ISRAEL SIGUE ADELANTE CON PLAN DE EXTERMINIO DEL PUEBLO PALESTINO

  Por CARLOS RAFAEL RODRÍGUEZ PARA CANARIAS SEMANAL.ORG.-

    En un nuevo capítulo de su estrategia de exterminio del régimen de Israel contra el pueblo palestino, aviones de la fuerza aérea sionista atacaron en la madrugada del pasado miércoles varias zonas en la bloqueada Franja de Gaza.

    Así lo reconoció el ejército hebreo a través de un mensaje divulgado en la red social de Twitter: “Nuestros aviones de combate atacaron 15 objetivos” en Gaza. De acuerdo con la misma fuente, sus bombarderos  según su versión- abrían atacado  fábricas de armas y un túnel del Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS).

    Los medios palestinos, por su parte, informan a su vez de múltiples ataques aéreos de Israel contra diferentes ciudades de Gaza, incluidas Deir al-Balah (centro) y Beit Lahiya (norte).

    Se desconocen, eso sí, el saldo vidas y daños materiales provocados por  unos bombardeos -que con los más inverosímiles pretextos se realizan regularmente con fines nada defensivos. Y no se trata como dice la propaganda sionista y sus afines que se hece “en respuesta a los ataques con cohetes de los grupos de la Resistencia”.

    Recordemos que en 2014 en medio de una escalada de ataques aéreos en marcados en la denominada Operación Margen Protector el gobierno de Israel declaró que  los ataques aéreos eran sólo una etapa, que “la operación no tiene límite de tiempo".

    Por supuesto, los medios occidentales “informan” como si no existieran víctimas ni victimarios en esa guerra. Cuando el Movimiento de Resistencia palestino HAMAS derriba un dron israelí en el sur de Gaza, destruye un vehículo militar israelí en la valla fronteriza, entre Gaza o en el resto de los territorios ocupados palestinos, no hace más que defenderse de sus agresores, no ejerciendo violencia para someter como se caracteriza la que ejercen los sionistas, sino “Contraviolencia” defensiva para liberarse de los opresores. Debemos  comenzar a considerar desde la izquierda a la contraviolencia de los expropiados palestinos como una experiencia de vida y no de muerte que se ejerce para defender las cualidades de los sere humanos  que allí sobreviven y su suelo patrio común.