JÓVENES OBREROS Y ANTIDESAHUCIOS PONEN "A CALDO" EN UN ESCRACHE A CARMENA Y A ERREJÓN (VÍDEO)

POR ADAY QUESADA PARA CANARIAS SEMANAL

    ¡O témpora, o mores! - ¡Qué tiempos, qué costumbres! - que diría Marco Tulio Cicerón en sus Catilinarias. Ignoro si el lector habrá caído en que los tiempos están transcurriendo con una velocidad  de vértigo. Y si no,  vean estos ejemplos.

    Después de 1982, cuando 10 millones de ciudadanos ilusionados dieron al PSOE una mayoría absoluta en el Congreso, una buena parte de sus votantes tardó decenios en descubrir que aquel Partido que se apellidaba "obrero" era un maldito fraude, una hábil argucia del sistema para sosegar a la sociedad convulsa recién salida de la oprobiosa dictadura.

     La verdad es que lo consiguieron. Consiguieron sosegar a los sindicatos, a los republicanos, al movimiento vecinal, a los estudiantes… y hasta los mismísimos comunistas, que habían logrado sobrevivir airosos  a 40 años de franquismo, terminaron pasando dócilmente por la "sosegadora" del sistema.

   Llegó un momento en el que en este país no rechistaba ni dios. Y no fue porque a la gente le faltaran ganas, sino porque eran muy pocos los que entendían cuál era el intríngulis político de lo que ocurría.

     Treinta y pico años después, volvieron a aparecer unos jóvenes melenudos que, con una oratoria muy "radical" y universitaria, nos prometían que ellos solitos, sin ayuda de nadie,  iban a tomar los cielos por asalto para todos nosotros. Y la verdad es que mucha gente se creyó el cuento. A los melenudos no les sirvió para mucho, pues apenas lograron llegar  al hemiciclo parlamentario. Pero el costo que tuvo que pagar la sociedad española  por sus vanas ilusiones fue muy alto: la desmovilización, la desorganización y el escepticismo.  

    Pero en esta ocasión, a diferencia de los tiempos en los que Felipe González logró lavarnos el coco con "el cambio", no se han necesitado sino un par de años para comprobar que aquello sólo era puro humo, retórica de baratillo. Y es que hoy los tiempos corren que es una barbaridad. Lo que antes tardábamos décadas en entender  ahora se clarifica en cuestión de semanas. Pis pas y  nos ponemos al día. Claro que eso no basta, pero es un principio.

     En el curso de estas últimas semanas, al calor del bullicio  electoral, hemos podido constatar cómo algunos de entre los más jóvenes ya les han podido coger el “tranquillo” a las Carmenas, a los Errejones y a los Iglesias. Hace unas pocas fechas, en un barrio popular de Madrid, jóvenes obreros ponían a caldo al repelente niño Vicente, es decir, a Iñigo Errejón. Y esta semana, mismamente, pusieron a parir a su abuelita Manuela Carmena, mientras ésta estaba tratando  de celebrar una distinguida “merendola electoral” de cara al  domingo 26.

     A mi modo de ver - qué quieren que les diga - se trata de un buen síntoma. Empiezan a multiplicarse los jóvenes que no se las comen ni con longanizas, y se atreven a poner los puntos sobre las íes a los politicastros. Y no han tardado casi cuatro décadas, como les ocurrió a sus mayores. En apenas un par de años se han puesto al día. Todo un síntoma de  excelente salud política.

   Véanlo en este ilustrativo vídeo.