
FELIPE VI: DE REY FLORERO A ARMA ARROJADIZA ENTRE INSTITUCIONES
"Felipe VI es un monarca virtual instalado en la Jefatura del Estado"
A pesar de la profunda crisis por la que atraviesa España en la actualidad (sanitaria, económica, social, política, institucional…) y con la perspectiva de ruina y pobreza para millones de ciudadanos, todavía existen en este país - escribe el coronel Amadeo Martínez Inglés - partidos políticos y organizaciones sociales y empresariales que abogan por mantener sine die una institución como la monarquía borbónica (obsoleta, retrógrada, vacía, opaca, cara, corrupta…) y por seguir pagando espléndidamente a sus variopintos integrantes, absolutamente instalados en la molicie, la vagancia, el ocio, el escándalo, el latrocinio y el afán desmedido de riqueza personal. Alimentando con ello, un suicida enfrentamiento cuasi bélico entre el Gobierno, la oposición y otras altas instituciones del Estado, que amenaza con maximizar hasta el infinito las graves carencias e inquietudes que arrastra el cuerpo social español.
2.- ESPERPENTO CONSTITUCIONAL ESPAÑOL
(En virtud del artículo 117.1 de la Carta Magna, los jueces y magistrados de este país han estado casi cuarenta años administrando justicia en nombre de un redomado sinvergüenza, un presunto delincuente, golpista, defraudador, malversador de caudales públicos, terrorista de Estado y…depredador sexual: Juan Carlos I)
1.- Felipe VI es un monarca virtual instalado en la Jefatura del Estado, un auténtico “don Nadie” de la política española que desde hace seis años, debido a la abdicación de su señor padre y no por mandato democrático alguno, asume sin rechistar el estúpido papel que le ha asignado la “modélica Constitución del 78. Cada día que pasa se asemeja más a un real “jarrón chino” (con sus flores ajadas, eso sí, por la inanidad y la corrupción) colocado en el centro del “decorado borbónico” pseudo democrático instalado en el palacio de La Zarzuela por orden de Franco. Un auténtico “rey florero” que, ayuno de la más mínima credibilidad entre la ciudadanía, no pincha ni corta nada en este país pero que nos cuesta cada año a los españoles la friolera de más de quinientos millones de euros
Sí, sí, amigos, así es. Hasta hace unos pocos años, concretamente hasta junio de 2014, los pacientes y sumisos súbditos españoles teníamos como supremo líder del Estado español e, item más, heredero de la rebelión franquista de julio de 1936, nada menos que a título de rey, a un descarado sinvergüenza, a un presunto robaperas, a un casi seguro defraudador, a un real blanqueador de capitales… eso, dejando de lado, responsabilidades penales mucho más sofisticadas como el golpismo, la alta traición, el homicidio, el terrorismo de Estado… etc etc. O sea, una bendición borbónica venida, más que del cielo de dónde venían antes las coronas reales, del “parlamentarismo testicular” del dictador Francisco Franco Bahamonde.
Pero ahora, desde junio de 2014 y hasta hace solo unas semanas en que se ha transmutado en una especie de misil de crucero político, en un arma arrojadiza entre instituciones nacionales, partidos políticos, entes judiciales y hasta asociaciones de vecinos… teníamos en la primera magistratura de la nación, no a un caradura integral como su señor padre, un mujeriego descerebrado, un presunto ladrón, un adicto al sexo, un “pene con patas” pagado con el dinero de todos los españoles, sino a todo un “majestuoso florero” (también a título de rey, faltaría más), que en su biológica y pedestre faceta humana no deja de ser un ente apocado, sumiso, indolente, soso, antipático… al que le viene muy grande el alto puesto que ocupa, que no cumple con las escasas misiones que le encomienda la sacrosanta Constitución del 78 y que, además, cuando intenta hacerlo mete la pata hasta el corvejón.
