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Martes, 11 de Octubre de 2022 Tiempo de lectura:

"CONMEMORANDO" EL 12 DE OCTUBRE: CRISTÓBAL COLÓN, EL GENOCIDA SIN ESCRÚPULOS

La cuestión que más acuciaba a Colón estaba determinada por la pregunta: ¿dónde está el oro? Y para conseguir la respuesta no reparó a la hora de acabar con la vida de quienes le habían recibido con ingenua complacencia.

Desde los inmemoriales tiempos de la escuela nacional-católica del franquismo, se nos enseñó que Colón era nuestro héroe histórico, que había descubierto el "nuevo" continente y llevado la civilización a los "indios" que lo habitaban. Con el transcurso de los años fuimos dscubriendo que Colón no era ni siquiera español, ni había descubierto un "Nuevo Continente", y que lo que había en aquel continente no eran "indios", sino aborígenes de un continente ignorado por los europeos. En este didáctico trabajo del historiador estadounidense a Howard Zinn, se nos descubre el rostro macabro de un Colón del que nunca se habian atrevido a hblarnos en la escuela.

 

 

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     Howard Zinn, autor del texto que reproducimos es un célebre historiador  estadounidense que ha publicado más de 20 libros sobre esa materia. Nacido en Brooklyn, en 1922, falleció en  California en el año 2010, a los 87 años.

     Desde la década de 1960, Zinn fue un auténtico referente  en su país  en la lucha por los derechos civiles y el movimiento antibélico.  Entre sus libros más conocidos en el exterior,  se encuentra "A People's History of the United States", editada en castellano bajo el título de  "La otra historia de los Estados Unidos".

 

 

POR HOWARD ZINN

 

       Los hombres y las mujeres arawak, desnudos, morenos y presos de la perplejidad, emergieron de sus poblados hacia las playas de la isla y se adentraron en las aguas para ver más de cerca el extraño barco.

 

      Cuando Colón y sus marineros desembarcaron portando espadas y hablando de forma rara, los nativos arawak corrieron a darles la bienvenida, a llevarles alimentos, agua y obsequios.

 

      "Nos trajeron loros y bolas de algodón, - escribió Colón en su diario - langas y muchas otras cosas más que cambiaron por cuentas cascabeles de halcón. No tuvieron ningún inconveniente en darnos todo lo que poseían... Eran de fuerte constitución, con cuerpos bien hechos" hermosos rasgos... Al enseñarles una espada, la cogieron por la hoja y se cortaron al no saber lo que era. Con cincuenta hombres los subyugaríamos a todos, con ellos haríamos lo que quisiéramos".

 

 

       Estos arawaks de las Islas Antillas se parecían mucho a los indígenas del continente, que eran extraordinarios - así los calificarían repetidamente los observadores europeos- por su hospitalidad, su entrega a la hora de compartir. Estos rasgos no estaban precisamente en auge en la Europa renacentista, dominada  por la religión de los Papas, el gobierno de los reyes y la obsesión por el dinero que caracterizaba la civilización occidental y su primer emisario a las Américas, Cristóbal Colón.

 

 

 

ENFEBRECIDO POR EL ORO

 

       La cuestión que más acuciaba a Colón era: ¿dónde está el oro? Había convencido a los reyes de España a que financiaran su expedición a esas tierras. Esperaba que al otro lado del Atlántico -en las "Indias" y en Asia - habría riquezas, oro y especias. Como otros ilustrados contemporáneos suyos, sabía que el mundo era esférico y que podía navegar hacia el oeste para llegar al Extremo Oriente.

 

         España acababa de unificarse formando uno de los nuevos Estado-nación modernos, como Francia, Inglaterra y Portugal. Su población, mayormente compuesta por campesinos, trabajaba para la nobleza, que representaba el 2% de la población, siendo éstos los propietarios del 95% de la tierra.

 

      España se había comprometido con la Iglesia Católica, había expulsado a todos los judíos y ahuyentado a los musulmanes. Como otros estados del mundo moderno, España buscaba oro, material que se estaba convirtiendo en la nueva medida de la riqueza, con más utilidad que la tierra porque todo lo podía comprar.

 

        Había oro en Asia, o así se pensaba, y ciertamente había seda y especias, porque hacía unos siglos, Marco Polo y otros habían traído cosas maravillosas de sus expediciones por tierra. Al haber conquistado los turcos Constantinopla y el Mediterráneo oriental, y al estar las rutas terrestres a Asia en su poder, hacía falta una ruta marítima. España decidió jugar la carta de una larga expedición a través de un océano desconocido. El objetivo era claro: obtener esclavos y oro.

