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Jueves, 13 de Octubre de 2022 Tiempo de lectura:

ESPÍAS BRITÁNICOS PLANEARON LA VOLADURA DEL PUENTE KERCH DE CRIMEA

Otra prueba más de que la OTAN está plenamente involucrada en la guerra de Ucrania

El medio estadounidense The Grayzone ha tenido acceso a los documentos y correspondencia del complot de los servicios de inteligencia británicos para volar el puente de Kerch, que une Crimea con Rusia continental, a través de una fuente anónima que los filtró. La presentación del plan, con material gráfico y planos, se hizo el 22 de abril de 2022.

 

 

   KIT KLARENBERG (*) / THE GRAYZONE

   (Traducción libre de Eva Lagunero para Canarias-Semanal.org)

 

   The Grayzone tuvo acceso a una presentación, fechada el 22 de abril de 2022 y preparada para altos mandos de la inteligencia británica, en la que se analiza un plan para volar el puente Kerch de Crimea, con la participación de soldados ucranianos especialmente entrenados.

 

   Casi seis meses después, el 8 de octubre, el puente de Kerch era objeto de un ataque suicida con camión-bomba, aparentemente supervisado por los servicios de inteligencia SBU de Ucrania.

 

   Fueron varias las propuestas que se hicieron para prestar un apoyo “audaz” a las “operaciones de incursión marítima” de Kiev, a petición de Chris Donnelly, alto mando de la inteligencia del ejército británico y veterano asesor de la OTAN. El objetivo era la "destrucción del puente sobre el estrecho de Kerch". 

 

   El atentado con camión bomba en el puente de Kerch difiere operativamente del plan inicial. Sin embargo, el interés evidente de Gran Bretaña en la planificación de un ataque de este tipo subraya la profunda implicación de las potencias de la OTAN en la guerra de Ucrania.

 

   Precisamente, en abril de este año, casi en el momento en que, según los informes, Londres saboteba las conversaciones de paz entre Kiev y Moscú, los agentes de la inteligencia militar británica estaban levantando planos para destruir un importante puente ruso cruzado por miles de civiles diariamente.

 

   La hoja de ruta fue hecha por Hugh Ward, veterano militar británico. En ella se describen varias estrategias para ayudar a Ucrania a “representar una amenaza para las fuerzas navales rusas” en el Mar Negro. Se afirma que los objetivos principales se dirigen a "degradar" la capacidad de Rusia para bloquear Kiev, "erosionar" la "capacidad bélica" de Moscú y aislar a las fuerzas terrestres y marítimas rusas en Crimea al "impedir el reabastecimiento por mar y por tierra a través del puente de Kerch".

 

[Img #72998]

 

   En un correo electrónico, Ward le pidió a Donnelly que "protegiera este documento", y es fácil ver por qué. De los varios planos elaborados, solo el “CONOPS [concepto de operación] de la incursión en el puente de Kerch” está en un anexo del informe de Ward, que subraya su importancia.

 

   El contenido equivale a una defensa directa y detallada de la comisión de lo que podría constituir un grave crimen de guerra. Es de destacar que, en los planes para destruir un importante puente de pasajeros, no se hace referencia a evitar víctimas civiles.

 

   En tres páginas separadas, junto con diagramas, el autor explica los términos de la "misión": "[deshabilitar] el puente de Kerch de una manera audaz, interrumpir el acceso por carretera y ferrocarril a Crimea y el marítimo al Mar de Azov.

 

   Ward indica que destruir el puente "requeriría una batería de misiles de crucero que echara abajo los dos pilares de hormigón a ambos lados del arco de acero central, lo que provocaría una falla estructural completa" y "evitaría cualquier reabastecimiento por carretera desde Rusia continental a Crimea" y temporalmente [sic] interrumpiría la ruta de navegación”.

 

   Un "esquema" alternativo implicaría un "equipo de buzos de ataque o UUV [vehículos submarinos no tripulados] equipados con minas lapa y cargas de corte lineal" que apunten a una "debilidad clave" y un "defecto de diseño" en los pilares del puente.

 

   Este "defecto" consiste en "varios pilones delgados utilizados para soportar el tramo principal", destinados a permitir que las corrientes fuertes fluyan por debajo del puente con una fricción mínima. Ward señala un área particular en la que la profundidad del agua en torno a un conjunto de pilares era de solo 10 metros, lo que la conviertía en la "parte más débil" de la estructura.

 

   En correos electrónicos obtenidos por The Grayzone, Chris Donnelly, principal operativo de inteligencia del ejército británico y ex-asesor de la OTAN, declaró que las propuestas eran "muy impresionantes”.