Un florero, sí, “made in Spain”, una figura decorativa, una escultura barroca con uniforme de capitán general, un espantapájaros social de alto standing, un angelote borbónico en chasis humano/floral que ni siente ni padece políticamente hablando, que cree estar sobre el bien y el mal y que, últimamente, sabedor de que nadie le hace puñetero caso en este país, y menos que nadie el “chuleta de La Moncloa” que lo ha difuminado socialmente y al que ya no le deja ni presidir los más insulsos y protocolarios actos del mundo judicial español desatando con ello una guerra institucional a nivel nacional que amenaza con degenerar en un tsunami político que se lleve por delante no solo a la renqueante “monarquieta parlamentarieta” española (si mimetizamos el peyorativo calificativo que algunas viejas glorias del felipismo con antecedentes de terrorismo de Estado se permiten estos días endosar a la III República que pide paso con fuerza inusitada) sino al régimen del 78 en su conjunto… se ha refugiado en el placentero turismo rural a jornada completa recorriéndose en los últimos meses, acompañado por su grácil compañera republicana Letizia, toda la geografía patria. Con la servidumbre, eso sí, muy dolorosa, de hacerlo con el brazo derecho permanentemente levantado, “al estilo Trajano/Hitler poco más o menos”, saludando a sus súbditos como si tratara de quitarse de delante un monumental enjambre de incómodas abejas podemitas.
Pues a pesar de todo ello, algunos de sus perrunos súbditos no dudan en acudir en su defensa manifestando estoicamente que el hombre tendrá sus defectos, como todo el mundo, pero que es un rey muy “preparao”, el más “preparao” que haya tenido nunca este bendito país, especialmente dotado, por lo tanto, para la alta responsabilidad que ejerce, Como si para ejercer de rey, en España y en el resto del mundo, hubiera que saber algo más que cazar, comer exquisiteces, nublarse la vista y el cerebro con un buen vino, cohabitar a destajo con señoras despampanantes y labrarse en secreto copiosas fortunitas con base en los consabidos petrodólares. Pero claro, lo que no dicen sus pelotas y hagiógrafos de cámara, normalmente bien retribuidos, es que este hombre/búcaro, este florero regio, este pobre diablo de la política española al que le ha tocado, por imperativo hormonal de Franco y de su señor padre, estar en el peor sitio (aunque, muy cómodo) en el peor momento, no hace nada (por lo menos de provecho), pero nada de nada, ni está ni se le espera, no da un palo al agua, no se le ve el pelo durante días y días, semanas y semanas y cuando intenta que se le vea, como de neuronas anda muy escaso el pobre, organiza la de dios llamando por teléfono cuando no debe, tomando partido por quien no debe, hablando de lo que no sabe y arrugándose cobardemente ante el señorito de La Moncloa que lo desafía a diario.
Es que este hombre no cumple ni de lejos con las escasísimas y perentorias misiones que le confiere la “modélica” Constitución del 78 y, encima, como digo, es incapaz de autodefenderse de un Gobierno que lo humilla pública y notoriamente un día sí y otro también, pasándose sus prerrogativas como jefe del Estado contempladas en la citada ley de leyes franquista por el arco del triunfo partidario. Sacrosanto texto constitucional éste por el que él está donde está, que todavía rige la pelea de gallos en la que se ha convertido la política española actual y en virtud del cual los españoles debemos asistir todos los miércoles, con mascarilla eso sí, a las infantiles peleas partidarias que se suscitan cada vez con más ardor guerrero en el Congreso de los Diputados. Y que fue parido en su día, digámoslo una vez más, por el franquismo residual pero, también, por el papanatismo, la cobardía y la indolencia de un pueblo como español que, aún herido de muerte por una cruenta guerra civil, debió exigir en su momento con la valentía y la dureza que hubiera menester la vuelta a la legalidad republicana a la muerte del sangriento dictador.
2.- Y ahora pasemos, amigos, al segundo tema del día, al singularísimo esperpento constitucional y judicial contemplado en el artículo 117.1 de la Carta Magna española y del que nadie parece haberse dado cuenta en este país.
Dice así el citado artículo:
Art. 117. 1 “La justicia emana del pueblo y se administra en nombre del Rey por Jueces y Magistrados integrantes del poder judicial, independientes, inamovibles, responsables y sometidos únicamente al imperio de la ley”
¡TOMA YA! EN ESPAÑA LLEVAMOS CASI CUARENTA AÑOS IMPARTIENDO JUSTICIA EN NOMBRE DEL SINVERGÜENZA DE JUAN CARLOS I !
