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Lunes, 22 de Agosto de 2022 Tiempo de lectura:

"LA CONQUISTA DE CANARIAS FUE LARGA Y SANGRIENTA ... MILES DE ABORIGENES CANARIOS FUERON VENDIDOS COMO ESCLAVOS EN LOS MERCADOS DE SEVILLA Y VALENCIA"

Entrevista a Pedro L. Yúfera, autor de la novela "El último rey de Tenerife":

Pedro L. Yúfera es el autor de la novela "El último rey de Tenerife", en la que urde una trama de intrigas y peripecias con dos personajes ficticios para reconstruir los días de 1496 en que fue sometida la isla de Tenerife, la última de las islas Canarias conquistadas por los españoles, bajo los Reyes Católicos (...)


 
     
Pedro L. Yúfera es un abogado y novelista barcelonés, de 59 años, que ante sus entrevistadores del periódico La Vanguardia se reconoce como ideologicamente socialdemócrata, pero que dice creer  "más en personas que en ideologías".

     Confiesa, igualmente, a sus entrevistadores, Víctor Amela, Ima Sanchís, Lluís Amiguet del periódico aludido, ser agnóstico y apasionarle la historia. El motivo de reprodúzcamos aquí  la entrevista que le hizo   "La Vanguardia" se debe a dos hechos llamativos.

    El primero es que raramente se producen en la prensa del Estado este tipo de interpretaciones en relación con la conquista y   la esclavizacion de la poblacion aborigen canaria.

   En segundo lugar, que los comentarios que provocaron los puntos de vista de Yúfera el relacion con los métodos utilizados para lograr el dominio del archipielago  por parte de algunos lectores resultan altamente significativos.

 

 

 

EL ULTIMO MENCEY

 

        Yúfera se levanta cada día a las cuatro de la madrugada para escribir, antes de incorporarse a su despacho de abogado, hacia las nueve de la mañana. Su pasión por la historia y su empeño narrativo le ha llevado a publicar las novelas El milagro de las abejas y, ahora, El último rey de Tenerife (Stella Maris), en la que urde una trama de intrigas y peripecias con dos personajes ficticios (uno de ellos abogado: ¡el oficio tira!) para reconstruir los días de 1496 en que fue sometida la isla de Tenerife, la última de las islas Canarias conquistadas por los españoles, bajo los Reyes Católicos. Sin tomar partido, emerge una crónica amena, un retrato emotivo del drama de aquellos últimos guanches.

 

Qué sabemos de los guanches?

    Muy poquito. Eran los aborígenes de las Canarias al conquistarlas los españoles durante el siglo XV. Y, curiosamente, no sabían navegar.

¿No?

    Eran agricultores y ganaderos. Vivían en chozas y cuevas. Y cada clan tenía su rey.

¿Qué hicimos con ellos?

    Exterminarlos en sucesivas batallas, y también con la enfermedad de la modorra.

¿Qué enfermedad es esa?

     Misteriosa, sus síntomas eran vómitos, pústulas y un raro sopor que los conducía a la muerte. Muchos también se suicidaban, despeñándose por barrancos, porque sabían lo que les tocaba si los apresaban...

¿Qué?

    Varios miles de guanches fueron vendidos como esclavos en la Península, sobre todo en mercados de Sevilla y Valencia.

No sabía eso.

    En la iglesia de San Miguel de Almazán, en la provincia de Soria, una placa recuerda que allí fueron bautizados los últimos menceyes.

¿Menceyes?

     Así se llamaban los reyezuelos guanches de Tenerife. Apresados, rindieron pleitesía a los reyes Fernando e Isabel. El mencey de Icod fue regalado por los Reyes Católicos al embajador de la república de Venecia...

¿De dónde proviene la voz guanche?

     Es una palabra aborigen: guan significa hombre, y achinech era la isla de Tenerife, así que guanche es “hombre de Tenerife”.

¿De dónde llegaron?

    No se sabe. Probablemente de poblaciones norteafricanas: parientes así de los bereberes, quizá empujados por la desertización del Sáhara y por fenicios y romanos, desde el siglo VI a.C. Y otra cosa son las leyendas.

¿Qué nos dicen?

     Que las Canarias serían la porción de tierra que quedó emergida tras el hundimiento de la mítica Atlántida.

¿Por qué le interesan a usted tanto?

    Precisamente por su desconocimiento, y porque fueron víctimas de los colonizadores españoles poco antes de la conquista de América, de la que sí hay muchas crónicas.

¿Y no tenemos crónicas de la conquista de Canarias?

   Pues no. Y si hubo alguna, ¡desapareció! Y con eso juego en mi novela.

¿Cómo fue aquella conquista insular?

    Sangrienta y larga, desde 1402 (Lanzarote) hasta 1496 (Tenerife): allí coexistían varios menceyatos. Y hasta 1594 no habrá un libro sobre las islas, Historia de Nuestra Señora de Candelaria, de fray Alonso de Espinosa.

