
700 LÍDERES SOCIALES Y 135 EXCOMBATIENTES DE LAS FARC ASESINADOS DURANTE EL PROCESO DE PAZ
Las graves consecuencias de la militancia y el activismo político en Colombia
Por CARLOS RAFAEL RODRÍGUEZ PARA CANARIAS SEMANAL.ORG.-
Avanza indetenible la ola de crímenes contra líderes y activistas sociales y políticos entre los que se incluyen ex combatientes de las FARC.
El pasado domingo 8 de septiembre murió violentamente el candidato a la alcaldía del municipio de Toledo, en el departamento colombiano de Antioquia (noroeste), Orley García, tras sufrir 13 disparos de bala perpetrados por dos sujetos armados que se desplazaban en bicicleta.
Así lo confirmó el coronel Giovanny Buitrago, minutos antes de que se conociera el deceso del dirigente político.
"Se presenta una acción criminal contra el candidato a la alcaldía de Toledo, Orley García Vásquez. Estamos en el hospital brindado seguridad. No conocemos de otras personas heridas”, -informó el funcionario.
En este sentido, la Misión de Observación Electoral (MOE) haciendo un balance de la violencia política en el país sudamericano, reveló que desde el inicio del actual calendario electoral iniciado el pasado 27 de octubre de 2018 hasta el 27 de agosto del presente, un total de 364 líderes políticos, sociales y comunales han sido víctimas de distintos ataques armados en Colombia.
Horas antes, resultaban muertos Milton Urrutia Mora y José Milton Peña Pineda, los dos últimos exguerrilleros asesinados en el país.
Según diversas fuentes noticiosas, el pasado sábado 7 de septiembre un hombre asesinó a los dos excombatientes de las FARC cuando desayunaban en un restaurante de un hotel de la ciudad colombiana de Cúcuta, fronteriza con Venezuela, al tiempo que Arsenio Maldonado Gamboa -igualmente ex guerrillero- resultó herido en propio ataque en el tórax.
En los tres casos se trataba de desmovilizados de las FARC que desarrollaban actividades para su reincorporación a la vida política en uno de los denominados espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR) de la región del Catatumbo, Norte de Santander.
Según un informe de la ONG Instituto de Estudios sobre Paz y Desarrollo (Indepaz) y el movimiento político Marcha Patriótica, ya son más de 700 líderes sociales y 135 excombatientes de las FARC que se encontraban realizando labores comprendidas dentro de proceso de reincorporación a la vida civil asesinados desde la firma de la paz en 2016.
Según el informe de la misma Fundación, “la falta de voluntad política para la puesta en marcha y el mantenimiento de la Comisión Nacional de Garantías de Seguridad y la Unidad Especial de Investigación, dificulta la creación de posibles soluciones para mitigar el riesgo de quienes suscribieron el Acuerdo y expresa la falta de compromiso del Gobierno con la integridad de los exguerrilleros”.
,por si fuera poco, según el ex guerrillero, Benedicto González, “el gobierno de Iván Duque y los organismos de inteligencia militar y policial han desatado, a partir de la reciente declaración de retorno a las armas de antiguos comandantes de las FARC liderados por Iván Márquez, una cacería de brujas que pretende establecer vínculos de relación, colaboración o complicidad entre estos y sus otrora compañeros de armas que hoy, desde la legalidad, intentan sacar adelante un proceso de paz que parece naufragar en un mar embravecido, de sabotajes e incumplimientos”.
Por CARLOS RAFAEL RODRÍGUEZ PARA CANARIAS SEMANAL.ORG.-
Avanza indetenible la ola de crímenes contra líderes y activistas sociales y políticos entre los que se incluyen ex combatientes de las FARC.
El pasado domingo 8 de septiembre murió violentamente el candidato a la alcaldía del municipio de Toledo, en el departamento colombiano de Antioquia (noroeste), Orley García, tras sufrir 13 disparos de bala perpetrados por dos sujetos armados que se desplazaban en bicicleta.
Así lo confirmó el coronel Giovanny Buitrago, minutos antes de que se conociera el deceso del dirigente político.
"Se presenta una acción criminal contra el candidato a la alcaldía de Toledo, Orley García Vásquez. Estamos en el hospital brindado seguridad. No conocemos de otras personas heridas”, -informó el funcionario.
En este sentido, la Misión de Observación Electoral (MOE) haciendo un balance de la violencia política en el país sudamericano, reveló que desde el inicio del actual calendario electoral iniciado el pasado 27 de octubre de 2018 hasta el 27 de agosto del presente, un total de 364 líderes políticos, sociales y comunales han sido víctimas de distintos ataques armados en Colombia.
Horas antes, resultaban muertos Milton Urrutia Mora y José Milton Peña Pineda, los dos últimos exguerrilleros asesinados en el país.
Según diversas fuentes noticiosas, el pasado sábado 7 de septiembre un hombre asesinó a los dos excombatientes de las FARC cuando desayunaban en un restaurante de un hotel de la ciudad colombiana de Cúcuta, fronteriza con Venezuela, al tiempo que Arsenio Maldonado Gamboa -igualmente ex guerrillero- resultó herido en propio ataque en el tórax.
En los tres casos se trataba de desmovilizados de las FARC que desarrollaban actividades para su reincorporación a la vida política en uno de los denominados espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR) de la región del Catatumbo, Norte de Santander.
Según un informe de la ONG Instituto de Estudios sobre Paz y Desarrollo (Indepaz) y el movimiento político Marcha Patriótica, ya son más de 700 líderes sociales y 135 excombatientes de las FARC que se encontraban realizando labores comprendidas dentro de proceso de reincorporación a la vida civil asesinados desde la firma de la paz en 2016.
Según el informe de la misma Fundación, “la falta de voluntad política para la puesta en marcha y el mantenimiento de la Comisión Nacional de Garantías de Seguridad y la Unidad Especial de Investigación, dificulta la creación de posibles soluciones para mitigar el riesgo de quienes suscribieron el Acuerdo y expresa la falta de compromiso del Gobierno con la integridad de los exguerrilleros”.
,por si fuera poco, según el ex guerrillero, Benedicto González, “el gobierno de Iván Duque y los organismos de inteligencia militar y policial han desatado, a partir de la reciente declaración de retorno a las armas de antiguos comandantes de las FARC liderados por Iván Márquez, una cacería de brujas que pretende establecer vínculos de relación, colaboración o complicidad entre estos y sus otrora compañeros de armas que hoy, desde la legalidad, intentan sacar adelante un proceso de paz que parece naufragar en un mar embravecido, de sabotajes e incumplimientos”.
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