Salud, en las que advertía seriamente sobre los peligros inherentes a los desconfinamientos precoces. La contundencia de Adhanom Ghebreyesus en relación con el resultado de la pandemia fue así de dura: "lo peor está aún por llegar".
LOS NIÑOS SON INOCENTES, PERO NO "PANDEMICAMENTE" INOFENSIVOS
A partir del próximo 27 de abril, los niños españoles podrán salir nuevamente a las calles. Los niños chinos no contaron en Wuhan con esa misma posibilidad. Posiblemente, gracias a ello muchos de sus abuelos permanecen todavía con vida. La autorización gubernamental española vino acompañada, además, de toda una suerte de contradicciones, órdenes y contraórdenes, que a estas horas de la hecatombe que vivimos resultan realmente inverosímiles. Se trata una medida que parece estar orientada a insuflarnos la sensación de que nos encontramos a punto entrar en la "normalidad". Pero no nos engañemos. Aquí, al igual que en los Estados Unidos de Donald Trump, en el Reino Unido de Boris Johnson o en la Alemania de Ángela Merkel, el objetivo fundamental de los desconfinamientos es atajar la hemorragia de pérdidas de la gran patronal, tanto la industrial como la financiera. El torniquete para hacerlo quieren que lo apliquen los asalariados con su incorporación al trabajo. Y si para ello fuera preciso permitir que el virus acabara con la vida de los viejos improductivos, no lo dudarían ni un solo instante.
¿CUÁL ES LA OPINIÓN DE LA CIENCIA?
En relación con las últimas medidas de forzada "naturalización" de la vida social, conviene acudir a la desatendida opinión de los científicos. Este miércoles, 22 de abril, el Jefe de sección de Neumología Pediátrica del Hospital Vall d'Hebron, de Barcelona, afirmaba lo siguiente, en declaraciones al periódico "El País", sobre la circulación de los niños en las calles de nuestras ciudades:
"Lo lógico es que asumamos que los niños pueden ser unos grandes transmisores porque una de las cosas que más ha contribuido a que se extienda el virus es la capacidad de diseminarse desde personas que no tienen ningún síntoma. Y este podía ser el caso de los niños. Es muy importante tomar esa precaución [del confinamiento].
"Es evidente, y está muy bien estudiado, que en la gripe, los niños de dos a seis años son los que contagian a los adultos. Pero en coronavirus no se conoce tan bien porque las pruebas que teníamos hasta ahora se han destinado a estudiar a los adultos enfermos. En los próximos meses habrá que estudiar cuántos niños lo han pasado y comprobar hasta qué punto pueden ser grandes contagiadores. Hay algunas infecciones víricas donde esto ocurre así y con el coronavirus puede ser también".
Y al ser interrogado por el periodista de "El País" sobre para quién resultaba más peligroso desconfinar a los niños, ¿para ellos o para los adultos? el especialista en neumología pediátrica, contestó:
"Probablemente será más peligroso para los adultos, porque sobre los niños tendrá menos repercusión. El cuidado se tendrá que hacer en que ellos no sean una fuente de transmisión o que por los contactos sociales entre familias diferentes o en el colegio no se transmitan de unos a otros. Pero sí, seguro será más peligroso para los adultos que para los niños".
PROPUESTA FINAL
Salvo que se produzca un sorprendente giro copernicano en el comportamiento del coronavirus, no es difícil pronosticar, por pura lógica, que estos desconfinamientos realizados antes de que ésta se supera la pandemia pueden provocar una nueva multiplicación de los contagios.
Insistimos en que lo que aquí afirmamos no es el resultado de una originalidad de quien rubrica estas líneas. Lo ha dejado expresamente claro la máxima autoridad mundial de la salud , Adhanom Ghebreyesus.
Finalmente, propongo a los lectores su participación en un interesante ejercicio de periodismo de investigación interactivo. Traten de recoger en los próximos días las declaraciones de políticos, "paraperiodistas", "todólogos", etc. en las que estos se hayan pronunciado a favor del desconfinamiento o por los esperpénticos "experimentos" turístico- empresariales para la recuperación de clientes en cualquier lugar del Estado.
Procuren conservar los datos del medio donde se emitieron tales declaraciones, del nombre de quien las realizó, así como de la fecha en la que esas "propuestas" fueron hechas públicas. Cuando dispongamos de la posibilidad de contrastar cuáles han sido los efectos que tales proyectos han tenido en la evolución de la pandemia, publiquen en este mismo medio el resultado de su trabajo archivístico. Hacerlo así, servirá de escarnio público a aquellos irresponsables delincuentes que han colocado la codicia por encima de la vida.
maribel santana | Jueves, 23 de Abril de 2020 a las 16:28:12 horas
Ya sabemos que la enfermedad se ha transmutado pura y dura económicamente.. Es tanto que la gente a lo que le tienen miedo es a la economía, no al bicho, porque de éste no sabemos nada pero si del paro y las hambres.
las gente solo le preocupa la consecuencia no la causa. Embrutecidos sin pensamiento para nada, solo van a resolver el pan de hoy y el de mañana, Dios dirá. Claro es lo mas fácil en un pueblo desarmado. Al muerto se le puede tapar con una buena corona y una buena caja para almenos que tenga una pantalla y disimular las miserias y la cobardía. Les importa poco la muertes, han dejado morir a sus familiares en esas listas de espera, porque lo que han hecho es mirar para otro lado en vez de comprometerse, poner el grito en el cielo, rebelarse, salir a ocupar las calles .. en fin. aplaudiendo los encierros y que detengan a los que salen a las calles porque se asfixian en su casa, ahora aplaude todo lo contrario, que se abra los espacios para volver a la vidita de antes, o sea a la mierda otra vez. Esto es lo que hay señores, ni para atrás ni para adelante. De que capitalismo les habla, eso que es???, pero si, saben abrir la boca sin conocimientos para hablar del temible comunismo, de Cuba, Venezuela y otros países que ni por asomo tinen idea. Pero es lo que hay, un pueblo de cucarachas desarmadas que tragan todo lo que les eche y mas.
Y la culpa fue del cha,cha,cha.!!
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