 

 

 

EL NEGOCIO DEL "DESCUBRIMIENTO"

 

         A cambio de la aportación de oro y especias, a Colón le prometieron el 10% de los beneficios, el puesto de gobernador de las tierras descubiertas, además de la fama que conllevaría su nuevo título: Almirante del Mar Océano. Era comerciante de la ciudad italiana de Génova, tejedor eventual -hijo de un tejedor muy habilidoso-, y navegante experto.

 

       Embarcó con tres carabelas, la más grande de las cuales era la Santa María, velero de unos treinta metros de largo, con una tripulación de treinta y nueve personas. Colón nunca hubiera llegado a Asia, que distaba miles de kilómetros más de lo que él había calculado, imaginándose un mundo más pequeño. Al cubrir la cuarta parte de esa distancia dio con una tierra desconocida que no figuraba en mapa alguno y que estaba entre Europa y Asia: las Américas.

 

       Esto ocurrió a principios de octubre de 1492, treinta y tres días después de que él y su tripulación hubieran zarpado de las Islas Canarias, en la costa atlántica de África. De repente vieron ramas flotando en el agua, pájaros volando. Entonces, el día 12 de octubre, un marinero llamado Rodrigo vio la luna de la madrugada brillando en unas arenas blancas y dio la señal de alarma. Eran las islas Antillas, en el Caribe. Se suponía que el primer hombre que viera tierra tenía que obtener una pensión vitalicia de 10.000 maravedíes, pero Rodrigo nunca la recibió. Colón dijo que él había visto una luz la noche anterior y fue él quien recibió la recompensa.

 

       Cuando se acercaron a tierra, los indios arawak les dieron la bienvenida nadando hacia los buques para recibirles. Los arawak vivían en pequeños pueblos comunales, y tenían una agricultura basada en el maíz, las batatas y la yuca. Sabían tejer e hilar, pero no tenían ni caballos ni animales de labranza. No tenían hierro, pero llevaban diminutos ornamentos de oro en las orejas. Este hecho iba a traer dramáticas consecuencias: Colón apresó a varios de ellos y les hizo embarcar, insistiendo en que le guiaran hasta el origen del oro. Luego navegó a la que hoy conocemos como isla de Cuba, y luego a la Hispaniola -la isla que hoy se compone de Haití y la República Dominicana-. Allí, los destellos de oro visibles en los ríos y la máscara de oro que un jefe indígena local ofreció a Colón provocaron visiones delirantes de oro sin fin.

 

 

 

LA PRIMERA BASE MILITAR EUROPEA EN AMÉRICA

 

      En Hispaniola, Colón construyó un fuerte con la madera de la Santa María, que había embarrancado. Fue la primera base militar europea en el hemisferio occidental. Lo llamó Navidad, y allí dejó a treinta y nueve miembros de su tripulación con instrucciones de encontrar y almacenar oro. Apresó a más indígenas y los embarcó en las dos naves que le quedaban. En un lugar de la isla se enzarzó en una lucha con unos indígenas que se negaron a suministrarles la cantidad de arcos y flechas que él y sus hombres deseaban. Dos fueron atravesados con las espadas y murieron desangrados. Entonces la Niña y la Pinta embarcaron rumbo a las Azores y a España. Cuando el tiempo enfrió, algunos de los prisioneros indígenas  fueron muriendo.

 

     El informe de Colón a la Corte de Madrid era extravagante. Insistió en el hecho de que había llegado a Asia -se refería a Cuba- y a una isla de la costa china (Hispaniola).

 

    "Hispaniola es un milagro. Montañas y colinas, llanuras y pasturas, son tan fértiles como hermosas... los puertos naturales son increíblemente buenos y hay muchos ríos anchos, la mayoría de los cuales contienen oro... Hay muchas especias, y nueve grandes minas de  otros metales..."

 

Los indígenas, según el informe de Colón:

 

   "son tan ingenuos, generosos con sus posesiones que nadie que no les hubiera visto se lo creería".

 

 

     Concluyó su informe con una petición de ayuda a Sus Majestades, y ofreció que, a cambio, en su siguiente viaje, les traería "cuanto oro necesitasen... y cuantos esclavos pidiesen". Se prodigó en expresiones de tipo religioso:

 

    "Es así que el Dios eterno, Nuestro Señor, da victoria a los que siguen Su camino frente a lo que aparenta ser imposible".

 

 

 

FRACASO DE LA RESISTENCIA

 

       Los arawaks intentaron reunir un ejército de resistencia, pero se enfrentaban a españoles que tenían armadura, mosquetes, espadas y caballos. Cuando los españoles hacían prisioneros, los ahorcaban o los quemaban en la hoguera. Entre los arawaks empezaron los suicidios en masa con veneno de yuca. Mataban a los niños para que no cayeran en manos de los españoles. En dos años la mitad de los 250.000 indígenas de Haití habían muerto por asesinato, mutilación o suicidio.

