RITA MAESTRE, O LA SINCERIDAD CÍNICA DE UNA BURGUESITA RETONTA

POR DANI CONTRERAS PARA CANARIAS SEMANAL.ORG

    La antigua dirigente podemita, y hoy portavoz de la formación "Más Madrid" en el Ayuntamiento de la capital de España, Rita Maestre, declaró este jueves en una entrevista concedida Servimedia, que para ella es todo "un orgullo" que Madrid vaya ser la gran ciudad anfitriona de la "Cumbre de la OTAN".

    Y para dejar las cosas bien claras agregó que no se le ha pasado por la cabeza asistir a las manifestaciones convocadas en la capital del Estado español en contra de la presencia de los representantes de esa Organización militar, causante de tantas desgracias en este planeta,  porque según dijo,

"eso no forma parte ni  de nuestro catálogo de preocupaciones, ni tampoco  de nuestras reivindicaciones".

    En la Venezuela bolivariana para calificar este tipo de espantás, en las que los que las protagonizan se desdicen abruptamente de todo aquello que de boquilla habían estado defendiendo hasta ese justo momento, se utiliza la expresión "saltar la talanquera". Quiere decirse con esta expresión que el  flamante desertor se sitúa "al otro lado", junto a las filas de los que hasta entonces había considerado como sus "enemigos", dando un sorpresivo portazo a sus antiguos correligionarios.

   Eso es lo que parece haberle sucedido a la tal Rita, que ha "saltado la talanquera" para que su "relato político" se  colara también entre aquellos votantes que en las pasadas elecciones depositaron su votos a favor de la inefable señora Ayuso.  A nadie deberia sorprender, pues, que este tipo de giros copernicanos se puedan producir entre el pijerío universitario podemita de la Complu. Y es que desde sus primeros momentos fundacionales estos pijos/as/es contemplaron la politica como una suerte de mercadillo de baratijas, en el que las tallas de las chaquetas más demandadas por la clientela electoral deberian estar marcadas por una especie de talla universal que sirviera indiscrimidadamente para todos sus compradores. Para los de arriba y para los de abajo. Para los de la derecha y los de la izquierda. Y así les ha ido, claro.

     Esta suerte de abracadabrantes shows, a los que desde los  tiempos inmemoriales de 15M, ha sido aficionada Doña Rita, suelen provocar una devastadora desmoralización política entre aquellos que hasta ahora les habían creído y apoyado. Por si fuera poco, estas truculentas exhibiciones podemitas vienen acompañadas, igualmente, de una especie de arrebatadora pulsión cainita cuyo desenlace  suele ser el fraticidio politico entre quienes se disputan el desempeño de la funcion de timoneles de un buque que en mucho se asemeja a un desordenado bajel de corsarios .  Hasta tal punto ha proliferado este tipo de inexplicados fraticidios entre la jovencísima "dirigencia" podemita, que a estas alturas se  podrían contar con los dedos de una mano el número de los "padres fundadores" de este efímero invento político que hayan logrado sobrevivir politicamente y se encuentren en condiciones de dar un objetivo testimonio para la historia de cómo fue realmente aquel momento mágico en el que se gestó la extraña y contradictoria alquimia  ideológica que lo hizo posible.
 

    Rita Maestre -la "ex" de Iñigo Errejón, el "macho alfa bis" de la organización  primigenia-  como no podía ser menos utilizó la "guerra de Ucrania" y al mismisimo Vladimir Putin para justificar su alborozada bienvenida al cónclave otánico y, de paso, excusar la existencia de bases norteamericanas en territorio español .  

    Maestre, en su entrevista con Servimedia, subrayó que la actual invasión por parte de Putin a Ucrania nos tiene que

    “hacer pensar” en el “sistema de defensa de Europa más allá de la OTAN… Desde luego, nosotros apostamos por una defensa occidental y europea”.

      Pero, ¿saben lo que les digo? Que prefiero la sinceridad cínica de esta retonta y ambiciosa burguesita madrileña, que el culebreante argumentario de jabonosos personajes como Garzón y Enrique Santiago, que con un brumoso "ni chicha ni limoná"  pretenden canjearnos un gato sarnoso por una oronda  liebre silvestre.

Y eso si que no... Hasta ahí podíamos llegar.