
Eliott Abrams, especializado en derrocar gobiernos que no siguen el catecismo neoliberal
UN MUÑIDOR DE LOS ESCUADRONES DE LA MUERTE Y LA "CONTRA" NICARAGÜENSE ENCARGADO DEL GOLPE EN VENEZUELA
Experto en guerra sucia respaldará al hombre de paja de Washington Juan Guaidó
El ex-agente de la CIA y actual Secretario de Estado de la administración Trump, Mike Pompeo, ha nombrado a Elliott Abrams como su “persona de confianza” para los asuntos de Venezuela. Se trata - explica nuestra colaboradora Eva Lagunero - de toda una declaración de intenciones. Abrams estuvo directamente involucrado en la organización de la Contra nicaragüense o los Escuadrones de la Muerte de El Salvador. Es, asimismo, especialista en organizar golpes de Estado contra gobiernos que no responder a los intereses de los Estados Unidos (...).
Por EVA LAGUNERO PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
El ex-agente de la CIA y actual Secretario de Estado de la administración Trump, Mike Pompeo, ha nombrado a Elliott Abrams como su “persona de confianza” para los asuntos de Venezuela (1).
Este diplomático norteamericano, miembro del ultraliberal Council of Foreign Relations, estuvo directamente involucrado en la financiación encubierta de la Contra nicaragüense, durante el mandato de Ronald Reagan, y en la matanza de El Mozote (El Salvador) de 1982, perpetrada por los escuadrones de la muerte, entrenados por la misma administración, que, según Abrams, no fue sino invención de la “propaganda comunista”. En 1991 fue condenado por haber ocultado información sobre estos hechos al Congreso norteamericano, pero George W. Bush le perdonó (ya se sabe: los asesinos de altos vuelos nunca pagan por sus crímenes) (2).
Abrams tiene asimismo experiencia en derrocar gobiernos que no siguen el catecismo neoliberal. En 2002, durante el régimen de Bush, estuvo tras el fallido golpe de estado contra el gobierno venezolano presidido por Hugo Chávez. Durante el actual mandato de Donald Trump, Rex Tillerson quiso incorporarle al Departamento de Estado, pero al haberse opuesto a la candidatura de Trump, fue rechazado por éste. Al marcharse Tillerson - por llamar imbécil a Trump -, quedó el terreno despejado para situar a Abrams, junto a Pompeo y Bolton, en el triunvirato neoncon que se ha hecho con las riendas de la administración Trump. Según algunas previsiones, el plan ahora sería forzar la renuncia de este último para elevar al trono al actual vicepresidente, el cristiano-sionista Mike Pence (3), figura más querida por la ultraderecha norteamericana, incluido el mismo Abrams.
No sabemos todavía lo que hará el triunvirato Bolton, Pompeo, Abrams con respecto a Venezuela. De momento, EEUU ha declarado que la “opción militar” (de asesinatos y destrucción) “está sobre la mesa”. Quedará el cartel de Lima (Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay y Perú) para hacer el trabajo sucio con una “intervención humanitaria” para “salvar al pueblo de Venezuela”.
El hecho hasta ahora es que la mayoría de países miembros de la ONU y la Organización de Estados Americanos (OEA) no respaldan a EEUU y su cartel de Lima en el empeño por desalojar al legítimo presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, e imponer el dogma neoliberal en la nación con más reservas de petróleo. La carta de la OEA de 1948, en el artículo 19, capítulo IV dice:
“Ningún Estado o grupo de Estados posee el derecho a intervenir, directa o indirectamente, por cualquier razón que sea, en los asuntos internos o externos de ningún otro Estado. El principio anterior prohíbe no sólo la fuerza militar, sino también cualquier otra forma de interferencia o amenaza contra la personalidad de un Estado o contra sus elementos políticos, económicos y culturales” (4).
Para gran parte de los seguidores de Trump, “hacer América grande otra vez” significa continuar con los objetivos imperialistas, es decir, instalar sátrapas aliados (como Juan Guaidó en Venezuela) o los que sean tolerables para Wall Street y la Escuela de Chicago, en los países que no siguen sus recetas a pie juntillas. En lo tocante a Venezuela, lo mismo da Republicanos que Demócratas. Las voces disidentes en ambas filas son pocas. Como señala Alan MacLeod:
“Es revelador cómo los medios de comunicación supuestamente anti-Trump han cerrado filas y marchan al unísono con la administración cuando se trata de derrocar a los enemigos de Washington. Los medios no se oponen a Trump o la tiranía, sino que la facilitan”.
¿Será esta nueva misión de Elliott Abrams en Venezuela, tras su intento de derrocar a Chávez en 2002, el segundo de sus fracasos?
