LA IGLESIA ESPAÑOLA PERSEVERA EN SU OBSESIVA CAMPAÑA EN CONTRA DE LA MASTURBACIÓN (VÍDEO)
El Episcopado crea un una suerte de "máster" de una duración de dos años para aquellos que deseen casarse por la Iglesia
¿Recuerda el lector cuando de adolescentes se nos advertía de los males terribles que podía acarrear la masturbación? se nos aterrorizaba con la severa advertencia de que "tocarse la badana" nos podría traer males sin cuento, como quedarnos ciegos, tontos, con el cerebro lleno de agua o que como consecuencia de los eróticos manoseos, nuestros rostros aparecieran sembrados de granos purulentos. Pues bien, en el fondo, las enseñanzas de la Iglesia en ese sentido no han variado un ápice, según puede constatarse en sus "cursos máster", prematrimoniales
POR ADAY QUESADA PARA CANARIAS SEMANAL
La Conferencia Episcopal española ha elaborado un "curso" para aquellas parejas que deseen contraer matrimonio a través de la Iglesia. Tiene nada más y nada menos que dos años de duración y, aunque se ofrece también la posibilidad de optar por otro "curso prematrimonial express", que dura tan sólo 20 horas, la jerarquía católica considera que éste último resulta claramente insuficiente.
En estos cursos se abordan cuestiones tales como la sexualidad, la fidelidad entre los cónyuges o los mecanismos para la resolución de conflictos.
EL 60% DE LAS PAREJAS SE SEPARAN ANTES DE LOS15 AÑOS DE MATRIMONIO
Con estos "cursos intensivos", los obispos españoles parecen estar pretendiendo paliar las causas que provocan el hecho de que en España, a los cinco años de celebrarse una boda, el 40% de los matrimonios se rompe definitivamente. Pero transcurridos 15, las separaciones se elevan al 60% de los contrayentes.
El ultraconservador Episcopado español parece estar convencido de que intensificando el adoctrinamiento religioso lograrán cortar la hemorragia del astronómico número de separaciones que se producen en el Estado español. En este momento, el 40% de los matrimonios se rompe a los cinco años, mientras que trancurridos 15 años las separaciones se elevan al 60% de los contrayentes.
Aunque los jerarcas de la Iglesia ha querido otorgarle un "toque de modernidad" a los antiguos y aburridos "cursillos prematrimoniales", que tenían y tienen carácter obligatorio para las parejas que deseaban casarse por la Iglesia, la "innovación" presentada ahora no se distingue en mucho del repertorio teológico que ya existía.
Como se muestra en el contenido anunciado, la sexualidad continúa siendo la obsesión y el tabú, el caballo de batalla para los obispos. Paradójicamente, la Iglesia, una institución en la que la práctica sexual de muchos de sus representantes era ejercida a través de la pedofilia, continúa teniendo el sexo en la diana de sus condenas.
En los modernos cursos de "preparación matrimonial", ya no aparecen aquellas ilustrativas "estampitas" tan características en los años 50 y 60 del pasado siglo, en las que se presentaba la "tentación de pecado" con un gráfico en el que aparecía una novia o novio bailando con Lucifer, que con rostro libidinoso pretendía acabar con "pureza" de los "tentados". Ese tipo de truculencia ya ha desaparecido de la didáctica católica, pero en los nuevos cursillos se continúa avisando sobre los peligros que pueden contener los abrazos de las jóvenes a sus amigos:
"los abrazos [a los amigos] deben ser sinceros pero breves, no son tan tiernos como el abrazo de los novios. Una caricia, retirar el pelo de la cara o cualquier gesto, cuando es entre novios estará cargado de ternura». Pero cuando - agregamos nosotros- la carantoña se le hace a un amig es signo de que el perverso Lucifer continúa acechando y aprovechándose de nuestras debilidades.