Sigo, amigos. En estos últimos días de enfrentamiento mediático e institucional, cuasi bélico, entre el Gobierno de la nación (con sus dos almas ideológicas), La Zarzuela, los partidos de la oposición, el poder judicial (con el amortizado señor Lesmes en vanguardia), los líderes de la comunicación y hasta algunos activistas del desconcierto … nadie parece haberse dado cuenta del despropósito, el esperpento, la boutade política que los padres de la Constitución del 78, sin duda para darle más esplendor a la cuestionable figura de un rey elegido a dedo por un dictador golpista, metieron de rondón en su articulado, concretamente en el 117.1 que acabo de poner negro sobre blanco. Aunque también, y ya lo he puesto de manifiesto en repetidas ocasiones, se las trae el art. 8.1 relativo a las Fuerzas Armadas, a las que convierte en legalmente golpistas al poner bajo su directo mandato “la defensa de la soberanía, la integridad de la nación y el ordenamiento constitucional” sin haber incluido al final del mismo una coletilla muy necesaria “… siempre bajo las supremas directrices del Gobierno de la nación”.
Pues sí, sí, parece mentira, pero no lo es. Los Jueces en España, un país que se reclama de democrático y de derecho integrado en la fastuosa Unión Europea de la señora Merkel, administrando justicia en nombre de un delincuente de tomo y lomo, inviolable e irresponsable. ¿Quién da más? Un auténtico despropósito, sin duda, pero en esas estamos después de casi cuarenta años haciéndolo en nombre de un personaje, que al no haber sido elegido por ese pueblo sino por algún saltarín espermatozoide de su señor padre, con carácter vitalicio, sin pasar ningún control democrático de limpieza moral y rigor intelectual y, para más inri, inviolable y no sujeto a fiscalización alguna… nos puede resultar un auténtico sinvergüenza, un depravado de tomo y lomo, un canalla, un defraudador, un malversador de caudales públicos y hasta un homicida (por imprudencia o no, todavía no se han producido los jueces en la muerte de Alfonso de Borbón en 1956) o presunto reo de alta traición a su patria (de todos estos delitos y muchos más sería responsable el ahora huido rey emérito). Con la sinrazón añadida de que no podemos echarlo si no le sale de su entrepierna el abdicar. Y encima, estos señores de la judicatura, sobre todo los de alta alcurnia jurisdiccional que cargan casi todos a la derecha, tan contentos, según dicen, con hacerlo, con mentar a este canalla de Juanito cuando dictan sentencia. No cabe duda, amigos, ¡España es diferente y sus jueces mucho más!
Fdo: Amadeo Martínez Inglés.
2.- ESPERPENTO CONSTITUCIONAL ESPAÑOL
(En virtud del artículo 117.1 de la Carta Magna, los jueces y magistrados de este país han estado casi cuarenta años administrando justicia en nombre de un redomado sinvergüenza, un presunto delincuente, golpista, defraudador, malversador de caudales públicos, terrorista de Estado y…depredador sexual: Juan Carlos I)
1.- Felipe VI es un monarca virtual instalado en la Jefatura del Estado, un auténtico “don Nadie” de la política española que desde hace seis años, debido a la abdicación de su señor padre y no por mandato democrático alguno, asume sin rechistar el estúpido papel que le ha asignado la “modélica Constitución del 78. Cada día que pasa se asemeja más a un real “jarrón chino” (con sus flores ajadas, eso sí, por la inanidad y la corrupción) colocado en el centro del “decorado borbónico” pseudo democrático instalado en el palacio de La Zarzuela por orden de Franco. Un auténtico “rey florero” que, ayuno de la más mínima credibilidad entre la ciudadanía, no pincha ni corta nada en este país pero que nos cuesta cada año a los españoles la friolera de más de quinientos millones de euros
Sí, sí, amigos, así es. Hasta hace unos pocos años, concretamente hasta junio de 2014, los pacientes y sumisos súbditos españoles teníamos como supremo líder del Estado español e, item más, heredero de la rebelión franquista de julio de 1936, nada menos que a título de rey, a un descarado sinvergüenza, a un presunto robaperas, a un casi seguro defraudador, a un real blanqueador de capitales… eso, dejando de lado, responsabilidades penales mucho más sofisticadas como el golpismo, la alta traición, el homicidio, el terrorismo de Estado… etc etc. O sea, una bendición borbónica venida, más que del cielo de dónde venían antes las coronas reales, del “parlamentarismo testicular” del dictador Francisco Franco Bahamonde.
