CHINOS Y RUSOS... ¡COPIAN Y ROBAN LA VACUNA ESPAÑOLA ANTI COVID19!

POR ADAY QUESADA PARA CANARIAS SEMANAL

    Me contaba mi padre que, cuando era apenas un mozalbete, tenía un profesor de Filosofía en los últimos cursos del viejo bachillerato que de manera persistente trataba de insuflarles la idea de que todo aquello que se hacia en España era... "lo mejor del mundo".
 

     De manera que, por ejemplo, el coche de la marca española "Pegaso" no tenía competidor en ninguna parte del planeta. Era de lo mejor: el que más corría, el que más duraba, el más cómodo y moderno. Según aquel patrótico profesor, que de haber vivido seguro que se encontraria hoy en las filas de Vox, lo que ocurría era que los de pa´fuera nos tenían mucha envidia podrida y, por esa razon, nuestros   avances en la Ciencia y en la Técnica  eran desconocidos en otros lugares.  

    De esas malévolas concepciones antiespañolas de las que se  alimentaban en el extranjero nacieron -les contaba el unamuniano profesor a mi viejo- cosas horribles como "la leyenda negra", la "conspiración judeo masónica internacional" contra España, la falsificación extranjera del papel beatífico desempeñado por la inofensiva Santa Inquisición… etc., etc. 

   En realidad, lo que había sucedido en este país es que  en el curso de los dos últimos siglos, en la medida en que la Monarquía hispana perdía el Imperio en el que "no lograba ponerse  el sol", paralelamente se intentaba inyectar en vena a  los súbditos de Su Majestad una suerte de delirio persecutorio dirigido hacia los pérfidos extranjeros, para así estar en condiciones de justificar los fracasos del Poder  a la hora de sacar al país de una postración económica y científica secular.

     Sin embargo, ese enfermizo complejo de persecución celtibérico,  lejos de haber desaparecido del solar patrio, sigue subyaciendo con arraigo en determinados sectores de la sociedad española.  Se detecta, desde luego, con toda  nitidez en no pocos personajes adscritos al mundo de los medios de comunicacion y, desde luego, al Poder político, tenga este el signo partidario que tenga.

     Como estas notas sólo tratan  de poner de relieve un fenómeno que nos parece evidente, nos referiremos a lo que estça sucediendo en estos aciagos dias pandémicos.

     Durante años se nos ha estado trasmitiendo machaconamente que en este país disfrutábamos de una de las mejores estructuras sanitarias del planeta. Pero un día, del que, por cierto, hasta ahora no sabemos casi nada, se nos presentó sorpresivamente el COVID19. Y, simultánemente a su aparición, todo aquel alambicado castillo de naipes propagandístico se  nos vino abajo, trozito a trozito,  llegando a traspasar incluso la altura del suelo.

    La realidad demostró de forma palmaria que ni teníamos la mejor Sanidad del mundo, ni nuestro aparato sanitario estaba preparado  para afrontar los retos de una pandemia, ni nuestros hospitales disponían de elementos tan simples como respiradores, guantes, antisépticos, mascarillas… Ni siquiera existía en ellos la profilaxis adecuada que sirviera para evitar que nuestros sanitarios se contagiaran y terminaran muriendo como un enjambre de moscas. Y cuando decimos "muriendo como moscas", nos estamos refiriendo, claro,  a  que hemos alcanzado los más altos porcentajes regitrados  en toda Europa.

    Nada más lejos de mi propósito que hacer de esto una suerte de harakiri nacional antipatriótico. Pero a estas alturas no me deja de  irritar profundamente que realidades como estas vengan  acompañadas, para más coña marinera,  de noticias que ponen de relieve, por enésima vez, la soberana estupidez  de la que adolecen nuestros poco ilustrados medios de comunicación.

    Una de ellas contaba lo que sigue:

 "Hackers chinos han sustraído información a centros españoles que trabajan en la investigación de una vacuna para la covid-19"

 
Y para rematar, añadía lo que sigue:

   "Los  asaltos a sistemas informáticos españoles se han repetido en varios países que compiten en la carrera por obtener un remedio frente a la pandemia, según reveló este jueves la directora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Paz Esteban, quien añadió que sus respectivos servicios secretos intercambian información para evitarlos, aunque no ofreció detalles".

    Seriamente, noticias como estas dan vergüenza, propia y ajena. Resulta que mientras millares de nuestros jóvenes científicos tienen que ser reclutados por laboratorios de todo el mundo, porque en España no encuentran un maldito puesto de trabajo, ni tampoco medios para mejorar su cualificación académica, ahora vienen los chinos, que han logrado erradicar la pandemia en un país de 1.700 millones de habitantes y tienen desde hace muchos meses varias vacunas contra el Covid 19 en fase de experimentación avanzada… y  ¡hackean los laboratorios de españoles para robar  nuestros ultrasofisticados avances científicos!

   La avergonzante noticia concluye diciendo que:

   "Estos ciberataques proceden de China y Rusia. En muchos casos  se trata de entidades estatales, pero también hay universidades y organizaciones criminales que comercian con la información sustraída. En España se sabe que el ciberataque procedía de China. Las fuentes consultadas no han revelado la importancia ni el carácter de la información sustraída".

     ¡Para mearse de risa!, con mucho perdón por la expresión, sí, pero sin ninguna maldita vergüenza... ¡Es para mearse de risa!