
A Hamid Karzai, el que fuera presidente títere de los norteamericanos en Afganistán durante más de una década, el abolengo le viene de casta. Su abuelo y su padre sirvieron en altos puestos ejecutivos y legislativos durante la monarquía feudal de Mohammad Zahir Shah (...).
POR M.R. / CANARIAS SEMANAL
A Hamid Karzai, el que fuera presidente títere de los norteamericanos en Afganistán durante más de una década, el abolengo le viene de casta. Su abuelo y su padre sirvieron en altos puestos ejecutivos y legislativos durante la monarquía feudal de Mohammad Zahir Shah. Luego, cuando la monarquía fue derrocada y sustituida por la República en 1973, sus dos ancestros ocuparon tambien cargos relevantes en el nuevo régimen. Su abuelo se encargó de presidir el Consejo Nacional del pais, y su padre la Cámara alta del Parlamento.
Cuando los comunistas se hicieron con el poder en un país modelado por estructura social de clanes étnicos, la familia de Karzai fue plenamente consciente de que nada tenía que hacer bajo el nuevo sistema político. A partir de entonces Hamid Karzai y los suyos se pusieron a trabajar directamente al servicio de la CIA norteamericana.
Por ello, cuando George Bush ordenó la invasión de Afganistán en el 2001, la Administración norteamericana tuvo pocas dudas a la hora de designar al hombre que deberían "dirigir" el país ocupado por sus tropas. Hamid Karzai fue rapidamente nombrado presidente de la Administración Transitoria. Apenas dos años después, 2 de noviembre de 2004, los estadounidenses apañaron el consabido "festival electoral" propio para estas ocasiones, del que salió presidente - cómo no - Hamid Karzai nada menos que con un 55,4% de los votos.
Como era previsible, el gobierno presidido Karzai concedió a las tropas yanquis libertad total de acción afincadas en su país. El clima político y social en Afganistan era simplemente caótico. Difícilmente podía ser diferente con una confrontación tan brutal como la que se plateaba entre el Ejército estadounidense y una guerrilla talibán que disponía organigrama de actuación militar que hasta ahora la ha hecho invencible. Pero ese clima de caos y destrucción terminado multiplicando el numero de disconformes con la presencia militar estadounidense, incluso entre aquellos que un día apoyaron la intervención extranjera en el país.
Simultáneamente a esta situación de caos, los escándalos ventilados por la prensa mundial en los que aparecía Hamid Karzai y su familia mezclados en el tráfico de drogas y armas, terminó resintiendo la imagen "del hombre de Washington" ante los grandes medios de comunicación de EEUU. El volumen de los escandalos denunciados provocaron que Hamid Karzai dejara de ser el pelele útil para los intereses geoestratégicos estadounidenses en el área. A partir de ese momento, aunque Hamid continuó ganando elecciones, la Administración estadounidense propició una coalición entre los grupos opositores a Karzai, obligando a la Comisión Electoral que declarara vencedores en los comicios del año 2009 a los oponentes del antiguo instrumento de George Bush.
Esa es razón, por la no deben de resultar extrañas ahora las escandalosas declaraciones de Hamid Karzai realizadas a la cadena norteamericana Fox News por Karzai. En ellas el ex presidente afgano se ha despachado su gusto en contra de quienes fueron sus antiguos protectores. Según él, los grupos terroristas en Afganistán tienen un origen "claramente extranjero" y, en realidad, son una "herramienta de Washington" .
Karzai aseguró que el Estado Islámico "apareció en 2015 durante la presencia de Estados Unidos" en su país. Criticó con igual dureza el lanzamiento por EE.UU. de la 'madre de todas las bombas' sobre territorio afgano.
El que fuera ex mandatario de Afganistán mantuvo asimismo que la operación de la "bomba madre" estuvo concertada entre la Casa Blanca y los terroristas. "Primero llega el Estado islámico para ahuyentar a la gente y, después, EE.UU. lanza esta gran bomba", dijo. "Los EE.UU piensa que esta es una tierra de nadie para pruebas y abusos, pero no es así", aseguró con años de retraso el expresidente, recordando que la población de su país es "profundamente patriótica", por lo que —dijo— "no lo permitirá".
Como suele suceder en eventos historicos similares, los propósitos de enmienda de los traidores a sus pueblos aparecen siempre tardiamente