EL PELIGROSÍSIMO ACTO DE MASTURBARSE
Ni que decir tiene, que los nuevos "cursos prematrimoniales" mantienen la condena tajante y sin paliativos de la masturbación. Hace algunas décadas, -no muchas, por cierto - los mentores eclesiásticos aterrorizaban a nuestros padres y abuelos con la advertencia de lo que podía acarrearles la práctica del "pecado de Onan", en alusión a una figura bíblica que aparece aflojándose la badana.
Darle con frecuencia a la badana - decían - además de condenarles al infierno podía traer a los pecadores consecuencias sin límite. Entre otros males, podían quedarse ciegos, tontos o, en el mejor de los casos, tener las caras sembrada por purulentos y asquerosos granos. Según las advertencias dela Iglesia, la afición al toqueteo podía acarrear también otras secuelas más terribles como, por ejemplo, que se quedaran paralíticos o a que el "cerebro se les llenara de agua".
Entre esos negros augurios navegaron generaciones enteras de adolescentes españoles, que tuvieron que vivir y sufrir una sexualidad aterrorizada gracias a las preclaras enseñanzas de la Iglesia católica, apostólica y romana.
Los ensotanados tutores, sin embago, nunca tuvieron en cuenta los traumas psicológicos reales que podían acarrearles en el futuro a los jóvenes las incursiones nocturnas del cura de guardia, cuyas manos pegajosas y lascivas se deslizaban a través de las braguetas de sus pupilos.
Afortunadamente, las viejas admoniciones antimasturbatorias de los curas ya no tienen ningún efecto entre los jóvenes, salvo la carcajada. No obstante, lejos de abandonar la idea de "suciedad" asociada a la masturbación, el Episcopado español continúa persistiendo, erre que erre, en alertarnos de la "perversidad" que entraña lo que ellos llaman "pecado solitario".
"La masturbación -asegura ahora la Iglesia en su nuevo curso-master- no nos permite descubrir la belleza de compartir la sexualidad con otra persona, de acompasarse a la otra persona"
Curiosísimo giro copernicano este último el de la Iglesia Católica que, después de mantener durante siglos que el placer sexual debía estar excluido incluso en las relaciones sexuales maritales, nos habla ahora de las "bellezas de compartir la sexualidad" en la pareja.
Y es que, amigos lectores, sucede lo que sucede: que aunque a la mona la vistan de seda, mona se queda.
UN CARDENAL LATINOAMERICANO DEFINE LA MASTURBACIÓN DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LA IGLESIA
POR ADAY QUESADA PARA CANARIAS SEMANAL
La Conferencia Episcopal española ha elaborado un "curso" para aquellas parejas que deseen contraer matrimonio a través de la Iglesia. Tiene nada más y nada menos que dos años de duración y, aunque se ofrece también la posibilidad de optar por otro "curso prematrimonial express", que dura tan sólo 20 horas, la jerarquía católica considera que éste último resulta claramente insuficiente.
En estos cursos se abordan cuestiones tales como la sexualidad, la fidelidad entre los cónyuges o los mecanismos para la resolución de conflictos.
EL 60% DE LAS PAREJAS SE SEPARAN ANTES DE LOS15 AÑOS DE MATRIMONIO
Con estos "cursos intensivos", los obispos españoles parecen estar pretendiendo paliar las causas que provocan el hecho de que en España, a los cinco años de celebrarse una boda, el 40% de los matrimonios se rompe definitivamente. Pero transcurridos 15, las separaciones se elevan al 60% de los contrayentes.
El ultraconservador Episcopado español parece estar convencido de que intensificando el adoctrinamiento religioso lograrán cortar la hemorragia del astronómico número de separaciones que se producen en el Estado español. En este momento, el 40% de los matrimonios se rompe a los cinco años, mientras que trancurridos 15 años las separaciones se elevan al 60% de los contrayentes.
Aunque los jerarcas de la Iglesia ha querido otorgarle un "toque de modernidad" a los antiguos y aburridos "cursillos prematrimoniales", que tenían y tienen carácter obligatorio para las parejas que deseaban casarse por la Iglesia, la "innovación" presentada ahora no se distingue en mucho del repertorio teológico que ya existía.