 

   Contactado por teléfono, Hugh Ward no negó que había hecho para Chris Donnelly el borrador del plan para destruir el puente de Kerch:

 

   “Voy a conversar con Chris [Donnelly] y confirmar lo que él ha preparado para que yo difunda”, dijo Ward a The Grayzone cuando se le preguntó directamente si redactó el “audaz” plan.

 

   Cuando se le pidió nuevamente que confirmara su papel en el plan, Ward hizo una pausa y luego dijo: “No puedo confirmarlo. Tendré una charla con Chris primero".

 

   Un ataque suicida en una arteria de transporte de $ 4 mil millones


 

   En la madrugada del 8 de octubre, un camión explotó en el puente de Kerch, lo que provocó el incendio de dos petroleros, el derrumbe de dos tramos de la carretera con destino a Crimea y la muerte de tres personas.

 

   Si bien la sección afectada se reparó rápidamente y el tráfico se reanudó al día siguiente, los medios occidentales celebraron el incidente como la última vergüenza y fracaso de Rusia en el conflicto con Ucrania. En algunos casos, los periodistas vitorearon y bromearon abiertamente sobre lo que verdaderamente podría catalogarse como un crimen de guerra que se cobró vidas civiles.

 

   El ataque suicida afectó a una estructura, el puente, que conecta a Crimea con Rusia continental, cuya construcción costó 4 mil millones de dólares, y cuya apertura impactó muy positivamente en la imagen pública del Kremlin, reforzándose de nuevo el control de Moscú sobre la mayoría del territorio de habla rusa.

 

   Tras su inauguración en mayo de 2018, el presidente Vladimir Putin, comentó:

 

   “En diferentes épocas históricas, incluso bajo los zares, la gente soñaba con construir este puente. Luego se volvió a ello en los años 30, 40, 50. Y finalmente, gracias a vuestro trabajo y talento, se ha producido el milagro”.

 

   Desde el 24 de febrero, el puente ha sido sometido a una fuerte defensa, sobre todo porque es una importante ruta de abastecimiento de equipo militar a los soldados rusos en Ucrania. Rusia ya había advertido de que habría duras represalias si la estructura fuese atacada.

 

   Tras el ataque, estalló una euforia generalizada entre los ucranianos, sus autoridades y sus simpatizantes en las redes sociales. Oleksiy Danilov, jefe del consejo de defensa y seguridad nacional de Ucrania, publicó un video del puente en llamas junto con un clip en blanco y negro de Marilyn Monroe cantando Feliz cumpleaños, señor presidente, en referencia a que Putin cumplía 70 años ese mismo día.

 

   Además, los medios ucranianos informaron, a través de una fuente anónima “en las fuerzas del orden”, que el ataque lo había llevado a cabo el Servicio de Seguridad de Ucrania. Sin embargo, los altos funcionarios ucranianos, incluido el principal asesor presidencial Mykhailo Podolyak, ahora dan marcha atrás y afirman que el incidente fue una ataque ruso de falsa bandera.

 

   Tales acusaciones se han vuelto comunes a raíz de los incidentes en los que parece segura la responsabilidad de Ucrania u Occidente, como las explosiones del oleoducto Nord Stream.

 

   Sentando las bases de la Tercera Guerra Mundial


 

   Si bien en el ataque al puente de Kerch no hubo buzos especializados, drones submarinos o misiles de crucero, hay indicios de que los planes de Ward se compartieron con el gobierno ucraniano. De hecho, Chris Donnelly los reenvió al Ministro de Defensa de Lituania, Audrius Butkevičius, antes de presentarlos por correo electrónico.

 

   Figura destacada del movimiento anticomunista de Lituania, Butkevičius, ha admitido que el 13 de enero de 1991, puso deliberadamente a los luchadores pro-independencia a tiro de los francotiradores soviéticos. Este incidente, a veces llamado "Domingo Sangriento" de Vilnius, se conmemora oficialmente como el Día de los Defensores de la Libertad. Butkevičius y sus cómplices sabían que la maniobra provocaría muchas bajas, lo que espolearía más la oposición de la población local al liderazgo soviético y fomentaría un cambio de régimen. Esta fue la razón por la cual lo orquestaron.

 

   Más recientemente, Butkevičius fue copropietario de Bulcommerce KS, la empresa que sirvió como “principal intermediario en el suministro de armas y municiones búlgaras a Ucrania a través de terceros países”, para emplearlas en la guerra civil en Donbass.

