JUAN GUAIDÓ TIENE LA SUERTE DE NO VIVIR EN ESPAÑA : AQUÍ ESTARÍA YA EN LA CÁRCEL

 POR JERKO ALLEN PARA CANARIAS SEMANAL

   La derecha venezolana puso este miércoles en evidencia que la democracia no figura entre sus objetivos. En efecto, el representante en los Estados Unidos del autonombrado Juan Guaidó, Carlos Vecchio, solicitó una reunión con el Comando Sur estadounidense en la que, según ha manifestado el propio Guaidó, se "autorizará" a los Estados Unidos a intervenir militarmente en territorio venezolano. En una misiva dirigida por Vecchio al jefe del Comando Sur estadounidense, almirante Craig S. Faller, se dice textualmente:

    '(...) el Gobierno Interino agradece y recibe el apoyo de los Estados Unidos y confirmarle nuestra disposición para comenzar las conversaciones respectivas a la cooperación que ha sido ofrecida por su Comando para avanzar en la planificación estratégica y operativa" con la finalidad de "detener el sufrimiento del pueblo y restaurar la democracia".

     La respuesta verbal a esta manifiesta traición no se hizo esperar por parte de los funcionarios venezolanos. Aristóbulo Istúriz, el vicepresidente para el Socialismo Social y Territorial, manifestó este miércoles que:

       "Quien se sienta venezolano debe rechazar esta actitud entreguista y criminal, que al acoger con beneplácito la posibilidad de intervención extranjera, esos dirigentes políticos perdieron el derecho de aspirar a gobernar a esta nación sudamericana".

    Por su parte, Hermann Escarrá, diputado de la Asamblea Nacional Constituyente, asegura que la citada carta al Comando Sur constituye una confesión de que las facciones políticas promotoras del intervencionismo carecen de argumentos para plantear la solución a los problemas del país por las vías democráticas y constitucionales.

       El martes, Carlos Vecchio, un político opositor prófugo en los EEUU de la Justicia venezolana, publicó en su cuenta de Twitter una carta dirigida al Jefe del Comando Sur estadounidense, Craig S. Faller, en la que le solicita una reunión "para avanzar en la planificación estratégica y operativa" con la finalidad de "detener el sufrimiento del pueblo y restaurar la democracia". La propuesta al militar estadounidense es una clara invitación a concertar con el Ejército norteamericano el operativo militar necesario para desarrollar la invasión militar de Venezuela. Ningún país del mundo - ninguno - aceptaría una situación semejante sin una respuesta fulminante por parte del Estado.

       Ni en situaciones mucho más graves y delicadas, Cuba cedió en la década de los sesenta del pasado siglo a chantajes de esta envergadura. El gobierno de la Isla se enfrentó en ocasiones al propio ejecutivo de la URSS, su principal aliado frente a los EEUU, que discrepaba de la firmeza cubana. Posiblemente fue esa misma firmeza la que permitió que la Revolución cubana sobreviviera frente a los ataques de todo tipo provenientes de la misma potencia agresora que hoy amenaza a Venezuela.    

¿A QUÉ ESPERA EL GOBIERNO BOLIVARIANO?

       A estas alturas son pocos los que, en Venezuela, y fuera de ella, logran comprender cuáles son las razones que impiden a la justicia venezolana proceder en contra de la marioneta Juan Guaidó, que se atreve a solicitar la invasión de su propio país por los Estados Unidos, y continúa conspirando en Caracas con toda impunidad. Independientemente de cuáles puedan ser las "razones tácticas" que el gobierno venezolano esté barajando para no detener y someter a juicio al "presidente encargado fantoche”, lo cierto es que su aparente inhibición para actuar según dictan las leyes y la Constitución bolivariana está deteriorando la autoridad y el prestigio político del ejecutivo venezolano.  

    En esa misma línea, se estima, igualmente, que a lo largo de los dos últimos siglos de historia el imperialismo norteamericano ha mostrado en reiteradas ocasiones que las concesiones ante sus presiones, lejos de aplacar su violencia, no hacen más que exacerbarlas.