Notas y referencias bibliográficas:
Por EVA LAGUNERO PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
El ex-agente de la CIA y actual Secretario de Estado de la administración Trump, Mike Pompeo, ha nombrado a Elliott Abrams como su “persona de confianza” para los asuntos de Venezuela (1).
Este diplomático norteamericano, miembro del ultraliberal Council of Foreign Relations, estuvo directamente involucrado en la financiación encubierta de la Contra nicaragüense, durante el mandato de Ronald Reagan, y en la matanza de El Mozote (El Salvador) de 1982, perpetrada por los escuadrones de la muerte, entrenados por la misma administración, que, según Abrams, no fue sino invención de la “propaganda comunista”. En 1991 fue condenado por haber ocultado información sobre estos hechos al Congreso norteamericano, pero George W. Bush le perdonó (ya se sabe: los asesinos de altos vuelos nunca pagan por sus crímenes) (2).
Abrams tiene asimismo experiencia en derrocar gobiernos que no siguen el catecismo neoliberal. En 2002, durante el régimen de Bush, estuvo tras el fallido golpe de estado contra el gobierno venezolano presidido por Hugo Chávez. Durante el actual mandato de Donald Trump, Rex Tillerson quiso incorporarle al Departamento de Estado, pero al haberse opuesto a la candidatura de Trump, fue rechazado por éste. Al marcharse Tillerson - por llamar imbécil a Trump -, quedó el terreno despejado para situar a Abrams, junto a Pompeo y Bolton, en el triunvirato neoncon que se ha hecho con las riendas de la administración Trump. Según algunas previsiones, el plan ahora sería forzar la renuncia de este último para elevar al trono al actual vicepresidente, el cristiano-sionista Mike Pence (3), figura más querida por la ultraderecha norteamericana, incluido el mismo Abrams.
No sabemos todavía lo que hará el triunvirato Bolton, Pompeo, Abrams con respecto a Venezuela. De momento, EEUU ha declarado que la “opción militar” (de asesinatos y destrucción) “está sobre la mesa”. Quedará el cartel de Lima (Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay y Perú) para hacer el trabajo sucio con una “intervención humanitaria” para “salvar al pueblo de Venezuela”.
El hecho hasta ahora es que la mayoría de países miembros de la ONU y la Organización de Estados Americanos (OEA) no respaldan a EEUU y su cartel de Lima en el empeño por desalojar al legítimo presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, e imponer el dogma neoliberal en la nación con más reservas de petróleo. La carta de la OEA de 1948, en el artículo 19, capítulo IV dice:
“Ningún Estado o grupo de Estados posee el derecho a intervenir, directa o indirectamente, por cualquier razón que sea, en los asuntos internos o externos de ningún otro Estado. El principio anterior prohíbe no sólo la fuerza militar, sino también cualquier otra forma de interferencia o amenaza contra la personalidad de un Estado o contra sus elementos políticos, económicos y culturales” (4).
Para gran parte de los seguidores de Trump, “hacer América grande otra vez” significa continuar con los objetivos imperialistas, es decir, instalar sátrapas aliados (como Juan Guaidó en Venezuela) o los que sean tolerables para Wall Street y la Escuela de Chicago, en los países que no siguen sus recetas a pie juntillas. En lo tocante a Venezuela, lo mismo da Republicanos que Demócratas. Las voces disidentes en ambas filas son pocas. Como señala Alan MacLeod:
“Es revelador cómo los medios de comunicación supuestamente anti-Trump han cerrado filas y marchan al unísono con la administración cuando se trata de derrocar a los enemigos de Washington. Los medios no se oponen a Trump o la tiranía, sino que la facilitan”.
¿Será esta nueva misión de Elliott Abrams en Venezuela, tras su intento de derrocar a Chávez en 2002, el segundo de sus fracasos?
Notas y referencias bibliográficas:
juancho | Martes, 29 de Enero de 2019 a las 20:09:30 horas
Para gran parte del mundo las colonias occidentales de EEUU son estados fallidos o tutelados. Ese mundo occidental dice querer llevar la libertad, la democracia, la abundancia, etc a Venezuela. La misma que han llevado las últimas décadas a Irak, Afganistán, Costa de Marfil, Libia, Siria, Yemen, etc. Fascismo puro. En Venezuela la oposición gobierna varios estados y decenas de ciudades, ¿los mismos que gobernaba el PSOE con franco? Sánchez ha perdido el norte y desconoce que el relator de la ONU Fernand de Varennes tras 12 días acaba de decir que la disidencia política no tendría que comportar cargos penales, en referencia a los presos catalanes del 1-O.
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