Como se muestra en el contenido anunciado, la sexualidad continúa siendo la obsesión y el tabú, el caballo de batalla para los obispos. Paradójicamente, la Iglesia, una institución en la que la práctica sexual de muchos de sus representantes era ejercida a través de la pedofilia, continúa teniendo el sexo en la diana de sus condenas.
En los modernos cursos de "preparación matrimonial", ya no aparecen aquellas ilustrativas "estampitas" tan características en los años 50 y 60 del pasado siglo, en las que se presentaba la "tentación de pecado" con un gráfico en el que aparecía una novia o novio bailando con Lucifer, que con rostro libidinoso pretendía acabar con "pureza" de los "tentados". Ese tipo de truculencia ya ha desaparecido de la didáctica católica, pero en los nuevos cursillos se continúa avisando sobre los peligros que pueden contener los abrazos de las jóvenes a sus amigos:
"los abrazos [a los amigos] deben ser sinceros pero breves, no son tan tiernos como el abrazo de los novios. Una caricia, retirar el pelo de la cara o cualquier gesto, cuando es entre novios estará cargado de ternura». Pero cuando - agregamos nosotros- la carantoña se le hace a un amig es signo de que el perverso Lucifer continúa acechando y aprovechándose de nuestras debilidades.
EL PELIGROSÍSIMO ACTO DE MASTURBARSE
Ni que decir tiene, que los nuevos "cursos prematrimoniales" mantienen la condena tajante y sin paliativos de la masturbación. Hace algunas décadas, -no muchas, por cierto - los mentores eclesiásticos aterrorizaban a nuestros padres y abuelos con la advertencia de lo que podía acarrearles la práctica del "pecado de Onan", en alusión a una figura bíblica que aparece aflojándose la badana.
Darle con frecuencia a la badana - decían - además de condenarles al infierno podía traer a los pecadores consecuencias sin límite. Entre otros males, podían quedarse ciegos, tontos o, en el mejor de los casos, tener las caras sembrada por purulentos y asquerosos granos. Según las advertencias dela Iglesia, la afición al toqueteo podía acarrear también otras secuelas más terribles como, por ejemplo, que se quedaran paralíticos o a que el "cerebro se les llenara de agua".
Entre esos negros augurios navegaron generaciones enteras de adolescentes españoles, que tuvieron que vivir y sufrir una sexualidad aterrorizada gracias a las preclaras enseñanzas de la Iglesia católica, apostólica y romana.
Los ensotanados tutores, sin embago, nunca tuvieron en cuenta los traumas psicológicos reales que podían acarrearles en el futuro a los jóvenes las incursiones nocturnas del cura de guardia, cuyas manos pegajosas y lascivas se deslizaban a través de las braguetas de sus pupilos.
Afortunadamente, las viejas admoniciones antimasturbatorias de los curas ya no tienen ningún efecto entre los jóvenes, salvo la carcajada. No obstante, lejos de abandonar la idea de "suciedad" asociada a la masturbación, el Episcopado español continúa persistiendo, erre que erre, en alertarnos de la "perversidad" que entraña lo que ellos llaman "pecado solitario".
"La masturbación -asegura ahora la Iglesia en su nuevo curso-master- no nos permite descubrir la belleza de compartir la sexualidad con otra persona, de acompasarse a la otra persona"
Curiosísimo giro copernicano este último el de la Iglesia Católica que, después de mantener durante siglos que el placer sexual debía estar excluido incluso en las relaciones sexuales maritales, nos habla ahora de las "bellezas de compartir la sexualidad" en la pareja.
Y es que, amigos lectores, sucede lo que sucede: que aunque a la mona la vistan de seda, mona se queda.
UN CARDENAL LATINOAMERICANO DEFINE LA MASTURBACIÓN DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LA IGLESIA






























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