 

   Butkevicius ha sido acusado de trabajar para la inteligencia británica. El intercambio de correos electrónicos con Donnelly confirma que está en contacto con Guy Spindler, antiguo oficial del MI6 que estuvo destinado a la Embajada de Rusia en Londres al mismo tiempo que el infame autor del “expediente” Trump-Rusia, Christopher Steele.

 

   Cuando se le preguntó por teléfono si revisó el “audaz” plan para destruir el puente de Kerch, Spindler le dijo a The Grayzone: "No tengo ni idea de lo que estás hablando".

 

   Informaciones más recientes indican que, en agosto de 1991, Spindler se coordinó directamente con Boris Yeltsin durante el fallido golpe de estado contra Mikhail Gorbachev.

 

   Butkevičius también fue durante muchos años "miembro sénior" del Institute for Statecraft, una oscura "organización benéfica" fundada por Donnelly que administra una serie de operaciones militares y de inteligencia a distancia en nombre del Estado británico y la OTAN, incluida la unidad de propaganda del Foreign Office llamada Integrity Initiative.

 

   Archivos filtrados de Integrity Initiative nombran a Butkevičius como el contacto clave de la organización en Ucrania durante el momento de las elecciones de 2019 en el país. Tres años antes, fue uno de los “personal de escolta” de cinco agentes de inteligencia ucranianos llevados a Londres por el Institute for Statecraft para informar al ejército británico sobre las técnicas rusas de “guerra híbrida”. Junto a él estaba Vidmantas Eitutis, quien en ese momento entrenaba al ejército de Ucrania para llevar a cabo “operaciones de contrainteligencia activaen Lugansk.

 

   En la propuesta de sabotaje del puente Kerch encargada por Donnelly, Ward pregunta si el ejército ruso sabía cuán vulnerable supuestamente era el puente y "qué contramedidas se podían esperar" en respuesta a su destrucción.

 

   El bombardeo con misiles del 10 de octubre en Ucrania ofrece una probable respuesta. También es posible que, de haberse seguido el esquema de Ward, la represalia de Moscú habría sido aún más letal, poniendo en riesgo la vida de innumerables ucranianos y rusos.

 

   Está claro que Donnelly no abrigó ninguna de esas preocupaciones, limitándose a declarar que los planos eran "realmente muy impresionantes".

 

   Un desprecio similar por las consecuencias catastróficas aparece en un memorando privado escrito por Donnelly en marzo de 2014, en el que se describen las "medidas militares" que Ucrania debería tomar tras la toma de Crimea por parte de Moscú.

 

   Donde Donnelly dice que "si yo estuviera a cargo, implementaría lo siguiente", lo que proponía era minar el puerto de Sebastopol usando un "transbordador de automóviles", destruir los aviones de combate de los aeródromos de Crimea "como gesto de que van en serio", usar un arma anti-satélite de gran mocroonda para derribar las instalaciones espaciales de Rusia y hacerla recurrir a Occidente para el suministro de petróleo y gas.

 

   “Estoy tratando de que este mensaje llegue”, concluyó. Estas recetas aún no se han puesto en práctica, quizás porque pueden desencadenar una situación apocalíptica. De hecho, tales “gestos” equivaldrían a provocaciones descaradas contra una potencia nuclear, de la cual Ucrania recibe petróleo y gas a través de la red diseñada exclusivamente para ello.

 

   Sin embargo, parece que Donnelly y quienes lo rodean estarían contentos de ver estallar la Tercera Guerra Mundial sobre Crimea. De hecho, como seguirán demostrando los documentos filtrados y obtenidos por The Grayzone, provocar un conflicto entre Occidente y Rusia ha sido durante mucho tiempo uno de los principales objetivos.

 

 

 

(*) Kit Klarenberg es periodista de investigación que estudia el papel de los servicios de inteligencia en la conformación de la política y cómo se percibe.

 

Fuente:

https://thegrayzone.com/2022/10/10/ukrainian-kerch-bridge/

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  • Eva Lagunero

    Eva Lagunero | Sábado, 15 de Octubre de 2022 a las 22:14:42 horas

    Pablo, el link de la noticia original está puesto, abajo del todo, bastante visible. Y la traducción, en cuanto a contenido, está completa entre la entradilla y el cuerpo de la noticia. No es una traducción literal, que para eso está Google translator.

    Accede para responder

  • pablo

    pablo | Sábado, 15 de Octubre de 2022 a las 19:33:29 horas

    No habéis puesto un solo link de la noticia original, tanto os costaba? Una traducción incompleta. Salud!

    Accede para responder

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