IRÁN: UNA "GUERRITA" ELECTORAL DE TRUMP QUE PODRÍA TENER ENORMES CONSECUENCIAS

  Por MARCO LUBARY PARA CANARIAS SEMANAL

   Con toda razón escribe en un reciente artículo Luis Gonzalo Segura -el ex teniente expulsado del Ejército español por denunciar la corrupción existente en su cúpula - los Estados Unidos continúan estrechando el cerco sobre Irán, país al que pretenden someterlo a una disyuntiva que contemple sólo su sumisión incondicional o la guerra.

      Tras el devastador ataque yemení contra las refinerías sauditas, que ocasionó la reducción de la producción diaria de petróleo en nada menos que 5,7 millones de barriles,  lo que puede significar una pérdida de petróleo que podría alcanzar a los 100 millones de barriles, la respuesta estadounidense ha sido la de tratar de generar aún más tensión en la zona, anunciando el envío de más tropas estadounidenses a la región. Con el exitoso ataque militar del Yemen este domingo en contra de sus agresores saudíes, los peligros no hacen más que multiplicarse.

     Pero la irresponsabilidad de Trump no viene sola. Lo hace acompañada por la pusilanime inacción europea, que no es expresión de  otra cosa que de la perseverante y dócil sumisión de la UE a la política de Washington, aunque ésta esté dirigida por un personaje tan errático y pintoresco  como el actual presidente de los Estados Unidos.

   Un nuevo conflicto bélico en Oriente Medio no es lo que precisamente está demandando  en estos momentos el planeta. Pero, en cambio,  puede estar sucediendo que quien lo necesite sea el presidente de los Estados Unidos, que encontrándose a las puertas de una hipotética reelección, lo podría convertir de golpe  en comandante en jefe de sus tropas.  Teniendo en cuenta la composición de su electorado, esa jefatura castrense sobrevenida,  podría tener el efecto definitivo  de instalarlo nuevamente en la Casa Blanca. Una operación de tamaño calibre  puede tener, evidentemente, múltiples riesgos. Todos ellos muy graves. Pero  le serviría a Donald Trump  para borrar del recuerdo entre sus simpatizantes, de sus sonoras derrotas en Corea del Norte, China, Siria, Venezuela …  

    En cualquier caso, escóndase lo que se esconda tras estos últimos movimientos tácticos del gobierno de Washington en Oriente Medio, los efectos económicos de un conflicto en esa zona serían necesariamente  letales para la economía del  resto  del planeta. Y ello sería así porque,  lógicamente, línea del contraataque iraní estaría centrada en cortar u obstaculizar el suministro de petróleo al resto del mundo.

    Ni que decir tiene que en el delicado momento en el que se encuentra la economía mundial, un  estrecho cuello de botella en esa zona geográfica, daría lugar a una situación que podría acarrear incalculables efectos políticos, sociales y económicos de los que difícilmente podría escapar ningún país.