POMPEO DESPEJA INCÓGNITAS: "GUAIDÓ NO CUENTA CON EL APOYO DE LOS VENEZOLANOS"

POR MÁXIMO RELTI PARA CANARIAS SEMANAL

      Jugar con la desmemoria de la gente parece ser un imperativo en la práctica política no sólo estadounidense, sino también mundial. Quienes  hayan invertido su curiosidad en seguir secuencia tras secuencia las declaraciones, las contradeclaraciones, las formulaciones infundadas, las "fake news", etc., emitidas por el aparato de propaganda del Departamento de Estado de los EEUU en el curso de las últimas semanas sobre la crisis venezolana, habrá podido llegar a la equívoca conclusión de que esa instancia gubernamental norteamericana  es una auténtica casa de locos.

     Pero pese a las apariencias, no es así. Son perversamente malvados y codiciosos, pero no locos. Los voceros de la Casa Blanca no forman  parte de una panda de descerebrados que se dedican a lanzar  encendidas proclamas carentes de sentido. Lo que  ellos dicen tiene siempre su plan y su intención. Los múltiples equipos que asesoran a la Casa Blanca y a su entorno son perfectos conocedores  de que, por muy gigantescas que puedan ser sus patrañas,  todas ellas van a ser recogidas, a pie juntillas, por el omnipresente aparato mediático  mundial que posee  la habilidad de convertir "lo que no sucede" en   realidad, en tangibles hechos fácticos que terminan sucediendo. Fue así en Irak, en Libia, en Ucrania, y estuvo a punto de serlo también en Siria. No obstante, les ha resultado imposible lograrlo, todavía, en Venezuela.

      Este último y estrepitoso fracaso fue el que llevó el pasado domingo al Secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, a reconocer, sin que le importara un rábano que en declaraciones anteriores hubiera dicho justamente lo contrario, que el líder opositor venezolano Juan Guaidó  "no cuenta con el  apoyo de los  venezolanos".

¿POR QUÉ EEUU NO RENUNCIARÁ A  VENEZUELA?

     Así, sin más. ¿Un paso atrás, tal vez? ¿Una próxima y larga tregua? ¿Una renuncia definitiva a la reconquista de Venezuela? Nada de eso. En la enloquecida fase en la que se encuentra el desarrollo económico capitalista mundial, furiosamente competitivo,  el asalto a Venezuela es decisivo para los Estados Unidos. Las razones son patentes: en las profundidades de su territorio se encuentra la primera reserva mundial de petróleo en un momento en el que este recurso está en fase de vertiginoso agotamiento. También en el subsuelo venezolano se esconde la primera reserva mundial de oro. El clima y el subsuelo de ese país  le ha permitido conservar la mayor reserva planetaria de agua. A ello agregue el lector el gas natural, la energía hidroeléctrica, la bauxita,  el hierro, los diamantes,  el cobre, plomo, entre otros muchos recursos.

     Venezuela significa hoy para el Imperio del Norte una suerte de fabulosa "Isla del Tesoro", una crucial posibilidad abierta a la codicia de los voraces piratas de sus grandes compañías multinacionales.

     Venezuela es irrenunciable. Pero a estas alturas no conviene hacerse ilusiones. No serán ni Rusia ni China quienes constituirán el obstáculo determinante para su ocupación. Sólo si asumimos que estos dos últimos países se rigen hoy por las implacables leyes económicas del desarrollo competitivo capitalista podremos evitarnos infundadas  expectativas de futuro.  La perdurabilidad de la revolución venezolana sólo podrá estar garantizada por la profundización en sus reformas políticas, sociales y económicas y por la organización  revolucionaria de su pueblo frente al  agresor exterior.

GUAIDÓ: MÁS VALIOSO MUERTO QUE VIVO

   Las declaraciones de Mike Pompeo a la cadena CBS no descubrieron, pues, el Mediterráneo. Todo el mundo sabía en Venezuela que Guaidó no representaba nada. Sólo algunos centenares de miles  de escuálidos apátridas y a los políticastros  fieles al  antiguo régimen, cuyos esfínteres tiemblan de placer cada vez que un presidente yanqui amenaza con invadir su país, se habían hecho  ilusiones con el "autopresidente encargado", directamente  nombrado por Donald Trump.

      Pero lo que sí adelantó  el orondo Pompeo es  cuál es el destino que  le aguardará  al esperpéntico Guaidó.  En palabras del norteamericano Daniel McAdams, director del Instituto Ron Paul, después del fracaso de su patético "golpe de Estado",   el "autoproclamado presidente" ha terminado  convirtiéndose  ahora en un personaje que a todas luces vale más muerto que vivo. Y no solo para la CIA, dice McAdams, sino también "para su propia gente de la oposición". Su propicia conversión en un mártir, asesinado por  los malvados chavistas, serviría para  redoblar la violencia en las calles en un país económicamente  cercado.

     Una vez desinflado el "golpe de estado bluff",  una "figura desdichada" como  la de Juan Guaidó, que se atreve  a convocar  urbi et orbi "protestas masivas" a las que nadie acude, está fatalmente destinada  a ser víctima  de sus propias felonías. Posiblemente, desde un punto de vista estrictamente humano un hombrecillo como él podría llegar, incluso, a inspirar lástima conmiserativa en las almas más sensibles. Pero desde una perspectiva histórica, en cambio, su destino político y personal parece estar ya sellado. Y es que Roma, desde tiempos inmemoriales, nunca  pagó a los traidores. Y Washington, tampoco.