ESTADOS UNIDOS ESTRECHA EL CERCO ECONÓMICO CONTRA VENEZUELA
¿Por qué las sanciones económicas son actos de guerra?
La prolongada guerra económica contra Venezuela escala de nuevo. Quienes realicen operaciones comerciales con el país bolivariano en el que medien criptomonedas serán sancionados por Estados Unidos.
Por JOSÉ MELQUIADES PARA CANARIAS SEMANAL.ORG.-
La prolongada guerra económica dirigida por Estados Unidos contra Venezuela continúa recrudeciéndose.
Quienes realicen operaciones comerciales con el país bolivariano en el que medien criptomonedas serán sancionados por Estados Unidos. Así lo aseguró a la prensa un funcionario del Departamento de Estado de los Estados Unidos para el Hemisferio Occidental.
Según la revista Forbes, el alto funcionario explicó que para sancionar a las transacciones con criptomonedas con el gobierno venezolano y sus empresas asociadas, la Orden Ejecutiva 13827 fue cambiada.
En este sentido, es preciso destacar que dicha Orden Ejecutiva solo se refería a las transacciones con Petros venezolanos y ahora se ha extendido a cualquier otro tipo de criptomoneda empleada en el intercambio económico con el gobierno de Venezuela.
En pocas palabras, que todas las actividades comerciales que se efectúen con el gobierno venezolano, estará sujeta a sanciones, sin importar la moneda, tipo de de divisa, criptoactivo, token digital o cualquier otra forma de pago.
Vale recordar que el Estado venezolano creó la moneda virtual, Petro, en 2017 con el objetivo de evadir el bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos
Pero, ¿por qué afirmamos que se trata de una guerra económica?
En primer lugar, porque estas sanciones constituyen actos de guerra, continuación de la política por la vía de la fuerza. Y están diseñadas para matar. Y lo consiguen: desena de miles de venezolanos mueren víctimas de las carencias materiales que estas provocan.
Para ilustrarlo, basta un solo dato. En Venezuela, como resultado de la guerra económica, 180 000 operaciones médicas han tenido que ser canceladas y 823 000 pacientes con enfermedades crónicas esperan por medicamentos.
De lo que se trata, ni más ni menos, es de la correspondencia de los hechos con las concepciones de guerra de los Estados Unidos para conseguir derrocar gobiernos “enemigos”. El mismo que por más de seis décadas intenta infructuosamente contra Cuba
Por JOSÉ MELQUIADES PARA CANARIAS SEMANAL.ORG.-
La prolongada guerra económica dirigida por Estados Unidos contra Venezuela continúa recrudeciéndose.
Quienes realicen operaciones comerciales con el país bolivariano en el que medien criptomonedas serán sancionados por Estados Unidos. Así lo aseguró a la prensa un funcionario del Departamento de Estado de los Estados Unidos para el Hemisferio Occidental.
Según la revista Forbes, el alto funcionario explicó que para sancionar a las transacciones con criptomonedas con el gobierno venezolano y sus empresas asociadas, la Orden Ejecutiva 13827 fue cambiada.
En este sentido, es preciso destacar que dicha Orden Ejecutiva solo se refería a las transacciones con Petros venezolanos y ahora se ha extendido a cualquier otro tipo de criptomoneda empleada en el intercambio económico con el gobierno de Venezuela.
En pocas palabras, que todas las actividades comerciales que se efectúen con el gobierno venezolano, estará sujeta a sanciones, sin importar la moneda, tipo de de divisa, criptoactivo, token digital o cualquier otra forma de pago.
Vale recordar que el Estado venezolano creó la moneda virtual, Petro, en 2017 con el objetivo de evadir el bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos
Pero, ¿por qué afirmamos que se trata de una guerra económica?
En primer lugar, porque estas sanciones constituyen actos de guerra, continuación de la política por la vía de la fuerza. Y están diseñadas para matar. Y lo consiguen: desena de miles de venezolanos mueren víctimas de las carencias materiales que estas provocan.
Para ilustrarlo, basta un solo dato. En Venezuela, como resultado de la guerra económica, 180 000 operaciones médicas han tenido que ser canceladas y 823 000 pacientes con enfermedades crónicas esperan por medicamentos.
De lo que se trata, ni más ni menos, es de la correspondencia de los hechos con las concepciones de guerra de los Estados Unidos para conseguir derrocar gobiernos “enemigos”. El mismo que por más de seis décadas intenta infructuosamente contra Cuba
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