Pero ahora, desde junio de 2014 y hasta hace solo unas semanas en que se ha transmutado en una especie de misil de crucero político, en un arma arrojadiza entre instituciones nacionales, partidos políticos, entes judiciales y hasta asociaciones de vecinos… teníamos en la primera magistratura de la nación, no a un caradura integral como su señor padre, un mujeriego descerebrado, un presunto ladrón, un adicto al sexo, un “pene con patas” pagado con el dinero de todos los españoles, sino a todo un “majestuoso florero” (también a título de rey, faltaría más), que en su biológica y pedestre faceta humana no deja de ser un ente apocado, sumiso, indolente, soso, antipático… al que le viene muy grande el alto puesto que ocupa, que no cumple con las escasas misiones que le encomienda la sacrosanta Constitución del 78 y que, además, cuando intenta hacerlo mete la pata hasta el corvejón.
Un florero, sí, “made in Spain”, una figura decorativa, una escultura barroca con uniforme de capitán general, un espantapájaros social de alto standing, un angelote borbónico en chasis humano/floral que ni siente ni padece políticamente hablando, que cree estar sobre el bien y el mal y que, últimamente, sabedor de que nadie le hace puñetero caso en este país, y menos que nadie el “chuleta de La Moncloa” que lo ha difuminado socialmente y al que ya no le deja ni presidir los más insulsos y protocolarios actos del mundo judicial español desatando con ello una guerra institucional a nivel nacional que amenaza con degenerar en un tsunami político que se lleve por delante no solo a la renqueante “monarquieta parlamentarieta” española (si mimetizamos el peyorativo calificativo que algunas viejas glorias del felipismo con antecedentes de terrorismo de Estado se permiten estos días endosar a la III República que pide paso con fuerza inusitada) sino al régimen del 78 en su conjunto… se ha refugiado en el placentero turismo rural a jornada completa recorriéndose en los últimos meses, acompañado por su grácil compañera republicana Letizia, toda la geografía patria. Con la servidumbre, eso sí, muy dolorosa, de hacerlo con el brazo derecho permanentemente levantado, “al estilo Trajano/Hitler poco más o menos”, saludando a sus súbditos como si tratara de quitarse de delante un monumental enjambre de incómodas abejas podemitas.
Pues a pesar de todo ello, algunos de sus perrunos súbditos no dudan en acudir en su defensa manifestando estoicamente que el hombre tendrá sus defectos, como todo el mundo, pero que es un rey muy “preparao”, el más “preparao” que haya tenido nunca este bendito país, especialmente dotado, por lo tanto, para la alta responsabilidad que ejerce, Como si para ejercer de rey, en España y en el resto del mundo, hubiera que saber algo más que cazar, comer exquisiteces, nublarse la vista y el cerebro con un buen vino, cohabitar a destajo con señoras despampanantes y labrarse en secreto copiosas fortunitas con base en los consabidos petrodólares. Pero claro, lo que no dicen sus pelotas y hagiógrafos de cámara, normalmente bien retribuidos, es que este hombre/búcaro, este florero regio, este pobre diablo de la política española al que le ha tocado, por imperativo hormonal de Franco y de su señor padre, estar en el peor sitio (aunque, muy cómodo) en el peor momento, no hace nada (por lo menos de provecho), pero nada de nada, ni está ni se le espera, no da un palo al agua, no se le ve el pelo durante días y días, semanas y semanas y cuando intenta que se le vea, como de neuronas anda muy escaso el pobre, organiza la de dios llamando por teléfono cuando no debe, tomando partido por quien no debe, hablando de lo que no sabe y arrugándose cobardemente ante el señorito de La Moncloa que lo desafía a diario.
Es que este hombre no cumple ni de lejos con las escasísimas y perentorias misiones que le confiere la “modélica” Constitución del 78 y, encima, como digo, es incapaz de autodefenderse de un Gobierno que lo humilla pública y notoriamente un día sí y otro también, pasándose sus prerrogativas como jefe del Estado contempladas en la citada ley de leyes franquista por el arco del triunfo partidario. Sacrosanto texto constitucional éste por el que él está donde está, que todavía rige la pelea de gallos en la que se ha convertido la política española actual y en virtud del cual los españoles debemos asistir todos los miércoles, con mascarilla eso sí, a las infantiles peleas partidarias que se suscitan cada vez con más ardor guerrero en el Congreso de los Diputados. Y que fue parido en su día, digámoslo una vez más, por el franquismo residual pero, también, por el papanatismo, la cobardía y la indolencia de un pueblo como español que, aún herido de muerte por una cruenta guerra civil, debió exigir en su momento con la valentía y la dureza que hubiera menester la vuelta a la legalidad republicana a la muerte del sangriento dictador.