 

 

 

TESTIMONIO DEL GENOCIDIO

 

       La principal fuente de información sobre lo que pasó en las islas después de la llegada de Colón -y para muchos temas, la única- es Bartolomé de las Casas. De sacerdote joven había participado en la conquista de Cuba. Durante un tiempo fue el propietario de una hacienda donde trabajaban esclavos indígenas, pero la abandonó y se convirtió en un vehemente crítico de la crueldad española. Las Casas transcribió el diario de Colón y, a los cincuenta años, empezó a escribir una Historia de las Indias en varios volúmenes.

 

      Las Casas habla del tratamiento de los indígenas a manos de los españoles:

 

   "Testimonios interminables... dan fe del temperamento benigno y pacífico de los nativos... Pero fue nuestra labor la de exasperar, asolar, matar, mutilar y destrozar; ¿a quién puede extrañar, pues si de vez en cuando intentaban matar a alguno de los nuestros?... El almirante, es verdad, fue tan ciego como los que le vinieron detrás,  y tenía tantas ansias de complacer al Rey que cometió crímenes irreparables contra los indígenas..."

 

 

 

EPÍLOGO


       
     El hecho de enfatizar el heroísmo de Colón y sus sucesores como navegantes y descubridores y de quitar énfasis al genocidio que provocaron no es una necesidad técnica sino una elección ideológica. Sirve -se quiera o no- para justificar lo que pasó.

     

     Lo que quiero resaltar aquí no es el hecho de que debamos acusar, juzgar y condenar a Colón in absentia, al contar la historia. Ya pasó el tiempo de hacerlo; sería un inútil ejercicio académico de moralística. Quiero hacer hincapié en que todavía nos acompaña la costumbre de aceptar las atrocidades como el precio deplorable pero necesario que hay que pagar por el progreso.

 

     El tratamiento de los héroes (Colón) y sus víctimas (los arawaks), -la sumisa aceptación de la conquista y el asesinato en el nombre del progreso-. es sólo un aspecto de una postura ante la historia que explica el pasado desde el punto de vista de los gobernadores, los conquistadores, los diplomáticos y los líderes. Es como si ellos -por ejemplo, Colón- merecieran la aceptación universal; como si ellos, - los Padres Fundadores, Jackson, Lincoln, Wilson, Roosevelt, Kennedy, los principales miembros del Congreso, los famosos jueces del Tribunal Supremo-, representaran a toda la nación.

 

         No debemos aceptar la memoria de los estados como cosa propia. Las naciones no son comunidades y nunca lo fueron. La historia de cualquier país, si se presenta como si fuera la de una familia, disimula terribles conflictos de intereses (algo explosivo, casi siempre reprimido) entre conquistadores y conquistados, amos y esclavos, capitalistas y trabajadores, dominadores y dominados por razones de raza y sexo.

 

         Prefiero explicar la historia del descubrimiento de América desde el punto de vista de los arawaks; la de la Constitución, desde la posición de los esclavos; la de Andrew Jackson, tal como lo verían los cherokees; la de la Guerra Civil, tal como la vieron los irlandeses de Nueva York; la de la Guerra de México, desde el punto de vista de los desertores del ejército de Scott; la de la eclosión del industrialismo, tal como lo vieron las jóvenes obreras de las fábricas textiles de Lowell; la de la Guerra Hispano-Estadounidense vista por los cubanos; la de la conquista de las Filipinas tal como la verían los soldados negros de Luzón; la de la Edad de Oro, tal como la vieron los agricultores sureños; la de la 1 Guerra Mundial, desde el punto de vista de los socialistas, y la de la Segunda vista por los pacifistas; la del New Deal de Roosevelt, tal como la vieron los negros de Harlem; la del Imperio Americano de posguerra, desde el punto de vista de los peones de Latinoamérica. Y así sucesivamente, dentro de los límites que se le imponen a una sola persona, por mucho que él o ella se esfuercen en "ver" la historia desde otros puntos de vista.

 

(Publicado originalmente el lunes, 06 de Abril de 2020).

 

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  • Juane

    Juane | Lunes, 02 de Agosto de 2021 a las 14:36:15 horas

    Es increible que este tipo afirmara que en 1492 "España acababa de unificarse", cuando aún falataba por esa fecha el reino de Navarra. Y, además, España como Estado-nación como tal no existiría hasta la llegada de los borbones al poder. Por esa fecha lo que había era una especie de unión federal de reinos peninsulares pero cada uno con sus leyes propias. El concepto de nación española no estaba ni siquiera en la mente de los hispanos de la época. Y aunque los "españoles" cometieron genocidio (lo mismo que en al-Ándalus y las Canarias), cuesta creer que acabaran con 125000 vidas en tan sólo dos años ... En fin, todo un despropósito histórico el de este supuesto historiador, gringo tenía que ser ...