¿Qué nos cuenta?

    Costumbres de los guanches y de su cristianización, con la aparición de la imagen de la Virgen en 1392, hallada por dos guanches.

Cuénteme alguna de esas costumbres.

     Cuando fallecía un mencey se reunía el tagoror, consejo formado por nobles y ancianos, para designar a un hermano como sucesor. Le acercaban a los labios un hueso humano.

¿Un hueso?

     Del esqueleto de un ancestro fundador del linaje, para formular este juramento: “Ágoñe yacoron yñatzakaña chacoñamet”.

¿Qué significa?

   “Juro por el hueso de aquel día en que te hiciste grande”.

¿Qué le une a usted a Canarias?

    Mi suegra, que hace años me regaló los dos tomos de Noticias de la Historia General de las Islas de Canaria, historias y leyendas guanches, escritas por José de Viera y Clavijo en 1763, ¡y me fascinó! Decidí novelar la historia de la lucha del último mencey, Bencomo.

Rey aborigen tinerfeño.

    Su cabeza cortada fue clavada en un pica para que todos la vieran pudrirse. Papel destacado en la conquista de Tenerife tuvo la dama castellana Beatriz de Bobadilla, amante del rey Fernando el Católico y de Colón.

No está mal.

   Desterrada a la isla de la Gomera, la dama recibía la visita galante de Colón desde el primero de sus viajes a América. Sería conocida como la dama sangrienta.

¿Por qué ese apelativo?

    Colgaba a guanches boca abajo, y también vendió a muchos. Y se casó con el conquistador de Gran Canaria, La Palma y Tenerife, Alonso Fernández de Lugo, que hacía igual.

¿Vender guanches?

    Obligados a bautizarse bajo la amenaza de ser convertidos en esclavos, en una ocasión convocó a muchos en una iglesia y allí los apresó antes de que pudiesen bautizarse, y así los vendió como esclavos.

Canalla genocida.

    Pues durante años lo tuvimos en efigie en un sello de correos de 30 céntimos.

¿Qué huellas quedan en Canarias de aquella conquista?

    Hay una villa en Tenerife, La Matanza de Acentejo... Los guanches eran buenos con la honda, y en un barranco descalabraron a las tropas castellanas. Pudiendo aniquilarlos, no se aplicaron a fondo.

Magnánimos.

   A Alonso de Lugo le hirieron en la mandíbula. En una segunda batalla, allí mismo, fueron los castellanos de Alonso de Lugo los que masacraron a los guanches. Y hasta hoy.

 

 

 

 

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  • juane

    juane | Viernes, 26 de Agosto de 2022 a las 07:24:15 horas

    Curioso, en al-Ándalus pasó lo mismo. En 1195 en Alarcos los andalusíes derrotaron a las tropas godas españolas, y pudiendo rematarlas, dejaron que escaparan. En 1212 regresaron de nuevo los invasores, pero esta vez vencieron en Navas de Tolosa, lo que supuso el principio del final de la civilización andalusí.
    Godos castellanos asesinos, de toda la vida.

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  • Juan Gonzalez

    Juan Gonzalez | Viernes, 08 de Marzo de 2019 a las 09:38:30 horas

    Todo lo que plasmaron los religiosos y otros cronistas bajo la tutela de la iglesia catolica es falso, si algunos relatos rozan con lo que fué la realidad es pura coincidencia.........me puede esclarecer lo de la aparicion de la supuesta virgen con Anton Guanche, dado a que la virgen aparecio en 1 392 y, en esta epoca Anton no habia nacido; al parecer fué apresado de niño en 1 420 y murio , mas o menos, mucho antes de la llegada de los españoles en 1 494.?

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  • Tamarant

    Tamarant | Viernes, 13 de Enero de 2017 a las 23:34:54 horas

    Que un abogado catalán ("El último rey de Tenerife"), un historiador colombiano (El país de la canela), o una antropóloga holandesa (A la sombra del drago)…, tengan que escribir la historia de Canarias porque hasta ahora el profesorado o los “historiadores” canarios, lo que han escrito ha sido AUTO-CENSURADO, o medias verdades para no alarmar a la burguesía criolla, o para medrar y vivir de las migajas que sus amos le dejan caer… AAhhh !!! Y nada de darla a conocer en los colegios, que luego van y espabilan los muchachos…
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    ¿Sabía ustedes que Tamarant, Tenerife y La Palma fueron conquistadas con UNA JAURÍA DE PERROS entrenados para la guerra?, así los utilizó Alonso d Lugo para derrotar a los guanches en La Victoria, … Luego mil de esos perros y otros mil de castilla fueron enviados al Perú, donde Gonzalo Pizarro el hermano menor de Francisco Pizarro, iniciara la expedición por la cordillera andina “En busca del país de la Canela”.
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    “El pueblo analfabeto es fácil de gobernar”

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