2.- Y ahora pasemos, amigos, al segundo tema del día, al singularísimo esperpento constitucional y judicial contemplado en el artículo 117.1 de la Carta Magna española y del que nadie parece haberse dado cuenta en este país.
Dice así el citado artículo:
Art. 117. 1 “La justicia emana del pueblo y se administra en nombre del Rey por Jueces y Magistrados integrantes del poder judicial, independientes, inamovibles, responsables y sometidos únicamente al imperio de la ley”
¡TOMA YA! EN ESPAÑA LLEVAMOS CASI CUARENTA AÑOS IMPARTIENDO JUSTICIA EN NOMBRE DEL SINVERGÜENZA DE JUAN CARLOS I !
Sigo, amigos. En estos últimos días de enfrentamiento mediático e institucional, cuasi bélico, entre el Gobierno de la nación (con sus dos almas ideológicas), La Zarzuela, los partidos de la oposición, el poder judicial (con el amortizado señor Lesmes en vanguardia), los líderes de la comunicación y hasta algunos activistas del desconcierto … nadie parece haberse dado cuenta del despropósito, el esperpento, la boutade política que los padres de la Constitución del 78, sin duda para darle más esplendor a la cuestionable figura de un rey elegido a dedo por un dictador golpista, metieron de rondón en su articulado, concretamente en el 117.1 que acabo de poner negro sobre blanco. Aunque también, y ya lo he puesto de manifiesto en repetidas ocasiones, se las trae el art. 8.1 relativo a las Fuerzas Armadas, a las que convierte en legalmente golpistas al poner bajo su directo mandato “la defensa de la soberanía, la integridad de la nación y el ordenamiento constitucional” sin haber incluido al final del mismo una coletilla muy necesaria “… siempre bajo las supremas directrices del Gobierno de la nación”.
Pues sí, sí, parece mentira, pero no lo es. Los Jueces en España, un país que se reclama de democrático y de derecho integrado en la fastuosa Unión Europea de la señora Merkel, administrando justicia en nombre de un delincuente de tomo y lomo, inviolable e irresponsable. ¿Quién da más? Un auténtico despropósito, sin duda, pero en esas estamos después de casi cuarenta años haciéndolo en nombre de un personaje, que al no haber sido elegido por ese pueblo sino por algún saltarín espermatozoide de su señor padre, con carácter vitalicio, sin pasar ningún control democrático de limpieza moral y rigor intelectual y, para más inri, inviolable y no sujeto a fiscalización alguna… nos puede resultar un auténtico sinvergüenza, un depravado de tomo y lomo, un canalla, un defraudador, un malversador de caudales públicos y hasta un homicida (por imprudencia o no, todavía no se han producido los jueces en la muerte de Alfonso de Borbón en 1956) o presunto reo de alta traición a su patria (de todos estos delitos y muchos más sería responsable el ahora huido rey emérito). Con la sinrazón añadida de que no podemos echarlo si no le sale de su entrepierna el abdicar. Y encima, estos señores de la judicatura, sobre todo los de alta alcurnia jurisdiccional que cargan casi todos a la derecha, tan contentos, según dicen, con hacerlo, con mentar a este canalla de Juanito cuando dictan sentencia. No cabe duda, amigos, ¡España es diferente y sus jueces mucho más!
Fdo: Amadeo Martínez Inglés.
maribel santana | Martes, 06 de Octubre de 2020 a las 22:35:32 horas
No controlo como lo tienen ahí a estos esperpentos, cuando Europa casi toda tinen sus presidentes de republica, claro una republica del neoliberalismo, explotadora por la burguesía. Como no hacen estos payasos lo mismo?, porque si fuese una republica socialista lo entenderíamos. Como se pueden
cagar la imagen tan estúpidamente, partidos, organizaciones, el IBEX35 con esta verbena de la paloma? A no ser que la ideología franquista está incluso por encima del neoliberalismo económico? Ni la neo-naci camuflada de la Melker lo entiende.
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