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  • Fredi

    Fredi | Martes, 13 de Octubre de 2020 a las 02:10:32 horas

    Lamentablemente la historia de nuestros pueblos siempre ha sido escrita por intereses que han favorecido a pequeños grupos.Y es por eso que ciertas voces se asombran cuando se descubre la verdadera intención que tuvieron algunos personajes llamados Descubridores.

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  • Suso

    Suso | Domingo, 12 de Julio de 2020 a las 09:10:25 horas

    Siguiendo la moda de modificar la historia sin escritos de la época, sin pruebas., con tan solo los intereses creados para ganar dinero con mentiras o supuestasverdades imaginarias para ganar adeptos entre los más tontos.

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  • Orlando

    Orlando | Martes, 23 de Junio de 2020 a las 14:07:28 horas

    No soy historiador ni experto pero por lo que he aprendido puedo decir que es cierto que fueron crueles y eliminaron una raza pero hay que ver las cosas desde la perspectiva de lo que sucedía en esa época, todos los conquistadores hicieron lo mismo, tanto ingleses como españoles y otros, era la costumbre y más cuando enviaban al peor personal a esas expediciones y la religión tenía el afán de evangelizar pensando que los demás eran los equivocados. Son muchos los factores que tristemente se agruparon en menosprecio del pueblo nativo.

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  • Frank

    Frank | Lunes, 15 de Junio de 2020 a las 16:42:59 horas

    ¿Sus "logros", Miguel? Cita alguno de ellos, please.

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  • Miguel

    Miguel | Domingo, 14 de Junio de 2020 a las 19:27:51 horas

    Argumento tendencioso y falto de rigor,tanto este "escritor"como otros anglosajones por lo general se inventaron una historia "negra" del imperio español para desprestigiar sus logros.

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  • Paco

    Paco | Lunes, 08 de Junio de 2020 a las 03:12:26 horas

    Este artículo muy resumido y falto de más datos, tanto América entera Norte, sur y centro, como Africa, hasta en Asía sufrieron invasiones no solo de los españoles, que como tal detesto tales hechos y destruir una cultura, no olvidemos al Reino Unido, portugueses y otros pueblos Europeos En España hubo un genocidio contra judios y musulmanes y contra las clases bajas, obreros esclavizados en todo en mundo después de 1492 y antes, las guerras y exterminios precolombinos. Esto va de poderosos, clases y los desposeídos de todo. Las religiones, la política y las guerras... desde todos los tiempos, y no trato de justificar a nada ni nadie, “el hombre es un lobo para el hombre” ha sido, es y será... ¿creen que venís cambiado mucho en 500 años? Y en ¿3000 años? Desde antes del Imperio Romano funcionamos así, poderosos y sometidos, ¿nos unimos contra el poder? Mirar cómo está el mundo y lo que hacen las potencias emergentes y las decadentes, lo mismo...colonizar, globalizados todos los de la tierra... incluso Isis, costumbres, midas, Musica, el vestir y el uso de las hablas, unas se imponen y otras desaparecen, unas culturas mueren y otras se expanden y sobreviven y nosotros cada vez más idiotas.

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  • Diane

    Diane | Viernes, 05 de Junio de 2020 a las 21:49:15 horas

    Y como la permitida colonización de palestina y las barbaries cometidas asesinatos robos y saqueos desplazamientos de miles de familias por un grupo genocida sionista jázaros de khazaria no semitas convertidos al judaismo reclamando una Tierra por nombre biblico que no Les pertenece...y El mundo esconde otra vez la historia y la disfraza tal como colon y su ejercito de asesinos...

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  • Fredy

    Fredy | Martes, 02 de Junio de 2020 a las 19:10:23 horas

    Ninguna barbarie justifica ningún adelanto. El adelanto se da con o sin barbarie. Tampoco se tiene o debe de ocultar la verdad. Los que ocultan o quieren que oculten la verdad algo temen. Tampoco es verdad que no sea tan importante saber las cosas cuando ya hace mucho tiempo pasaron, porque entonces para los que creen en un Dios, porque es tan importante para Él lo que hicisteis durante tu vida, o sea el pasado de esa persona. Tampoco tendría efectos en este plano físico la tercera ley de newton, la ley de: la acción y reacción, o sea ley del karma. Entonces hay personas que algo dentro de ellas las lleva a querer confundir y restarle importancia a un hecho histórico tan importante que tiene consecuencias en nuestros días.
    Pienso que la verdad tiene que saberse en forma completa y las personas de hoy día son libres de sacar sus propias conclusiones de acuerdo al desarrollo espiritual de cada persona.
    Por último “ quien no conoce su historia está condenado a repetirla”

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  • RUBEN NELSON

    RUBEN NELSON | Lunes, 01 de Junio de 2020 a las 14:16:54 horas

    EXCELENTE HISTORIA ,DESCONOCIDA AL MENOS POR MI PERSONA

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